Mirenchu del Valle (Unespa): “El modelo español de prevención de riesgos climáticos es la envidia de Europa”
La presidenta de las aseguradoras defiende el papel de un sector que factura 76.000 millones al año
Mirenchu del Valle Schaan (Madrid,1963) lleva un año al frente de la patronal de las aseguradoras, Unespa. La directiva cogió el testigo de Pilar González de Frutos, quien durante dos décadas llevó las riendas de la asociación sectorial. Las compañías de seguros son el gigante silencioso del sector financiero español. Con una facturación anual de 76.500 millones de euros (un 5% del PIB español), el seguro acaba de presentar su memoria social, donde trata de poner de relieve el impor...
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Mirenchu del Valle Schaan (Madrid,1963) lleva un año al frente de la patronal de las aseguradoras, Unespa. La directiva cogió el testigo de Pilar González de Frutos, quien durante dos décadas llevó las riendas de la asociación sectorial. Las compañías de seguros son el gigante silencioso del sector financiero español. Con una facturación anual de 76.500 millones de euros (un 5% del PIB español), el seguro acaba de presentar su memoria social, donde trata de poner de relieve el importante papel que juega en la sociedad. “Hay que tener en cuenta que las coberturas que protegen las pólizas de seguros multiplican por 10 el valor del PIB de España, lo que da idea de la dimensión y la importancia capital de las aseguradoras para el funcionamiento de la economía y la sociedad”, explica la directiva.
Del Valle, amante del running, de madre francesa y asidua veraneante en San Sebastián (Guipúzcoa), empezó su carrera profesional en Bruselas, en la Comisión Europea, hasta que en 1988 se incorporó a Unespa como responsable de relaciones internacionales. Pocas personas tienen en España un conocimiento tan profundo de las directivas europeas que atañen al sector asegurador.
Pregunta. ¿Cómo van las compañías de seguros?
Respuesta. El año 2023 fue muy bueno, recuperando una senda de crecimiento por encima del 10% que hacía tiempo que no se veía. Ha sido gracias al fuerte impulso de los seguros de vida-ahorro, que es un ámbito donde creo que las entidades aún tienen margen para seguir creciendo. Ahora es el 43% del mercado, pero deberíamos tender a que sea la mitad del negocio.
P. Pero, en el seguro de automóviles sí fue un ejercicio difícil...
R. Sí. Coincidió un momento en que las compañías habían podido fijar unos precios muy bajos, debido a que la pandemia y los confinamientos redujeron la siniestralidad. Pero al poco tiempo se produjo un repunte muy rápido y brusco de la inflación, con lo que se encarecieron los costes de reparación. También subieron las indemnizaciones que se pagan a los lesionados, y que están referenciadas al IPC. Pero estos desequilibrios ya se están ajustando.
P. ¿Hubo imprevisión?
R. No. Fue una conjunción de situaciones inesperadas. Situaciones que hacía años que no se veían. Pero el sector ha demostrado que ha sido capaz de afrontarlas con madurez y solvencia. Ninguna compañía ha tenido problemas. El sistema de control de la solvencia es muy robusto. Todas estaban muy preparadas.
P. Unespa ha pedido en muchas ocasiones que haya un supervisor independiente del sector. ¿Algún avance?
R. Es una excepción en Europa que el supervisor de seguros dependa directamente del Gobierno. Solo ocurre en España y Chipre. Las autoridades comunitarias han pedido avanzar hacia un modelo con un supervisor independiente, pero no ha habido avance. Creemos que sería un organismo más especializado, mejor dotado y más capaz de defender en Bruselas las especificidades y fortalezas del sector asegurador español.
P. ¿Por ejemplo?
R. Tenemos un modelo único para protegernos ante los riesgos climáticos. Gracias a la combinación del Consorcio de Compensación de Seguros [un híbrido público privado] y Agroseguro se ha creado un sistema mucho más evolucionado y que es la envidia de otros países. En Europa se habla constantemente de promover estos modelos colaborativos. Con un supervisor especializado tendríamos más capacidad para hacernos oír. En otros ramos, como en la previsión social complementaria, estamos más retrasados.
P. En este ámbito, el ministro Escrivá ha tratado de avanzar con la reforma del sistema de planes de pensiones... ¿Cómo la valora?
R. Tiene una parte positiva, en lo que se refiere a la vocación de fomentar el ahorro para la jubilación en el marco de la negociación colectiva, algo que siempre hemos defendido. Pero la parte mala es que se ha topado la aportación a planes individuales a solo 1.500 euros al año, lo cual es claramente insuficiente.
P. Las nuevas figuras creadas para ahorrar en el ámbito de la empresa no están despegando.
R. Aún es pronto. Al vincularse a la negociación colectiva hay que esperar a que llegue el momento de renegociar cada convenio. Pero ya hemos visto que el convenio del sector de la construcción se apoyó en estas nuevas figuras para definir aportaciones futuras a planes de empleados.
P. ¿Se está logrando que el ahorro para la jubilación llegue a más autónomos?
R. Yo creo que sí. Con la figura de los planes de pensiones simplificados, que en muchas ocasiones están promovidos por asociaciones empresariales y de trabajadores por cuenta propia, este formato de ahorro está llegando a más gente. Casi todas las gestoras han lanzado vehículos de este tipo.
P. ¿Veremos al Gobierno y a otras administraciones públicas haciendo aportaciones a planes de sus empleados?
R. Tendría toda la coherencia, si se está defendiendo este modelo de ahorro para la jubilación. Pero, por ahora, no hemos visto nada. Además, para que el Gobierno lo hiciera primero tendría que tener unos Presupuestos.
P. Las aseguradoras que dan servicio a Muface, la mutualidad de los funcionarios, se quejan de que pierden dinero.
R. Y con razón. Un principio básico del seguro es la suficiencia técnica, que las primas que se cobran sean suficientes para cubrir los riesgos previstos, sin incurrir en pérdidas. Y aquí no está ocurriendo. Hay que reequilibrar la situación. El modelo es bueno, y los funcionarios están muy satisfechos, puesto que el 80% elige cada año aseguradoras privadas para sus seguros médicos. Pero hay que actualizarlo. Lo que no puede ser es que las aseguradoras pierdan dinero todos los años.
P. ¿La inteligencia artificial va a cambiar mucho el sector?
R. De momento, nos está generando una catarata legislativa. Pero creo que sí, que puede mejorar la atención al cliente, la calibración de riesgos.. Lo que nos parece excesivo es que se considera que en seguros de vida y de salud el uso de la inteligencia artificial es una actividad de riesgo.
P. ¿Por qué se ha fijado así?
R. El legislador teme que que los algoritmos acaben generando algún tipo de discriminación de colectivos en la suscripción de pólizas o la tarificación. Y exigirá mayores controles y gobernanza de esos algoritmos. Pero es un temor infundado. Las aseguradoras siempre hemos demostrado un trato muy riguroso de las bases de datos, y esto no es sino una evolución.
P. ¿Por qué no les hacen mucho caso en las reivindicaciones?
R. Yo no tengo esa sensación. Creo que las autoridades sí que son receptivas a nuestros planteamientos, aunque no siempre nos den la razón. Sí que es cierto que somos un sector muy importante para la economía y que a veces no se tiene en cuenta nuestra verdadera dimensión y lo que aportamos a la sociedad. Por eso elaboramos una memoria social del seguro cada año, para tratar de transmitir todo lo que hacemos. Es responsabilidad mía y de mi equipo que se nos escuche más.
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