Cuerpo afirma que el Gobierno “acompañará y ayudará” a que Talgo encuentre “una solución viable a largo plazo”
El ministro de Economía aprueba la participación pública en una operación de adquisición como la que está montando la vasca Sidenor
Uno de los hombres fuertes del Gobierno, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha dado su bendición a la participación pública en una operación de cambio de control en Talgo, como la que está armando la firma industrial vasca Sidenor. Cuerpo ha declarado ante los medios de comunicación, tras abrir un encuentro sobre Finanzas Sostenibles que organizan EL PAÍS y Acciona, que “tener empresas solventes de carácter industrial y nacionales es uno de los grandes objetivos siempre para las empresas estratégicas”, según ha recogido Servimedia. El titular de Economía ha demandado “prudencia” y ha advertido que el papel del Ejecutivo en esta nueva ofensiva sobre Talgo se limita a “acompañar y ayudar” a que el fabricante encuentre “una solución viable a largo plazo”. Se da por descontado que el vehículo estatal de inversión, con un paquete minoritario, sería la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
El Gobierno lleva meses insistiendo en que Talgo es una empresa estratégica y vigilará la ansiada salida del núcleo duro de accionistas que forman el fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol, con un total del 40% del capital reunido bajo la instrumental Pegaso. La primera opción de venta, con la opa del consorcio húngaro GanzMavag a 5 euros por título, fue vetada por el Ejecutivo a finales de agosto tras informes clasificados del CNI en los que se apreciaban riesgos para la seguridad nacional.
La siderúrgica Sidenor remitió ayer una carta al consejo de administración de Talgo manifestando su interés por el fabricante de trenes. En ella, tal y como comunicó a la CNMV el consejero delegado de Talgo, Gonzalo Urquijo, se afirma que está bajo análisis “la adquisición total o parcial del capital social de Talgo, S.A”.
Sidenor, propiedad de un grupo de directivos liderados por el presidente José Antonio Jainaga, estaría por la labor de hacerse con un 29,9% de forma directa, pero no cierra la puerta a una opa por el 100%. Ello dependerá, explican fuentes cercanas a las conversaciones, del peso que estén dispuestos a asumir compañeros de viaje como la citada SEPI o el Gobierno vasco. En la recámara se encuentra CriteriaCaixa, quien manifestó meses atrás a La Moncloa su disponibilidad para desembarcar en Talgo con una participación minoritaria.
El consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi, ha insistido este jueves en que el Ejecutivo autonómico apoya la intención de Sidenor de entrar en la capital de Talgo si se mantiene el arraigo en Euskadi y se impulsa el empleo. También ha defendido, en declaraciones recogidas por Efe, que es momento de “trabajar con calma y con discreción”. Talgo cuenta con una fábrica en la localidad alavesa de Rivabellosa, en la que trabajan 700 personas. Su segunda planta española se encuentra en Las Matas (Madrid) y en ella se mantienen 500 empleados.
Desde las partes implicadas se explica que el proceso liderado por Sidenor está en una fase inicial, pero la respuesta de los inversores está siendo inmediata. La acción de Talgo encadena tres jornadas de fuertes subidas: escaló un 4,5% el martes, un 4,9% ayer miércoles, y a las 16:00 horas de este jueves el papel de la compañía que preside Carlos de Palacio se revaloriza un 6,04%, hasta los 3,86 euros por título. El precio está lejos aún de los 5 euros que puso sobre la mesa el citado consorcio húngaro GanzMavag.
Las fuerzas sindicales también empiezan a mover ficha y desde CC OO Industria se reclama la preservación del carácter estratégico de Talgo por encima de los intereses económicos de los actuales accionistas. “Entendemos que el futuro de Talgo en España y en Europa, en un momento de crecimiento del sector de fabricación de material ferroviario, debe pasar por encima de los intereses de los accionistas actuales en obtener el máximo beneficio por sus acciones, y centrarse en preservar una empresa estratégica en el sector”, señala la fuerza sindical a través de un comunicado.
Desde CC OO se exige que cualquier oferta vaya acompañada de un plan industrial para Talgo que garantice una respuesta a la carga de trabajo de la compañía, con contratos valorados en más de 4.000 millones.