Helena Revoredo no se gastará ni un euro en su opa sobre el 15% de Prosegur
La empresaria pacta con la banca un préstamo de 155 millones que pagará con cargo a los dividendos que obtenga de la compañía
Helena Revoredo no tendrá que rascarse el bolsillo por incrementar su peso en Prosegur en un 15%. La presidenta del grupo de seguridad ha diseñado una operación financiera con la banca que le permite pagar los hasta 150 millones que tendrá que abonar al resto de accionistas de la compañía con cargo a los dividendos que repartirá la propia Prosegur en los próximos años, según reza en el folleto de la operación que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha autorizado este martes.
Revoredo, a través de la sociedad Gubel, ha lanzado una opa sobre el 15% de Prosegur a 1,83 euros por acción, lo que le supone gastarse 150 millones de euros y valora la firma en 997 millones. La empresaria ya es dueña del 60% del capital y con esta operación aspira a alcanzar hasta el 75%.
Para sufragar la operación, la empresaria ha rubricado un préstamo con seis bancos —Citi, Santander, BBVA, Bankinter, Commerzbank y Deutsche Bank— por importe de hasta 155 millones de euros, tal y como publicó este periódico el 12 de diciembre. La letra pequeña de este acuerdo de financiación establece que este crédito vencerá el 7 de diciembre de 2024, pero se podrá extender tres veces durante seis meses cada una. Es decir, el crédito expirará por completo antes del 7 de junio de 2026. Pagará un interés compuesto por el euríbor más un diferencial del 1,75%, que se elevará en las extensiones al 2,75%.
Revoredo ha pactado con la banca que devolverá este préstamo con el 75% de los dividendos que cobre de Prosegur. También se ha comprometido con estas seis entidades financieras a “maximizar” el dividendo en la compañía.
Prosegur es tradicionalmente una empresa conocida por ser generosa con sus accionistas, con una rentabilidad por dividendo del 3,76%. En 2023 distribuyó 36 millones, a razón de 0,661 euros por acción, lo que supone el 42% del beneficio neto. En 2022 abonó dos pagos de 68,02 y 35,98 millones y en 2021 68 millones. De alcanzar todo ese 15% sobre el que lanza la opa, Revoredo se embolsaría más de 8 millones al año extra en dividendos, hasta un total de unos 41 millones de euros anuales por el total de su participación, de acuerdo a los pagos de 2022. Este ingreso extra le permitirá pagar con placidez el crédito que ha solicitado para pagar la opa. De acuerdo a las condiciones pactadas, dedicará 30 millones anuales a devolver el préstamo, lo que le permitirá repagarlo por completo en cuatro años, sin computar el pago de intereses.
Esta estructura financiera supone, además, que Revoredo no tendrá que gastarse ni un euro de su propio bolsillo para afrontar el pago de la opa. Será la propia compañía opada la que lo hará en realidad, ya que el crédito se devolverá con los dividendos que esta misma firma pague a sus accionistas, priorizando este elemento sobre las inversiones. “El oferente tiene intención de atender el servicio financiero de la deuda en virtud del contrato de financiación con los flujos de caja que obtenga de sus inversiones y participadas”, reza el folleto.
No obstante, el crédito expirará en algo menos de tres años y Revoredo necesita unos cinco años para recibir de Prosegur todo el dinero necesario para sufragar la opa vía dividendos. Por lo tanto, se verá obligada en los próximos meses o bien a negociar un refinanciación de este préstamo con la banca o a incrementar el dividendo. La compañía admite en el folleto que se plantea refinanciar el préstamo antes de su vencimiento.
Las entidades financieras han obtenido a cambio otras contraprestaciones. Revoredo se ha comprometido a entregar a la banca como prenda del crédito los hasta 81 millones de acciones que adquirirá la empresaria con esta opa, a los que sumará como garantía otro 5% del capital de las acciones con las que ya cuenta.
La opa de Prosegur ya levantó los recelos de los inversores minoritarios. Un grupo de unos 200 de estos inversores se han levantado en armas contra la operación de Helena Revoredo. Reclamaban cambios en la normativa de opas que compliquen estos movimientos, que consideran que arrinconan a los pequeños inversores y los condena a vender sus títulos a precios irrisorios ante el miedo a una exclusión de Bolsa. Este grupo ya propició una mejora en el precio de la opa de Baron de Ley, cuya arquitectura financiera recuerda a la que ahora ha pergeñado Revoredo.
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