Urbaser enfila su venta por más de 5.000 millones para finales de año
Platinum sondea a la banca de inversión tras desprenderse del negocio de recogida de residuos en los países nórdicos y Reino Unido
Urbaser se encamina hacia la venta. El fondo Platinum, su dueño desde 2021, explora desprenderse del gigante español del tratamiento de residuos en una operación que se prevé recórd, de cara a finales de año, según indican fuentes financieras. Las primeras valoraciones del grupo —tras haberse desprendido de los negocios en los países nórdicos y Reino Unido y vinculado a posibles ventas en Latinoamérica— ron...
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Urbaser se encamina hacia la venta. El fondo Platinum, su dueño desde 2021, explora desprenderse del gigante español del tratamiento de residuos en una operación que se prevé recórd, de cara a finales de año, según indican fuentes financieras. Las primeras valoraciones del grupo —tras haberse desprendido de los negocios en los países nórdicos y Reino Unido y vinculado a posibles ventas en Latinoamérica— rondan los 5.000 millones de euros.
Urbaser fue la filial de ACS especializada en tratamiento de residuos. El grupo constructor que pilota Florentino Pérez la vendió en 2016 al grupo chino CTNY. Los asiáticos fueron sus dueños durante unos cinco años y en 2021 la traspasaron a su vez al fondo estadounidense Platinum. Se impuso en una puja frente a Elliott y Stonepeak y pagó 3.500 millones.
En estos tres años, el fondo californiano —dueño en España también de la pesquera Iberconsa, que compró en 2019— ha metido la directa. Nombró a Fernando Abril-Martorell, un ejecutivo bien conocido en el Ibex, tras haber presidido Indra y haber sido consejero delegado de Telefónica, como CEO. La compañía ha virado su expansión geográfica. Ha vendido su negocio en los países nórdicos al fondo Cube Infraestructure por 390 millones y el del Reino Unido a FCC por unos 400 millones más, al tiempo que trató de hacerse con el área de residuos de Sacyr, que finalmente acabó en manos de un fondo de Morgan Stanley. También ha abordado la venta de otras áreas más pequeñas, como el negocio de movilidad urbana o Socamex, la filial de aguas, que adquirió el fondo suizo Quaero.
Estas operaciones corporativas, por las que se ha embolsado 800 millones en total, ya han sido lucrativas para el fondo estadounidense. La compañía le abonó un dividendo de 445 millones, de los cuales 50 millones correspondieron a los resultados de ese ejercicio y los otros 394 millones con cargo a reservas.
La compañía cuenta con una plantilla de 50.000 trabajadores y está presente en 15 países, donde da servicio a 70 millones de personas con 150 plantas.
Una vez rubricadas estas transacciones, Platinum empieza a poner el visor en una posible venta. Las fuentes consultadas coinciden en apuntar que en las últimas semanas ha entablado contactos con algunos bancos de inversión, con este objetivo en mente. En el mercado apuntan como favoritos a JP Morgan, Barclays, Citi o Nomura, que ya han trabajado con el fondo y la compañía, así como en el caso del negocio de Sacyr en el ramo, en operaciones corporativas previas.
Lo que no está claro es el calendario. Todo apunta a que la operación llegará a finales de año, si bien algunas fuentes la retrasan incluso para el inicio de 2025. La clave está en lo que decida hacer con el negocio en Latinoamérica. El mercado sospecha que Abril-Martorell explorará primero, durante este año, esta opción con el objetivo de reducir el tamaño de la compañía. De hecho, en diciembre del año pasado segregó sus activos en Argentina a una nueva sociedad.
Las primeras valoraciones de Urbaser apuntan a una transacción de récord en España. Con 3.000 millones igualaría a grandes operaciones, como la de IVI, o algunas en liza como Idealista. Es un tamaño demasiado grande para que muchos fondos acudan a ella, lo que limita la lista de potenciales candidatos a solo los mayores fondos de inversión. Un ejemplo es el caso de Hotelbeds, que ha optado por una salida a Bolsa tras haber lanzado una subasta infructuosa en la que aspiraba a una valoración de más de 4.000 millones. Vender por separado el negocio latinoamericano (al menos una parte) puede facilitar que la transacción llegue a buen puerto.
La compañía obtuvo unos ingresos en 2022, antes de las desinversiones, por 3.000 millones de euros. El negocio español representa en torno a un tercio del negocio, mientras que el británico y el nórdico son un 5% y un 8%, respectivamente. La compañía cerró ese ejercicio con un beneficio de 54,62 millones, un 20% menos que en el año anterior. Moodys —que modificó en julio la perspectiva de esta deuda a estable desde positiva, si bien mantuvo inalterada la calificación en B3, hundida seis grados en el bono basura— prevé que la compañía cierre el ejercicio de 2023 con un ebitda de 550 millones y con generación de caja negativa, por la pérdida de un contrato importante en Madrid.
Platinum afrontó la adquisición de Urbaser con un macropréstamo de 2.000 millones, que vence en 2028. Se trataba de un préstamo puente, otorgado por Santander y Bank of America, que después refinanció con préstamos de tipo TLB, que los bancos colocan entre inversores institucionales. Santander, BBVA, Sabadell, BNP Paribas, Bank of America, CaixaBank, Credit Agricole, Deutsche Bank, Goldman Sachs, ING y Société Générale lideraron la colocación, a un precio del euríbor a seis meses más un diferencial de 418 puntos básicos. Cuenta, según Moodys, con 238 millones de caja, además de líneas de liquidez por 400 millones más.
Los negocios de gestión de residuos han resultado en los últimos años muy apetecibles tanto para los fondos de capital riesgo tradicionales, como Platinum, como por los fondos de infraestructuras. El último gran proceso de venta en este área, el de la división de Sacyr el año pasado, concurrió a inversores como el propio Urbaser, además de fondos de capital riesgo como Apollo, de infraestructuras como Stonepeak, Cube o un vehículo de Morgan Stanley, que fue el que se llevó el gato al agua. En el caso de la filial de Ferrovial pujaron por este activo la francesa Paprec, que también se interesó por el negocio de Sacyr, o los alemanes Scwartz y Remodis.
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