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Barcelona, Málaga y Palma, tres visiones contrapuestas sobre cómo abordar el turismo masivo de cruceros

Barcelona quiere limitar al máximo los que solo hagan escala. Palma pacta con las navieras tres embarcaciones al día y solo una podrá llevar 5.000 pasajeros. Málaga quiere crecer sin restricciones.

Carlos Molina
Primera escala del Wonder of the Seas, el crucero más grande del mundo, propiedad de Royal Caribbean en el puerto de Málaga,
Primera escala del Wonder of the Seas, el crucero más grande del mundo, propiedad de Royal Caribbean en el puerto de Málaga,SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)

La recuperación de los viajes en España ha devuelto la estampa de los principales puertos españoles repletos de cruceros y ha despertado de nuevo el rechazo a este tipo de turismo masivo por el impacto negativo que tiene en los destinos. Sin embargo, las medidas para regular este fenómeno y la intensidad de las mismas son muy diferentes en tres de los mayores receptores de cruceristas (Barcelona, Palma de Mallorca y Málaga).

Cruceros Barcelona Gráfico
Belén Trincado Aznar

El destino más beligerante es Barcelona, donde su alcaldesa en funciones, Ada Colau, encabeza una cruzada contra los cruceros, centrada especialmente en la reducción de las embarcaciones que utilizan el puerto de Barcelona exclusivamente como punto de tránsito para sacar de sus tripas a miles de viajeros que visitan la ciudad por unas horas. El resto de formaciones políticas que pueden arrebatar a Colau la alcaldía, comparten el diagnóstico, que choca frontalmente con los argumentos del puerto de Barcelona. Colau firmó, tal y como recuerdan desde la autoridad portuaria, un acuerdo a principios de 2018 que fijaba como excesivo el número de cruceristas en Barcelona en 2017 (2,71 millones), por lo que se consensuó un pacto para convertirla en una actividad sostenible.

El principal instrumento era la reordenación de las terminales para los grandes barcos, reduciéndolas de ocho a siete, concentrándolas en el muelle adosado, fuera de la zona más cercana a la ciudad, y dejándola libre para que fuera disfrutada por los ciudadanos. Cinco ya están operativas, la sexta empezará a funcionar este año y la otra lo hará en 2027.

“El acuerdo firmado en 2018 sigue plenamente vigente. Es un buen acuerdo porque aleja los barcos de la ciudad y te permite gestionar mucho mejor los flujos”, recalcan.

Esas mismas fuentes destacan que, pese a la fuerte recuperación del turismo en 2022, las cifras de llegadas de turistas y cruceros están todavía muy lejos de los niveles previos a la pandemia. En 2022 llegaron 2,32 millones de pasajeros en 805 cruceros, divididos entre 1,02 millones en conexiones exclusivas de escala, 650.669 viajeros para desembarcar y 650.090 para embarcar. La cifra global de llegadas se queda solo en un 74,2% de los niveles de 2019 (809.000 cruceristas menos), con un fuerte y similar ajuste en las tres categorías analizadas: el número de viajeros descendió un 26% respecto a 2019.

Palma también quería limitar el tráfico, pero optó por la vía de la negociación. Fue el primer destino en España y el segundo en Europa, tras Dubrovnik (Croacia), que selló un acuerdo con las principales compañías navieras asociadas en la patronal europea Clia para establecer un límite de tres cruceros al día y que solo uno de ellos podría traer a más de 5.000 pasajeros. “Si se quiere, si se tiene voluntad, se puede como ya ha sucedido en Dubrovnik o en Palma. El acuerdo busca facilitar la gestión de las escalas de barcos de crucero en el puerto de Palma, escalonando su hora de llegada y aplanando los picos de actividad, y sienta las bases de un modelo de turismo aún más responsable y que continuará generando riqueza a las generaciones venideras a la vez que se abordaban las necesidades específicas de la ciudad”, recalca Alfredo Serrano, director de CLIA en España.

En las antípodas de Barcelona se encuentra Málaga, el destino español que más ha apostado por crecer de forma acelerada en la atracción de turistas, como demuestra el incremento exponencial de las viviendas turísticas. En 2010 solo había 10 y once años después la cifra escaló hasta las 23.841 unidades, por encima de Valencia, Sevilla y San Sebastián y solo por debajo de Madrid y Barcelona. Una apuesta por eliminar restricciones que también se ha producido en el caso de los cruceros, ya muy cerca de los niveles previos a la pandemia. En 2022, el Puerto de Málaga recibió 267 escalas, muy cerca de las 288 de 2019, gracias a la apuesta de las grandes navieras como MSC Cruceros, que apostó por este destino como puerto de embarque para un itinerario en verano de su embarcación MSC Orchestra, con capacidad para 3.223 pasajeros, o la primera escala del Wonder of the Seas, el barco más grande del mundo perteneciente a Royal Caribbean, realizada el 30 de abril de 2022.

Las grandes navieras se preparan para un verano en el que se estará cerca de los niveles precrisis. Es el caso de Royal Caribbean, que anticipa una temporada alta histórica a partir de las reservas acumuladas desde el pasado invierno. “Experimentamos una ola récord desde noviembre pasado. En las siete semanas siguientes se produjo el nivel más alto de reservas a España en toda la historia del grupo. Hay un gran deseo de viajar y esperamos un 2023 fuerte”, remarcan desde la compañía. El gigante estadounidense operará este año siete cruceros en Europa y dos de ellos (Simphony of the Seas and Enchantment of the Seas) saldrán de Barcelona en itinerarios de siete noches.

Fernando Pacheco, director general de MSC Cruceros en España, prevé que el número de pasajeros embarcados este año podría llegar a 260.000, lo que supondría un 30% más que en 2022, fecha en la que ya se superó en un 20% las cifras prepandemia. “Las ofertas promocionales desde otoño han generado un volumen de venta anticipada inédito. Todos los mercados se han recuperado, incluso los que requieren conexión con avión”. MSC prevé realizar 500 escalas en España, lo que supondría un 21% más que en 2022 con siete puertos de embarque (Barcelona, Palma de Mallorca, Málaga, Alicante, Tenerife, Valencia y Tarragona). Por su parte, Costa Cruceros prepara un despliegue sin precedentes. Costa Toscana y Costa Smeralda, los dos barcos propulsados por gas natural licuado, tendrán Barcelona como puerto principal y pararán en Baleares. Costa Diadema y Costa Fascinosa tendrán Valencia como puerto de referencia, con escalas en Málaga y Cádiz. Y otros dos barcos (Costa Favolosa y Costa Firenze) realizarán itinerarios por varios destinos españoles partiendo desde Barcelona.


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Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.

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