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El fraude eléctrico por cultivos de marihuana crece un 70% en la red de Endesa desde 2019

Las plantaciones de interior suponen ya el 37% de la energía defraudada. La eléctrica avisa de que el problema afecta a todos los consumidores

I. F.
Plantación marihuana
Una plantación interior de marihuana, en una imagen de archivo.endesa

Los casos de manipulación de instalaciones eléctricas en la red de Endesa asociados a plantaciones de marihuana se dispararon un 70% entre 2019 y 2023, según los datos publicados este lunes por la propia eléctrica. El fraude general, entretanto, creció un 35% en ese periodo. La red de Endesa es el mejor indicador de la evolución de estos sucesos, al dar servicio a las zonas de España en las que más cultivos ilegales hay.

El año pasado, la filial de redes de la empresa que preside José Bogas —que calcula en más de 2.000 millones el coste del fraude eléctrico “para el conjunto de la sociedad”, casi 70 euros por punto de suministro— afirma haber desmantelado alrededor unas 150 instalaciones de este tipo al día.

En 2019, el ejercicio anterior a la pandemia, Endesa abrió 39.300 expedientes por fraude, ya sea por pinchazos para dar suministro a plantaciones ilegales de estupefacientes o por cualquier otro motivo. En 2023, esa cifra había crecido hasta las 53.300 actuaciones. “La energía recuperada vinculada a estos expedientes se ha disparado un 58% hasta alcanzar los 662 gigavatios hora (GWh), el equivalente al consumo de 190.000 hogares”, explican los técnicos de la distribuidora.

Siempre según sus cifras, las plantaciones de marihuana y los grandes consumos vinculados a la actividad industrial y los negocios supusieron el 74% de la energía defraudada el año pasado. El 26% restante fue en el sector residencial, “aunque es destacable que solo el 2% se localizó en las viviendas con un consumo más bajo, con una potencia contratada inferior a los tres kilovatios (KW)”. En otras palabras: los casos de pequeños consumidores, probablemente con dificultades económicas, son solo una pequeña parte sobre el universo total del fraude eléctrico detectado. Las instalaciones para cultivar marihuana en el interior de edificios, en cambio, suponen ya el 37% de la energía defraudada y recuperada.

Una sola plantación de interior consume el equivalente a 80 viviendas, “con lo que el impacto de estas instalaciones fraudulentas en las pérdidas del sistema eléctrico y en el deterioro de los equipamientos y de la calidad de suministro en zonas con elevado porcentaje de fraude es evidente”. Las estimaciones de Endesa apuntan a un consumo de alrededor de 2,2 TWh en un año, el equivalente al consumo de una ciudad del tamaño y la población de Sevilla.

“En algunas zonas, acaparan hasta el 80% del consumo eléctrico y los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan mediante enganches ilegales que causan estragos en la red”, expone la eléctrica. “Generan sobrecargas que activan las protecciones de los centros de transformación, provocando interrupciones de suministro que afectan a todos los vecinos de la zona y, en casos extremos, llegan a originar incendios en líneas subterráneas o incluso en centros de transformación recién instalados”. Solo el pasado año, dice, las sobrecargas derivadas del fraude incendiaron 14 centros de transformación en las provincias de Sevilla y Granada.

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Sobre la firma

I. F.
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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