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Puig reparte 164 millones en dividendos en dos años mientras valora salir a Bolsa

El grupo abonó una retribución de 110 millones en 2022, la mayor parte con cargo a sus reservas

El presidente de Puig, Marc Puig.
El presidente de Puig, Marc Puig.Andreu Dalmau (EFE)
Javier García Ropero

Puig, el gigante catalán de la cosmética y el cuidado corporal, ha repartido más de 160 millones de euros en dividendos en los últimos dos años, en pleno proceso de valoración de una potencial salida a Bolsa. Una importante retribución a sus accionistas, que no son otros que las diferentes ramas que componen la familia Puig, y que ha llegado después de dos años de frenazo provocado por los efectos de la pandemia.

Así lo detallan las últimas cuentas individuales que Puig SL, la cabecera del grupo hasta el cierre del ejercicio 2022, cuyas cuentas acaba de depositar en el Registro Mercantil. Estas muestran cómo la sociedad repartió durante ese año un total de 110 millones de euros entre sus accionistas. De esa cantidad la gran mayoría, 86,18 millones, fueron abonados con cargo a las reservas del grupo, mientras que el importe restante, de 23,82 millones, correspondió al beneficio individual obtenido por Puig en 2021.

Esta cerró el ejercicio siguiente, 2022, con un beneficio neto individual de 54,4 millones de euros, algo más del doble que en el año anterior, gracias a los mayores dividendos recibidos por sus participadas, que rozaron los 50 millones. También se vio beneficiada por unas diferencias de cambio más positivas para el grupo.

La totalidad de ese resultado de 2022 fue aprobado también para su reparto íntegro a dividendos, y se abonó de manera efectiva durante el pasado 2023. Algo que eleva a más de 164 millones la retribución con la que Puig ha premiado a sus accionistas.

Corporación Empresarial Exea, el holding familiar, ostenta un 89% de los títulos, participación que divide entre dos sociedades: Exea Ventures, que tiene un 48%, y Exea Empresarial, con otro 41%. La primera fue constituida a finales de 2020, después de una reorganización del holding familiar. Los Puig repatriaron a España esta sociedad, que hasta entonces estaba domiciliada en Países Bajos. Eso sí, el socio único de esta empresa, Interscents SA, está localizada en Suiza. Entre los accionistas relevantes de Puig también está la firma Puig Gest, con un 10%. Esta sociedad, a su vez, es propiedad de Exea Empresarial.

Puig SL era la cabecera del grupo hasta abril de 2023. Entonces, el grupo reorganizó su estructura societaria con vistas a su potencial salida a Bolsa con la creación de Puig Brands, una sociedad anónima que desde entonces actúa como matriz.

Esta era anteriormente la filial Jorba Perfumes SL, que en un primer momento tomó la forma de sociedad anónima, para después cambiar su denominación social a Puig Brands. En ese momento, también acometió una ampliación de capital por algo más de 29 millones de euros. A partir del ejercicio 2023, por tanto, Puig Brands será la que consolidará las cuentas del grupo, y la que marcará el dividendo a repartir.

La compañía familiar trabaja con sus asesores para preparar un potencial salto al parqué, una posibilidad reconocida en los últimos meses por su presidente, Marc Puig. En este sentido, el grupo cuenta con el asesoramiento financiero de STJ; con JP Morgan y Goldman Sachs como coordinadores globales de la transacción, y con Linklaters y Cuatrecasas como asesores en el apartado legal. El mercado ya cuenta con una valoración de 10.000 millones para el holding cosmético y con expectativa de que este año se consume la salida a Bolsa.

Puig cerró el ejercicio 2022 con unos ingresos récord de 3.600 millones, y un beneficio de 400 millones de beneficio. La expectativa para 2023 era superar los 4.000 millones de euros.

Una operación que impondría “disciplina y rigor"

Reflexión.  Fue en octubre cuando, por primera vez, el presidente de Puig, Marc Puig, reconoció la intención de la compañía de abrir su accionariado a terceros, contemplando todas las opciones. “Una sería abrir el capital, y eso podría significar un accionista de capital riesgo; podría significar un accionista a mucho mayor largo plazo, o podría significar salir al mercado”, dijo el ejecutivo en una entrevista al Financial Times. En ella, habló de las “dificultades” que pueden aparecer en la transición entre generaciones en una empresa familiar, mientras que rendir cuentas ante el mercado “trae una disciplina y un rigor que asegura que esos problemas no surjan”. También reconoció que transformar la cabecera en una sociedad anónima “da más flexibilidad” para decidir entre las posibles opciones, y que una salida al mercado.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.
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