Meliá aplaza el pago de 331 millones de deuda durante tres años y prepara otra venta por 60 millones
La hotelera mantiene el objetivo de cerrar el año con un pasivo neto cercano a 2,5 veces ebitda
Meliá pisa el acelerador para reducir la deuda de la compañía, su gran asignatura pendiente. La hotelera de la familia Escarrer ha recortado su pasivo neto (contando con los arrendamientos operativos) hasta los 2.382 millones de euros al cierre del primer semestre de 2024, lo que supuso un ajuste de 230,6 millones respecto al cierre de 2023.
Dos son las claves que explican esa reducción de deuda. La primera es la venta de una participación del 38% en tres hoteles (Me London en Londres, Gran Meliá Palacio de Isora en Tenerife y Meliá Cala Galdana en Menorca) a Banco Santander por un importe de 300 millones de euros. El otro gran motor para rebajar el endeudamiento ha sido la generación de caja, tal y como concreta en su último informe de resultados, con una situación de liquidez (incluyendo tesorería y líneas de crédito no dispuestas) de 391,7 millones de euros frente a los 330 millones del cierre de 2023.
En ese informe, la compañía describe la hoja de ruta que le ha de llevar a cerrar este año con una deuda equivalente a 2,5 veces el ebitda (beneficio bruto de explotación). En primer lugar prevé una nueva venta de otra participación minoritaria por otros 60 millones de euros a lo largo del segundo semestre, con lo que el pasivo sin arrendamientos (la métrica que utiliza para ligar la deuda al ebitda) podría situarse en el entorno de los 1.000 millones de euros. En paralelo, la compañía prevé contar con más oxígeno financiero para abordar un ambicioso plan de crecimiento gracias a la refinanciación del pasivo y el alargamiento de los vencimientos, lo que impulsará el resultado de explotación al menos hasta los 525 millones de euros al cierre de este ejercicio, lo que supondría un 8,2% más frente a los 485 millones de 2023.
A 31 de diciembre de 2023, la compañía debía devolver 798,6 millones de euros en los tres siguientes años (280 millones en 2024, 163,1 millones en 2025 y 355,5 en 2026) y al cierre del primer semestre de 2024 esa cifra ha descendido a 467 millones, lo que supone un alivio de 331 millones de euros (aquí ha incluido la cancelación efectiva el 1 de julio de dos préstamos hipotecarios por un importe de 52,4 millones). Los efectos beneficiosos del nuevo calendario de devolución de la deuda implican que, de tener que abonar entre 2024 y 2026 el 71% de la deuda que acumula, en la actualidad ahora solo tendrá que pagar el 51%. “Durante el segundo semestre, la compañía mantiene la intención de completar el proceso de refinanciación, con alguna firma y cancelación adicional a las ya producidas durante el primer semestre”, recalca.
El plan de expansión pasa por abrir en torno a 60 hoteles entre 2024 y 2025, con lo que pasaría de los 350 activos con los que cerró 2023 a los 409 previstos para finales del próximo ejercicio. En paralelo, el número de habitaciones pasaría de 92.000 a 108.000, tal y como reveló en una entrevista con Cinco Días el consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, durante la inauguración del segundo hotel de la marca Zel que comparte con el tenista Rafael Nadal.
El crecimiento se centrará en dos destinos: la cuenca mediterránea y el sudeste asiático. En el caso de Europa, el foco estará puesto en la gestión de hoteles independientes en Italia y Grecia y en nuevos desarrollos en Malta, Chipre, Croacia, Montenegro o Albania. En este último país cuenta desde el pasado mes de julio con 4 hoteles abiertos y otros 15 en desarrollo, lo que le convertirá en 2026 en la mayor hotelera del país. Un segundo foco de expansión será el mercado asiático, con Vietnam como principal protagonista, donde ya cuenta con 22 hoteles y 6.287 habitaciones, gracias al acuerdo con Vinpearl, uno de los mayores propietarios el país asiático. En los próximos meses espera incorporar otros ocho gracias al pacto que ultima con otro socio local. La hotelera balear también aspira a cerrar tres nuevos contratos en Tailandia y otros dos en Laos. En total, el sudeste asiático cuenta con una cartera de 50 hoteles entre operativos y firmados.