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Blackstone pone a la venta una cartera de 2.000 millones de créditos fallidos

El fondo ha recibido ya ofertas vinculantes por ese ‘portfolio’, que procede de activos ligados a hipotecas de Popular y de CatalunyaCaixa

Alfonso Simón Ruiz
Blackstone
Oficinas centrales de Blackstone en Nueva York.JEENAH MOON (REUTERS)

Blackstone ha puesto a la venta una de las grandes carteras vinculadas al ladrillo que, a su vez, procedían de activos tóxicos de la banca. El fondo estadounidense ha salido al mercado con ese portfolio valorado en 2.000 millones de euros, según señalan fuentes del sector inmobiliario a Cinco Días.

Se trata de una cartera de créditos fallidos procedente del conocido como proyecto Quasar, una sociedad que controla al 51% Blackstone y el resto está en manos de Santander. También hay préstamos que llegaron del proyecto Hércules, un portfolio que compró el fondo estadounidense a la extinta CatalunyaCaixa.

La cartera está compuesta por lo que en el argot del sector se llaman NPL (non performing loans) o créditos fallidos. En este caso, concretamente son colas hipotecarias, que consiste en la cantidad que le queda por pagar a un cliente después de que el banco o el fondo se haya adjudicado su propiedad.

Este tipo de colas hipotecarias son consideradas como unsecuered (o sin aval), es decir, que ya no tienen garantía sobre el bien inmobiliario. Por tanto, su valor real es muy inferior al nominal. Concretamente, puede alcanzar descuentos del 95%. Si esa así, la transacción se podría cerrar por cerca de 100 millones.

Interesados

“El proceso de venta está en marcha. Varios postores han enviado ofertas vinculantes y la compañía está negociando con ellos”, según fuentes conocedoras del proceso.

Este tipo de carteras son adquiridas, a su vez, por otros fondos. Y, a su vez, estas firmas van vendiendo activos –que pueden ser viviendas traspasadas en el mercado a particulares–, grandes carteras de edificios o solares y, también, ese mercado secundario este tipo de créditos fallidos con o sin aval hipotecario.

Blackstone principalmente invirtió en Quasar, donde destinó más de 5.000 millones en comprar el 51% del ladrillo procedente del Popular en 2017, en una cartera gestionada por Aliseda.

En España, desde 2015, los grandes compradores de carteras han sido firmas como Blackstone, Cerberus, Lone Star, Axactor, Intrum, Oaktree, Carval, la canadiense CPPIB, Bain Capital, Deutsche Bank o Procobro, entre otros.

El pasado año, fondos y bancos vendieron alrededor de 10.000 millones de este tipo de NPL y de propiedades, con Intrum y Axactor como principales compradores. Por el lado vendedor, destacó Santander, Caixabank, Gescobro y BBVA.

Exposición al ladrillo de la banca

Todavía quedan este tipo de activos, tanto créditos fallidos como propiedades adjudicadas. En en último año, la gran banca española se ha sacudido un 18,4% de su exposición problemática al ladrillo. En conjunto, Santander, CaixaBank, BBVA, Unicaja, Sabadell y Bankinter suman riesgos por 26.570 millones de euros, según se recoge en las memorias financieras de 2022 de cada banco, lo que supone restar 5.990 millones en los últimos 12 meses. 

De los 26.570 millones, las seis grandes entidades suman 8.510 millones en créditos ligados a la compra de vivienda con garantía hipotecaría (es decir, el inmueble sobre el que se concede el préstamo).


Este año se ha producido, de momento, cierto parón en el desagüe de este tipo de carteras, ya que la subida de tipos y la dificultad al acceso a la financiación también complica a los fondos estas adquisiciones.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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