Más de 300 fondos toman posiciones en las renovables españolas y cercan al sector
El ‘boom’ verde traza un nuevo mapa donde los grupos independientes locales conviven con los intereses de las grandes gestoras
El terremoto en los mercados energéticos que ha desatado la guerra en Ucrania ha obligado a la Unión Europea a pisar el acelerador en el despliegue de las renovables. La apuesta no ha pasado desapercibida por los grandes inversores internacionales y España aparece en el centro del tablero de juego: el número de gestoras de inversión, bancos y aseguradoras con posiciones en las cotizadas ‘verdes’ españolas ha aumentado un 71% desde 2020. Así, un total de 343 fondos poseen acciones en Soltec, Solaria, Grenergy, Ecoener, Audax y Acciona Energía. En total, solo los nuevos jugadores suman en los últimos tres años inversiones por al menos 247 millones.
Entre los nuevos actores presentes aparecen fondos de pensiones como el de los empleados públicos de Japón o del estado de Colorado, bancos globales como Wells Fargo o Citigroup y aseguradoras europeas. Además de los rendimientos, que este último semestre estuvieron teñidos de números rojos , el interés en el sector se explica por los objetivos de acción climática por parte de estos vehículos de inversión.
Pese a que España sigue afrontando las consecuencias de la reforma eléctrica llevada a cabo en 2013, los inversores han recuperado la confianza en el país, que se sitúa entre los diez más atractivos para la inversión en energías renovables según la firma EY. El mercado español llegó hasta la posición 29 en 2017 a causa del riesgo regulatorio, y en junio de 2023 ascendió al octavo lugar, solo por detrás de Alemania, Francia y Reino Unido en Europa.
La competencia entre los fondos es ejemplo del atractivo español. Blackrock es el segundo accionista de Solaria con un 4,46% de los derechos de voto. Sin embargo, la mayor gestora del mundo se ha ido replegando de la firma, después de controlar poco más del 8% a comienzos de 2021. Este espacio le ha servido al mayor fondo soberano del mundo, el de Noruega, para reforzar su posición en la compañía y alcanzar una participación del 4% a comienzos de agosto, pese a que los títulos de la firma acumulan caídas del 21% desde el inicio del año.
Blackrock es de los más presentes en el mercado, ya que mantiene pequeñas participaciones en Soltec, Grenergy y Acciona Energía por un total de 65 millones de euros. En el sector energético español, la compañía presidida por Larry Fink se mantiene como accionista de Repsol, Enagas, Redeia y con un fuerte vínculo con Naturgy. Por su lado, Norges ha pactado la compra de una plataforma de energía verde en manos de Iberdrola por 600 millones.
La segunda firma más valiosa del Ibex (67.296 millones de euros) cuenta con la presencia de ambas gestoras diretamente en su accionariado. BlackRock ostenta una participación del 5,39%, mientras que Norges Bank controla el 3,11% de los derechos de voto. Ambas gestoras se ven superadas por el fondo soberano Qatar Investment Authority (QIA) que controla un 8,7% de la energética controlada por Ignacio Sánchez Galán.
Control directo
Algunos de los gigantes del sector, como el fondo Antin, incluso están de vuelta en España después de años. El fondo francés presentó en junio su oferta por 866 millones de euros para hacerse con Opdenergy, con una valoración un 50% por encima de su precio en Bolsa al momento de realizarse la oferta. La opa se produce un poco antes de que Opdenergy cumpliera solo un año en Bolsa. El grupo francés ha salido de los litigios que mantenía con el estado español por el recorte de subvenciones a las renovables en 2014.
Un poco más atrás, en marzo de 2023, Brookfield se hizo con el 100% de X-Elio con la compra de la participación del 50% que ya tenía el fondo KKR por 1.800 millones. La familia Riberas ya había salido por completo de la empresa.
El interés de los fondos no ha pasado desapercibido para los accionistas fundadores, que en el caso de Audax y Grenergy han intentado blindar su control con la puesta en marcha de las acciones de lealtad. Ambas empresas recibieron el visto bueno de la CNMV a comienzos de año para la puesta en marcha de títulos especiales, que no serán entregados hasta comienzos de 2025. Ambas firmas están controladas por un solo accionista: el empresario José Elías Navarro tiene un 73% de Audax y David Ruiz de Andrés un 54% de Grenergy. Este nuevo mecanismo busca “premiar” la implicación a largo plazo.
Incluso cuando el objetivo no es la adquisición ni el control directa, el porcentaje de títulos se hace notar. El 22% de Soltec está en mano de inversores institucionales, donde sobresalen la gestora británica Schroeders y Frankin Templeton. Un poco más atrás está Solaria, con un 20% en mano de fondos, Grenergy con un 9% y Acciona Energía con otro 5%.
Los fondos no limitan su interés solo a las grandes cotizadas. Holaluz, la comercializadora de energía renovable, mantiene en su accionariado al fondo Axon, con 16,8% del capital de la firma y a los fondos de inversión Mediavideo, de la familia Romy, y MDR Inversiones, de la familia Moratiel, con algo más del 5% cada uno.
Además, los pesos pesados de Wall Street mantienen en España sus apuestas en renovables que van más allá de la energía fotovoltaica o eólica. Es el caso de Goldman Sachs, que en febrero de este año anunció el lanzamiento de Verdalía, que desde Madrid apostará por el biometano en toda Europa con inversiones por más de 1.000 millones de euros. Por su parte, JP Morgan a través de su rama de inversión en el sector, Sonnedix, ha alcanzado una capacidad operativa de más de 770MW en renovables, y de más de 850MW en proyectos en construcción y distintas fases de desarrollo.
Y no se trata solo del poder estadounidense: Interogo, el holding inversor vinculado a la familia dueña de Ikea, irrumpió en España a mediados de junio para entrar en el accionariado de Bruc, la empresa de energías renovables de Juan Béjar. El fondo de inversión Inter Infraestructure Capital se hizo así del 49% de una cartera de 1.066 megavatios de activos de generación solar, en las que ya estaban presentes la canadiense OPTrust y el fondo USS.
La pregunta que ronda en el sector es qué pasará con el control con el que cuenta Ejecutivo desde la crisis sanitaria sobre las inversiones exteriores. La última reforma de julio incorpora novedades en el sector energético con el objetivo de facilitar la entrada de inversores en parques renovables, sobre todo fotovoltaicos y eólicos. Al mismo tiempo, el Gobierno aún tiene sobre su mes a la autorización de la opa de Antin sobre OPDE, a la vez que cualquier cambio en la Moncloa puede impactar en los planes de escisión de Naturgy.
Expectativas oficiales
La revisión de la estrategia verde española, presentada a finales de junio por el Gobierno, elevó un 22% el total de inversiones en el país en lo que respecta a descarbonización del sector energético. El borrador del ‘nuevo’ PNIEC estima la movilización de inversiones por 294.000 millones, de los que un 85% será privada y solo un 15% será de carácter público. La mayor parte de las mismas, el 40%, será para la generación renovable, el 29% para ahorro y eficiencia y otro 18% para las redes energéticas. Este esfuerzo inversor se calcula que tenga un impacto de un crecimiento del 2,5% adicional en el Producto Interior Bruto (PIB).
Sin embargo, los inversores tomaron con cautela las expectativas oficiales dado que el plan aún debe ser aprobado por Bruselas, probablemente durante 2024, y superar un proceso de consultas. Sin embargo, fuentes consultadas dudan de algunas de las proyecciones, especialmente en lo que respecta a la demanda energética, y también en los cuellos de botella burocráticos que causaron dificultades al sector en el último año.
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