EE UU llama a remplazar 52 millones de airbags de coches vendidos entre 2000 y 2018 por no ser seguros
Fueron fabricados por ARC Automotive y Delphi. La medida afecta a vehículos de marcas como Toyota, Volkswagen, General Motors, Tesla, Stellantis o Ford
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha llamado este martes a revisar y remplazar 52 millones de airbags fabricados por ARC Automotive y Delphi. El motivo, ha señalado, se debe a que no son seguros para los conductores y pueden romperse. La NHTSA ya le había pedido a ARC la retirada de estos airbags en mayo, pero la compañía recurrió el pedido de las autoridades norteamericanas. Sin embargo, la agencia ha emitido su decisión final y ha fijado una reunión pública para el próximo 5 de octubre.
Los airbags en cuestión fueron instalados en coches fabricados entre el año 2000 y principios del 2018. El pedido afecta a 12 automovilísticas, entre los que se encuentran fabricantes como General Motors, Ford, Stellantis, Tesla, Toyota y Volkswagen.
En el caso de Tesla, la compañía tuvo que llamar en verano a revisar 16.000 vehículos por problemas en sus cinturones de seguridad. Los coches afectados fueron los Model S y el Model X. En ese caso la NHTSA señaló que el problema se había detectado en vehículos fabricados entre febrero de 2021 y junio de 2023. Los vehículos en cuestión apenas supusieron el 1% de su producción, pero se trata de un fallo grave, según el revisor.
A principios de este año, la compañía dirigida por Elon Musk volvió a tener un problema similar, en este caso por el sistema de conducción autónoma Full Self-Driving, que incrementaba el riesgo de accidente. La NHTSA indicó entonces que dicho problema provocaba que el vehículo “exceda los límites de velocidad o viaje a través de intersecciones de manera ilegal o impredecible, lo que aumenta el riesgo de un choque”.
Esta retirada afectó a los Model Y, Model 3, Model S y Model X equipados con el software o con la instalación pendiente. “La función podría potencialmente infringir las leyes o costumbres de tránsito al ejecutar ciertas maniobras de conducción”, añadió el regulador estadounidense, que cifró el número de coches afectados en 362.000.
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