Vine, vi y vendí, efervescencia en la industria de defensa
Las empresas de armamento y equipos militares han facturado en España más de 28.000 millones en los últimos cuatro años; el compromiso con la OTAN es elevar el gasto del 1,3% al 2% del PIB
El mundo se arma. No para la guerra en general, sino para guerras concretas. Hay donde elegir y la compraventa de sistemas de defensa y ataque aumenta. También en España donde, en los últimos cuatro años, las empresas de armamento y equipos militares han facturado más de 28.000 millones. Solo en 2022, en plena invasión rusa en Ucrania, el sector ingresó 7.139 millones, según la consultora KPMG. Los presupuestos del Ministerio de Defensa reflejan la efervescencia. Aunque crecen desde 2016, en 2023 han registrado un incremento histórico -un 26% más que en 2022-, hasta alcanzar 12.827 millones. Como aspirina en botella de gaseosa. España gasta en torno al 1,3% del PIB en defensa, pero el compromiso de los socios de la OTAN es alcanzar el 2%, una meta que hoy sólo cumplen siete de los 30 miembros de la alianza: Grecia, Estados Unidos, Lituania, Polonia, Reino Unido, Estonia y Letonia.
Hay mucho dinero en el tablero. ¿Quién se lo disputa? Según el anuario de referencia (SPAIN Defence and Security Industry 2023) Una industria para un nuevo contexto- hay 543 empresas inscritas como potenciales suministradoras de material en la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) de Defensa. De ellas, 380 declararon ventas en 2020, el último ejercicio con datos completos.
Hay niveles. En el primero están los gigantes con músculo y participación del Estado. Destacan tres: el grupo Airbus y su división Airbus Defence and Space (participación española del 5% y sede en Madrid); Navantia, propiedad 100% de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) e Indra, con un 25,16% de capital público y socios como Fidelity (7,8%) y Amber Capital (7,16%). Las tres, junto a Santa Bárbara Sistemas, propiedad de la estadounidense General Dynamics desde 2001 controlan tres cuartas partes de las ventas a los grandes programas de armamento.
En el segundo escalón conviven decenas de compañías que facturan menos de 200 millones. Según el anuario Spain Defense 2023, las 75 con más facturación -incluidas las tres participadas por el Estado- copan el 98% del negocio total. De ellas, la mayor parte -46- tienen su sede en Madrid, según Infodefensa (https://www.infodefensa.com/). Ese segundo escalón afronta un gran reto. En palabras del director general de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae), César Ramos, es necesario ajustar el sector a un aumento de la demanda. “La cadena de suministro” asegura “se tiene que racionalizar” en una actividad -defensa- que arrastra, además, el 9% de la inversión en innovación del país. En la radiografía del sector destacan un puñado de compañías por historia, proyección y programas en marcha. Estas son las principales:
Escribano Mechanical & Engineering (EM&E). Fabrica estaciones remotas, sistemas electroópticos y kits guiados para munición. EM&E es una empresa 100% familiar que factura 150 millones y que ha incrementado plantilla a un ritmo del 35% anual. Hoy emplea a 720 personas. Dirigida por los hermanos Ángel y Javier Escribano -hijos del fundador- EM&E ha invertido en Indra. A día de hoy controla un 3,45% de las acciones de Indra y se plantea en próximos pasos, subir al 8% y el 10%.
GMV. Nació en los años 80 de la mano del catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos Juan José Martínez García, hoy es un grupo multinacional presente en Europa, América y Asia con una plantilla de más de 3.000 personas. Suministra sistemas de mando y control de artillería e infantería para el Ministerio de Defensa. GMV se fundó como una empresa espacial y el espacio sigue siendo el principal y más importante sector para la compañía. Le va bien. Según el informe 2022, todos sus indicadores de actividad comercial se encuentran en máximos históricos. La facturación se ha incrementado un 23,5 % hasta alcanzar los 311 millones, con un ebitda cercano a los 20 millones y un beneficio neto de 6,6 millones. “Es un momento de cambio profundo” asegura su director de Desarrollo José Prieto “se están poniendo en marcha mecanismos diseñados antes de que estallara la crisis de Ucrania y con un fuerte componente de cooperación”. “Para el futuro, el panorama es favorable, hay un nuevo ciclo inversor en marcha, con su vertiente muy fuerte en Defensa” concluye.
Tecnobit-Grupo Oesía. Fundada en 1976, es la división de ingeniería avanzada del Grupo Oesía para los sectores de Aviónica, Seguridad y Defensa. Participada inicialmente por 3i, Ingenaval, Casa e inversores particulares, desde 2007 cuenta como principales socios con IT Deusto, Caja Castilla La Mancha y Guindola Consultores. Tecnobit ha participado junto con Santa Bárbara Sistemas en contratos de misiles anticarro (Spike); fabrica torpedos para los submarinos S-80; suministra aviónica para helicópteros de la marina estadounidense y ha sido elegida por la Armada española para modernizar los equipos de vigilancia de las fragatas F-80. El grupo Oesía facturó 244 millones en 2022 y ganó 19,6 millones brutos.
