La industria española del videojuego revela que un incentivo fiscal del 20% multiplicaría por cuatro la facturación del sector
Piden modificar los artículos 36 y 39 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades para poder competir en un mercado global
Una desgravación fiscal del 20% en el impuesto de sociedades en el sector de la producción de videojuegos en España multiplicaría casi por cuatro la facturación de esta industria en 2028, pasando de los 1.435 millones ingresados en 2022 a los 5.506 millones en cinco años. La medida también multiplicaría por 2,3 el empleo en ocho años, permitiendo pasar de los 9.893 empleos a tiempo completo con que cerró el sector el pasado año a 23.146 puesto de trabajo en 2030. Sin ese incentivo fiscal -el que se aplica actualmente en Reino Unido-, la facturación en 2028 se quedaría en los 3.403 millones de euros y el empleo, en 20.538 en 2030.
Así lo muestra un informe elaborado por la Universidad Carlos III, promovido por la asociación Desarrollo Español de Videojuegos (DEV) y con el apoyo de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI). Las tres organizaciones destacaron durante su presentación que las empresas españolas no compiten hoy en igualdad de condiciones frente a sus homólogas en Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Reino Unido, países que ya han introducido sistemas de incentivos fiscales específicos para esta industria, que “es global, y que está dominada por EE UU, China y Japón”. Francia, según precisaron, fue pionera al introducir en 2008 el Tax Credit (créditos fiscales). Más tarde, en 2014, fue Reino Unido quien introdujo su paquete de incentivos fiscales al videojuego.
Las dos asociaciones, las dos grandes patronales del sector, han reclamado modificar los artículos 36 y 39 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades para que la industria española del videojuego cuente con los incentivos fiscales para la producción y la captación de proyectos internacionales. Unas deducciones que, indicaron, ya se aplican en otras industrias culturales del país como las producciones cinematográficas, las series audiovisuales o los espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales.
“Sin un sistema de incentivos propio España, que cuenta con gran talento en este sector, corre el riesgo de perder muchos proyectos de desarrollo de videojuegos, que preferirán irse a otros países de nuestro entorno porque en el conjunto de la inversión les será más rentable”, subrayaron.
Las reducciones de las tasas de presión fiscal no implicarían una caída de la recaudación tributaria, sino más bien todo lo contrario por el efecto de incremento de ventas, según resaltaron. En el caso de una deducción fiscal del 20% la recaudación tributaria se incrementaría de manera directa en un 2%. A este efecto directo se sumaría el impacto positivo fiscal de los efectos indirectos (reinversión de la industria y consumo a proveedores) e inducidos (salarios e ingresos vía renta).
El informe detalla que, tal y como se ha demostrado en el sector audiovisual y en otros países líderes en la industria, con el marco fiscal planteado, la inversión de capital nuevo se incrementaría en un 80%, y la captación de nuevos proyectos podría ser significativa y cambiar sustancialmente el panorama español en muy pocos años.
A estos resultados cuantitativos, además, habría que sumar otros efectos positivos, como la captación y retención de talento y el impacto en el desarrollo de una infraestructura y ecosistema de soporte al sector (programas educativos, laboratorios, clusters de desarrollo, nuevos programas de I+D+I).
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