González-Bueno señala que el Sabadell rechazó la oferta del BBVA al infravalorar un 60% los costes

El consejero delegado del banco catalán asegura que el intento de fusión empezó “sin negociaciones previas y con prisas”

César Gonzalez-Bueno, director Ejecutivo de Sabadell.Rodrigo Jimenez (EFE)

César González-Bueno, consejero delegado del Banco Sabadell, ha explicado con más detalle por qué el consejo de administración de su entidad rechazó la oferta de fusión del BBVA lanzada el 30 de abril y que ahora ha devenido en una opa hostil. En su opinión, la empresa presidida por Carlos Torres infravaloró numerosos parámetros y cita como ejemplo que no se tuvo en cuenta la ruptura de los acuerdos con terceras entidades, como la gestora de activos Amundi y la aseguradora Zurich. Del mismo modo, no se calcularon correctamente los costes de reestructuración y sinergias conseguidas, que según BBVA eran de 1.450 millones y 850 millones de euros respectivamente, con un múltiplo aplicado de 1,8 veces. Sabadell, en cambio, calcula que este múltiplo es de tres, por lo que el BBVA infravalora el coste en un 60%.

En su participación en las Industry Meetings del IESE junto a FTI Consulting esta mañana en Madrid, González-Bueno ha reconstruido los días posteriores al envío de la oferta, inicialmente amistosa, por parte del BBVA. “Esto empieza sin negociaciones previas y con prisas, con una carta que recibe el presidente [Josep Oliu] el 30 de abril, quien inmediatamente convoca al consejo para esa tarde para darle conocimiento de la oferta”, ha descrito González-Bueno. Fuentes de BBVA le contradicen y señalan: “reafirmamos, tal como dijimos en la rueda de prensa del 9 de mayo, que los contactos se iniciaron a mediados de abril”.

Tras la publicación de la propuesta, el banco toma dos decisiones: primero nombra asesores financieros y jurídicos de primer nivel —como fueron Goldman Sachs, Morgan Stanley y Uría Menéndez— para analizar la oferta y, segundo, convoca un consejo para el 6 de mayo, según el directivo.

Al día siguiente, en pleno Día del Trabajador (1 de mayo), el BBVA publica esa oferta no vinculante en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a pesar de que inicialmente era un documento de naturaleza reservada, según el directivo del Sabadell. “Por las prisas se les olvidó quitar el pie de página, que ponía que es información confidencial para las partes”, revela González-Bueno. Cinco días más tarde, el domingo 5 de mayo, el presidente del banco, Carlos Torres, envía una carta a Oliu, donde se pone de manifiesto que la oferta “no tenía más recorrido” y “que era la máxima posible”. En parte porque el anuncio ya había lastrado la cotización de BBVA al menos 6.000 millones de euros, lo que destapó la crítica de analistas e inversores, recuerda González-Bueno.

El primer ejecutivo de Sabadell revela que puertas adentro se debatió mucho si publicar esa carta en la CNMV, pero que tras la filtración a El Mundo, el martes 7 de mayo por la noche, “se publicó la carta completa y, por transparencia, lo comunicamos como hecho relevante al día siguiente”. Ya en la reunión extraordinaria de Sabadell del 6 de mayo se pidió a los consejeros que realizaran “una valoración desapasionada; desde un punto de vista racional, profesional y teniendo en cuenta los intereses de los accionistas del Banco Sabadell”. En esta junta, se compararon las dos opciones: los números al seguir en solitario o la creación de valor del banco independiente con el 16% que supondría en esa futura entidad, así como las sinergias.

Sabadell tuvo en cuenta los últimos presupuestos como base del análisis para la decisión, debido a que “no estaban contaminados en absoluto” por la posibilidad de compra del banco, puesto que se aprobaron antes de que BBVA mostrase interés por adquirir la financiera, cuenta su principal directivo. Además, se consideró el track record del equipo gestor de Sabadell, que “siempre ha mejorado las cifras previstas”. Hasta marzo de este año, la entidad catalana había ganado 308 millones, un 50% más que en el mismo periodo del año anterior.

González-Bueno, quien lleva en el timón del Sabadell desde diciembre de 2020, también ha indicado que una posible fusión tendría un impacto directo sobre los empleados y clientes. Los analistas advierten del solapamiento a nivel laboral que ocurriría si la compra llegara a buen puerto, ya que ambas están repartidas en territorios donde inevitablemente se cerrarían sucursales de Sabadell.

Esta es la primera aparición pública de González-Bueno después del intento de compra por parte de BBVA, primero de manera amistosa a través de una fusión, y después con una opa hostil de por medio. Ahora se ha convertido en una disputa abierta por convencer a los accionistas del banco catalán, cuyas conversaciones podrían alargarse más de medio año.

El BBVA requiere obtener las autorizaciones del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y, finalmente, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Una vez se pronuncie este organismo, llegará el momento de la verdad, un plazo de entre 15 y 70 días en el que los accionistas del Sabadell deberán decidir si venden o no sus títulos.

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