Sapa Placencia. Es un grupo vasco (familia Aperribay) especializado en tecnología de transmisiones y movilidad de vehículos militares. Tiene sede en Andoain (Gipuzkoa) y es una de las empresas con más historia del país. Hunde raíces en el siglo XVI. Fabrica sistemas de transmisión, propulsión y de gestión de energía para vehículos de combate y defensa antiaérea. Hasta 2020 facturaba en torno a 59 millones.
Sener. La compañía familiar Sener se creó en 1956 por el matrimonio Enrique Sendagorta y Maria Luz Gomendio y los hermanos Erhardt Hormaeche. En 1989, la empresa familiar Sener se alió con el gigante Rolls Royce en la sociedad Industria de Turbo Propulsores (ITP) para participar, entre otros proyectos, en la fabricación del Avión de Combate Europeo. La alianza terminó 27 años después con la venta del 53% de la compañía en poder de los Sendagorta a la compañía británica por 720 millones. Hoy en día, la actividad de defensa no es el área más amplia dentro de Sener pero, cualitativamente es importante porque es la cuna de mucha tecnología que luego permite perseguir el liderazgo en otros sectores. Sener cerró 2022 con un negocio de 500 millones. El negocio aeroespacial y de defensa representa entre un 25% y un 30% de la facturación.
ITP Aero. Constituida en 1989 de la mano de la empresa vasca de ingeniería Sener, fue propiedad de Rolls-Royce entre 2017 y 2021. Sus nuevos propietarios son Bain Capital, JB Capital (Javier Botín), Indra, Sapa y el Gobierno vasco a través del fondo Finkatuz. Con una facturación en 2021 de 915 millones, un 30% de su actividad está dirigida a la defensa. La empresa, con 4.200 empleados, mantiene los motores de las Fuerzas Armadas Españolas.
-Urovesa. Es una empresa gallega con fábrica en Valga (Pontevedra). Fue fundada en 1981 por un grupo de antiguos empleados de IPV liderados por el empresario lucense José Sierra Fernández. Su hijo, Justo Sierra es el actual presidente y consejero delegado. Lograron destacar en el sector de automóviles 4x4 para la lucha contra el fuego. En 2020 firmó un contrato para suministrar a las Fuerzas Armadas 700 vehículos de alta movilidad táctica (Vamtac) por 146 millones y entregas hasta 2025. En 2022 facturó 102,8 millones y ganó 14 millones netos.
Hisdesat. Tiene como accionistas a la crema del sector, con la operadora de satélites de comunicaciones Hispasat (43%); Isdefe, una sociedad pública del Ministerio de Defensa (30%); Airbus Defence & Space (15%); Indra (7%) y Sener (5%). Ofrece comunicaciones seguras y tareas de observación por satélite a organismos gubernamentales de diferentes países. En 2022 ingresó 230 millones, con un aumento del 25% respecto al año anterior. Ganó 47 millones netos.
Hay más empresas en la liza, la mayor parte pymes a la caza del buen momento. La consultora Bain & Company asegura en un informe sobre el sector aeroespacial y de defensa que la mayoría de los altos directivos planean aumentar la inversión en los próximos tres años. La búsqueda de soluciones de defensa inmediatas, como sistemas anti-drones basados en la IA, sostiene el trabajo, se ha vuelto esencial. Las compañías se adaptan, además, a la corriente “verde”. “Las empresas de defensa” explica Bain & Company " están considerando la sostenibilidad en sus operaciones y energía, con objetivos ambiciosos”.
La corriente de gasto empuja a favor de las empresas españolas, que son grandes exportadoras. Según un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) se espera que el gasto militar de los países europeos aumente a una tasa anual del 2,7% entre 2022 y 2028. Ignacio Lliso, socio de la consultora Accuracy, explica que “España invierte en Defensa anualmente alrededor del 1,3% del PIB y tiene el objetivo de llegar al 2% en 2028-2029″.
En su opinión, el mayor gasto nacional e internacional “beneficiará al sector de la aeronáutica militar, donde empresas como Airbus Defense están muy bien posicionadas; a compañías de armamento como Instalaza o Escribano, con una amplia gama de productos y de servicios y a empresas de tecnología de defensa como Indra o Sener”. Lliso coincide con Ramos (Tedae). “El incremento en el presupuesto (de Defensa) durante estos últimos años está siendo significativo y necesitamos tiempo para absorber de forma eficiente el aumento de recursos”
El primer reto, sostiene César Ramos es mantener el Estado de opinión favorable hacia la defensa y su industria instalado en la sociedad en los últimos años. “Debemos ser capaces de transmitir que la Defensa es importante y que para que no la necesitemos hay que invertir permanentemente en ella”. Dicho en la vieja y elegante forma, si vis pacem para bellum. Vine, vi y vendí.
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