China pide ayuda a España para impedir una subida de aranceles en Europa a los coches eléctricos
La Comisión Europea presentará el informe de su investigación a los subsidios chinos en las próximas semanas, lo que podría provocar la implantación de nuevas tasas a la importación de este tipo de vehículos
El fabricante de coches chino Chery será el encargado de reindustrializar la antigua Nissan Barcelona, y ahora el gigante asiático quiere que España le devuelva el favor: el gobierno chino le ha pedido su apoyo al Ejecutivo de Pedro Sánchez en la investigación de la Comisión Europea por los subsidios a los vehículos eléctricos. “Las preocupaciones legítimas de China y de la UE deben ser abordadas para prevenir una mayor intensificación de las fricciones comerciales”, ha dicho este martes el ministro de comercio chino, Wang Wentao, en declaraciones recogidas por EP en un encuentro en Barcelona con empresas con capital chino y miembros de la cámara de comercio china en la UE, al que también asistió el ministro de economía español, Carlos Cuerpo.
“China valora altamente el apoyo de España a la participación activa de las empresas chinas en el proceso español de reindustrialización”, ha señalado Wentao en relación a la inversión de Chery en Barcelona, donde esta prevé hacer 150.000 vehículos al año en 2029, pero aspira a llegar a unos 200.000 más adelante. Allí, además de sus marcas Omoda y Jaecoo, la automovilística también fabricará vehículos bajo la marca Ebro de la mano de su socio español EV Motors.
El Ejecutivo chino busca así presionar a España para que la apoye en Bruselas antes de que la Comisión Europea presente el informe de la investigación que lanzó en octubre, sobre los subsidios que las automovilísticas chinas reciben del Gobierno de Xi Jinping. En marzo, Bruselas aseguró en un reglamento de ejecución firmado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que hay “pruebas suficientes de que las importaciones” de coches eléctricos de China reciben ayudas de distintos tipos: ya sea por “la transferencia directa de fondos” o “la condonación o no recaudación de ingresos públicos” o “el suministro público de bienes o servicios por una remuneración inferior a la adecuada”.
Por ello, Bruselas se abrió a la posibilidad de imponer aranceles con carácter retroactivo para proteger a la industria europea que se ve incapaz de competir con las marcas chinas en costes y tecnología. Paradójicamente, uno de los más beligerantes con la llegada de las compañías chinas a Europa fue el grupo Stellantis, que optó finalmente por aliarse con el fabricante chino Leapmotor, al que compró el 20% por 1.500 millones. En mayo, Stellantis anunció que venderá coches eléctricos de Leapmotor en Europa a partir de septiembre a “precios competitivos”.
Wentao ha subrayado que China tomará las medidas que hagan falta para proteger sus intereses, en caso de que la UE continúe “con sus presiones” e imponga finalmente unos aranceles que podrían costar a la industria china unos 4.000 millones de dólares (unos 3.680 millones de euros al cambio actual), según un informe sobre la economía mundial del Instituto alemán Kiel.
Las tensiones entre las grandes economías por el vehículo eléctrico van en aumento al punto de que Estados Unidos anunció en mayo que cuadruplicaría los aranceles a los vehículos eléctricos chinos hasta una tasa del 100%. Tanto Europa como EE UU son conscientes de que corren de atrás en la carrera del vehículo eléctrico, un tipo de coche que China domina tanto en tecnología como en el conjunto de la cadena de valor, con grandes fabricantes tanto en el campo de los coches (con compañías como BYD, SAIC Motor o Chery) como en el de las baterías, sobre todo con CATL, el mayor productor mundial del elemento más caro del vehículo eléctrico.
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