Los tres ejes que conseguirán hacer la economía circular

La consultora Neture Impact apuesta por actuar desde el producto, su fabricación y un cambio de hábitos del consumidor

Una cliente en un establecimiento de productos sostenibles.Westend61 (Getty Images/Westend61)

“Las marcas viven en los envases. En el interior de un frasco de perfume, por ejemplo, no está el nombre de quien lo vende y, sin embargo, pocas son todavía las empresas que se responsabilizan de ese envase cuando se convierte en residuo”, reflexiona Xavier Vallés, director general de Neture Impact, la spin off de la consultora The Cocktail.

Poco a poco, según se van haciendo cada vez más evidentes...

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“Las marcas viven en los envases. En el interior de un frasco de perfume, por ejemplo, no está el nombre de quien lo vende y, sin embargo, pocas son todavía las empresas que se responsabilizan de ese envase cuando se convierte en residuo”, reflexiona Xavier Vallés, director general de Neture Impact, la spin off de la consultora The Cocktail.

Poco a poco, según se van haciendo cada vez más evidentes las consecuencias del cambio climático, aumenta la concienciación social y de las empresas sobre la necesidad de revertir el modelo económico lineal actual –en el que los materiales se extraen, se utilizan y se desechan–por otro circular, clave si se quiere avanzar en la descarbonización. La circularidad se basa en un proceso productivo que minimiza la extracción de recursos, contempla que los productos fabricados con ellos se mantengan en uso el mayor tiempo posible y se reduzca la generación de residuos al mínimo.

“Conocemos la teoría y sabemos hacia dónde queremos evolucionar, ahora es el momento de llevar a la práctica acciones que posibiliten ese cambio”, advierte Vallés.

Los datos son tozudos y no dejan de alertar de las consecuencias que tiene para el medioambiente, la economía y la sociedad seguir utilizando materiales prácticamente indestructibles para satisfacer necesidades puntuales sin haber trazado un plan para su recuperación. El análisis que acaba de elaborar Neture Impact bajo el título Desmaterialización y circularidad recuerda que cada año se generan más de 2.000 millones de toneladas de residuos en el mundo y el Banco Mundial prevé que esa cifra aumente hasta los 3.400 millones en 2050.

Solo una transformación radical y urgente podrá frenar esta tendencia y los expertos han identificado los tres ejes de acción que serán determinantes en la consecución de una economía mucho más circular. El primero es apostar por un cambio de hábitos de los consumidores. “Las empresas han de convencer al ciudadano de todas las ventajas que conlleva variar algunas costumbres de compra por otras más sostenibles, como ya están haciendo algunas compañías con los envases reutilizables o rellenables”, explica Xavier Vallés en una conversación con CincoDías.

Cadenas logísticas

Unido a un cambio de hábitos, como el que ha supuesto que cada vez más clientes acudan a los establecimientos con sus propias bolsas de casa, el siguiente eje de actuación es cambiar los productos.

“En la actualidad, todo gira en torno a la satisfacción del cliente y eso preocupa a numerosas empresas que temen la reacción de los consumidores si deciden acometer cambios radicales en sus productos. De ahí que sea fundamental llevar a cabo un trabajo de concienciación muy importante, deben ayudar a los clientes a hacer esa transición y al final obtendrán su recompensa porque un cliente circular es más fiel”, advierte Vallés.

El tercer eje, después de haber actuado sobre el consumidor y el proceso productivo, es promover lo que los expertos denominan cadenas logísticas inversas, aquellas que apuestan por la recuperación de los productos para futuros usos.

Otro de los cambios que puede revolucionar el proceso productivo a medio y largo plazo es el conocido como la servitización de la economía. Consiste en que las empresas ofrezcan cada vez más servicios y menos productos.

“Además de las lavanderías, ya muy presentes en numerosos barrios de las grandes ciudades, comienza a extenderse el modelo de pagar una suscripción en lugar de comprar los electrodomésticos. Así, para una familia en un futuro quizás resulte más interesante en vez de comprar una lavadora, un frigorífico y un horno, pagar entre 30 o 40 euros al mes por su uso y saber que cualquier incidencia o arreglo correrá a cargo del fabricante. De esta manera, además, a las marcas dejará de interesarles la obsolescencia programada de estas máquinas, de forma que procurarán que no se estropeen”, relata Vallés. Son otras formas de comercialización de esta clase de productos que lentamente comienzan a imponerse sobre la tradicional venta directa.

¿Cómo deben abordar las empresas esta transición hacia la circularidad, es asumible para un país de pymes como España? “Dependiendo del tipo de negocio que se trate el proceso será más o menos costoso en trabajo, tiempo y, por supuesto, en dinero”, reconoce Vallés. Los expertos de Neture Impact acompañan a las compañías que han elegido iniciar su transformación mostrándoles las reformas que deben acometer.

Teniendo en cuenta el tamaño medio de las empresas en España, las reformas más profundas deberán hacerse a nivel sectorial y promoviendo la conexión entre unas pymes y otras, ya que “el residuo de unas puede ser el insumo o materia prima para otras”, admite Vallés. En cuanto a la labor de las Administraciones, los expertos coinciden en que se deben combinar los mecanismos sancionadores con ayudas que impulsen acciones en favor de la circularidad.

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