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Los retos de la Unicaja de Rubiales: dar portazo a la crisis de gobernanza e impulsar el desarrollo tecnológico

El ya consejero delegado, conocedor de los entresijos del banco, tratará de formar un organigrama equilibrado y recuperar la confianza de la plantilla

Isidro Rubiales, consejero delegado de Unicaja, este lunes durante su intervención en el foro financiero organizado por KPMG y 'Expansión'.
Isidro Rubiales, consejero delegado de Unicaja, este lunes durante su intervención en el foro financiero organizado por KPMG y 'Expansión'.Javier Lizon Javier Lizon (EFE)
Hugo Gutiérrez

Isidro Rubiales, nuevo consejero delegado de Unicaja, ha empezado con paso firme. O al menos atrevido, según le reconocen varios directivos del sector. Tan solo 10 días después de acceder al cargo, en el que releva a Manuel Menéndez tras una cruenta batalla interna por el poder de la entidad entre el bando malagueño y el asturiano de Liberbank, se ha subido al escenario mediático por primera vez. “Hemos tenido una época complicada”, dijo este lunes en el foro financiero organizado por KPMG y Expansión en Madrid. De esta forma, comienza a cerrar las vías de agua que ha dejado en la entidad los últimos dos años de crisis de gobernanza que han alimentado el desasosiego en la plantilla.

Entre los grandes retos que tiene Rubiales por delante destaca el de dar estabilidad a un banco que necesita algo de calma para reencaminar el negocio y su cuenta de resultados (hasta junio ganó 148 millones, un 13% menos que en el mismo periodo de 2022). En sus primeros pasos, según fuentes cercanas, no busca hacer sangre y transmite tranquilidad para tratar de dar carpetazo a los problemas internos. Lo pasado, pasado está. Su hoja de ruta se centra en lograr un organigrama equilibrado que devuelva la estabilidad deseada. Y, sobre todo, incentivar el retorno de la cultura financiera y de trabajo de un banco que siempre ha destacado por su prudencia.

Para dar caza a esta presa, el consejero delegado jugará la baza de su amplio conocimiento de los entresijos de la casa. Inculcar las formas de Unicaja con el ejemplo. De hecho, la parte más personal, la de la plantilla, será otro de sus grandes objetivos. “Tras la fusión con Liberbank, hubo cambios en departamentos que no funcionaron. El equipo directivo y la plantilla estaban hundidos, muy desanimados por la situación, y él debe darle la vuelta”, señala una fuente cercana a la cúpula. “La parte cultural siempre es la más complicada, y Unicaja no llevó bien ese proceso tras la fusión”, resalta otro alto directivo del sector.

En paralelo a la vuelta a los orígenes y a la rehabilitación de la plantilla, Rubiales tendrá que impulsar los avances necesarios hacia una nueva Unicaja, especialmente en el área tecnológica y digital, donde el banco necesita acelerar. Tanto para mejorar el servicio a los clientes como para facilitar el trabajo de la plantilla y, a su vez, hacer más eficiente la entidad, uno de los guarismos marcados en rojo en esta nueva era. “Braulio Medel siempre retrasó estos avances por el coste que suponían, pero hay que poner a la entidad en 2023″, reconoce otra fuente conocedora al detalle del banco.

Su primera intervención pública, aunque haya aspectos a mejorar y quede mucho por hacer, se entiende igualmente como un intento para atajar otra de las tareas pendientes de Unicaja. Se trata de la única entidad de las seis cotizadas en el Ibex que no ofrece ruedas de prensa en la presentación de resultados (ni trimestrales ni anuales). No es el objetivo que tiene Rubiales entre ceja y ceja, aunque el atrevimiento de asistir en su segunda semana en el cargo a un foro financiero deja patente su declaración de intenciones. “Se abre un escenario completamente nuevo y emocionante”, añadió Rubiales este lunes en Madrid.

Tándem con Azuaga

Desde la Fundación Unicaja, máximo accionista del banco con un 30,24%, se ve con cierto optimismo la situación. Consideran que se ha cerrado por fin la crisis de gobernanza, aunque son conscientes de que todavía quedan obstáculos por delante. “El daño de Medel y Menéndez ha sido grande”, inciden fuentes de la fundación.

Pese a ello, diversas fuentes cercanas a la cúpula reconocen que se abre una especie de periodo de transición, en principio durante el tiempo que continúe Manuel Azuaga como presidente. Tiene firmado hasta 2025 y entonces se verá si da un paso a un lado. Todas las voces apuntan a que se buscaría a una persona externa que cumpla con los requisitos y sirva de contrapeso.

De hecho, la cercanía entre Rubiales y Azuaga y la falta de contrapeso entre presidente y consejero delegado era una cuestión que no terminaba de convencer a los supervisores bancarios nacional y europeo, según diversas fuentes. “Es la persona más idónea porque conoce la casa y sabe perfectamente el camino que se debe seguir, pero no será un mandato continuista. Le tiene que dar la vuelta al calcetín para recuperar la confianza y que el banco no decaiga”, avanzan fuentes no oficiales del grupo.

Margen de mejora

Las líneas maestras del mandato de Rubiales se guían por el plan estratégico todavía en vigor, el fijado para el periodo 2022-2024. “Entre ellos se encuentra el de dar impulso y continuidad al plan estratégico, centrado en potenciar el crecimiento de negocio rentable y sostenible, desarrollando las capacidades digitales”, recogía el banco en el comunicado por el nombramiento del nuevo consejero delegado.

Los movimientos de Unicaja buscan encontrar la estabilidad perdida. Y, sobre todo, que esta calma sirva para impulsar unos números con margen de mejora. Hasta junio, el banco ganó 148 millones, un 13% menos. Con una rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) del 7%, todavía por debajo del 8% fijado en su plan estratégico, y con una ratio de eficiencia del 48%, la peor entre los bancos cotizados españoles.

Otro de los grandes quebraderos de cabeza del banco en los últimos años ha sido la inestabilidad de su consejo de administración, donde se libraron las batallas entre la fundación, el bando malagueño y el asturiano tras la fusión con Liberbank. Una cuestión que pareció encauzarse con los nombramientos de los consejeros independientes Rocío Fernández, Antonio Carrascosa, Inés Guzmán y Nuria Aliño. En la parte del accionariado parece haberse encontrado también la calma. Tras el nombramiento de Isidro Rubiales, el fondo Oceanwood respondió con la venta de un 7,06% del capital del banco. A cambio, la aseguradora Santalucía mostró su respaldo a la nueva cúpula y rebasó la barrera del 3% del capital.

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Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

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