Microsoft juega a varias bandas en su apuesta por la IA generativa
Va a ofrecer su inteligencia artificial basada en OpenAI para Office por 30 dólares al mes, pero también colabora con Meta para lanzar LLaMa 2
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, lo ha vuelto a hacer. Cuando sustituyó al polémico Steve Ballmer logró devolver el brillo al gigante del software al centrar los esfuerzos de la compañía en lo que consideró era la tendencia tecnológica más relevante del momento, la computación en la nube (donde hoy es un claro referente), y ahora logra récords en Bolsa al poner toda la maquinaria a funcionar para convertir a Microsoft en un líder en otra área con gran potencial de futuro: la inteligencia artificial.
Nadella, un gran defensor del código abierto (otro de sus grandes aciertos), parece haber adoptado una hábil estrategia, sin limitar opciones: desarrollando internamente innovación en IA y aliándose con terceros. Así, que Microsoft haya invertido 10.000 millones de dólares en OpenAI, la empresa que está detrás del famoso ChatGPT, convirtiéndose en uno de sus principales accionistas, no le ha impedido anunciar este martes una colaboración con Meta para lanzar LLaMA 2, el modelo de lenguaje de código abierto de Mark Zuckerberg para desarrolladores de IA generativa.
Una foto de Nadella con el fundador de Facebook tras el anuncio corrió como la pólvora por Twitter y más de uno llegó a pensar que era un fake, dado que ambas empresas son competidoras. Pero en los negocios pueden surgir parejas que parecen imposibles. “Mi teoría a largo plazo es que OpenAI se independizará de Microsoft y ésta necesitará un gran apoyo en IA que podría ser Meta (para mí el gran tapado en la guerra de los modelos de lenguaje) mientras Amazon Web Services se apoya en el OpenSource y Google se posiciona en el mix de [IA] generativa + predictiva”, publicaba en un tuit José Manuel de la Chica, responsable de Tecnología de Santander Universidades.
Para Enrique Dans, profesor del IE Business School, el acierto de Microsoft es intentar jugar a todas las barajas. “No vamos a ver Bard [la IA de Google] metido en Microsoft, pero si un cliente quiere integrar Bard en Azure [la plataforma en la nube de Microsoft], seguro que puede. Al final es estar abierto a todo lo que surja porque estamos en un momento de enorme creatividad y vamos a ver infinidad de algoritmos”, continúa.
Los movimientos de Microsoft están, como no puede ser de otra forma, muy medidos. Y es que, como apunta Dans, está por ver si todo el boom de la inteligencia artificial va a estar dominado por cuatro empresas “Microsoft, Google, Meta y OpenIA, que parece destinada a convertirse en una big tech, o si vamos a un modelo de código abierto, donde habría cada vez más compañías subiéndose a ese modelo de OpenSource para aplicarlo a sus propios ámbitos, de manera vertical. Por ejemplo, una empresa de seguros que utilice su algoritmia podrá montarse sus propios modelos generativos para atención al cliente o cálculo de riesgos, y ese es un modelo que ya no está tan dominado por las big tech”.
Si la estrategia de Microsoft es la correcta o no se verá, pero de lo que no hay duda es de que Microsoft quiere dotar de inteligencia artificial a todos sus productos y servicios. Y que espera sacar jugosos beneficios de ello.
Como ejemplo, el gigante de Redmond anunció este martes que cobrará 30 dólares (26,71 euros) al mes por usuario por funciones generativas de inteligencia artificial en su Office, su software de productividad, el cual fue utilizado por 382 millones de personas en el último trimestre, según datos facilitados por la compañía. La nueva herramienta se denomina Microsoft 365 Copilot y estará disponible -aún sin fecha- para los clientes de Microsoft 365 E3, E5, Business Standard y Business Premium. Microsoft cobra ahora a las empresas 36 dólares al mes por Microsoft 365 E3, que incluye acceso a las aplicaciones de Office, Teams, SharePoint y OneDrive, entre otras herramientas. Así, un aumento de 30 dólares por el acceso a su IA casi duplicará el coste para las empresas suscritas. De manera general, se espera que la tecnológica eleve entre un 53% y un 83% el coste promedio de las versiones empresariales de Microsoft 365. La compañía explicó que ya están haciendo pruebas con 600 empresas a nivel global.
La multinacional explicó que con esta herramienta ayudará a los usuarios a utilizar los diferentes servicios de su suite ofimática, automatizando el trabajo rutinario y aumentando la productividad. Y es que, según detalló, Microsoft 365 Copilot está integrado en las aplicaciones que millones de personas usan todos los días. “Copilot pone en marcha su creatividad en Word, analiza datos en Excel, diseña presentaciones en PowerPoint, clasifica su bandeja de entrada de Outlook, resume reuniones en Teams, incluso si no has asistido”, dijo.
Aunque el precio anunciado es más alto de lo que mucha gente esperaba en el sector, Nadella defendió la política de precios como parte de un cambio generacional en la tecnología que traerá una nueva dimensión a uno de los productos principales de la compañía.
El analista de Gartner, Jason Wong, advierte que el precio de la nueva herramienta de Microsoft está “en el extremo superior de lo que vemos para otros servicios de IA generativa [OpenAI cobra 20 dólares al mes por la versión premium de ChatGPT]”. Por ello, cree que la incertidumbre económica será un desafío para los objetivos del gigante de Redmond, ya que las empresas “necesitarán encontrar el presupuesto para ese producto adicional y justificarlo. Es probable que el alto precio contribuya a un despliegue lento de la herramienta”, asegura.
Dans, sin embargo, cree que entender el precio fijado por Microsoft para Copilot implica una reflexión sobre los costes de la algoritmia generativa, mucho más elevados debido a su muy superior consumo de recursos que lo que era una simple consulta en una base de datos para proporcionar respuestas en un buscador. “La algoritmia generativa se presentó al público como un modelo gratuito porque OpenAI comenzó ofreciendo al público sus algoritmos, tanto Dall·E como ChatGPT, de manera gratuita para que así siguieran entrenándolos. OpenAI, obviamente, podía permitirse un lujo así debido a su relativamente pequeña escala. Pero Microsoft, con la enorme base instalada que tiene de Office, no puede bajo ningún concepto ofrecer unas funcionalidades que impliquen un consumo de recursos elevado sin poner un precio que lo haga sostenible, por una simple cuestión de escala”, explica.
El anuncio de Microsoft 365 Copilot se produjo en la conferencia anual de partners de Microsoft, donde reveló otros productos y servicios basados en IA generativa, entre ellos una versión empresarial del chatbot que añadió este año a su motor de búsqueda de Bing, denominado Bing Chat Enterprise. Según la compañía, este chat ofrece “mejores respuestas, es más eficaz y permitirá a las empresas trabajar con sus datos de manera segura”. La idea es que las compañías, preocupadas por la seguridad de sus datos, obliguen a sus empleados a utilizar este chat y no ChatGPT, de OpenAI.
Microsoft, que ha visto subir sus acciones en torno a un 50% este año, en gran parte por la IA, busca diferenciarse y ganar la carrera de la inteligencia artificial. No será fácil porque en ella también participan otros titanes tecnológicos como Google, IBM, Salesforce, o SAP, pero la compra de GitHub y su anuncio de GitHub Copilot para incorporar IA al trabajo de desarrollo de software, parece otro acierto en su estrategia. Como seguramente lo será llevar la inteligencia artificial a su archipopular sistema operativo Windows.
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