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Globalvía avanza en la carrera con Abertis y Ferrovial por el desarrollo de la carretera digital

La concesionaria estrenará en EE UU, a través de la filial Openvia, su proyecto de carretera conectada NeoRoads

Javier Fernández Magariño
Autopista Pocahontas Parkway, operada por Globalvía en Richmond (Virginia, EE UU).
Autopista Pocahontas Parkway, operada por Globalvía en Richmond (Virginia, EE UU).

La carrera por diseñar y equipar la autopista del futuro está lanzada y distintas concesionarias españolas tienen un puesto en vanguardia. Globalvia, a través de su tecnológica Openvia, va a aprovechar el salón South Summit, que se celebra entre el 7 y el 9 de junio en Madrid, para poner de largo NeoRoads, una iniciativa para la digitalización de la carretera que probará próximamente en EE UU.

Este paquete de servicios y tecnologías persigue elevar la seguridad vial, mejorar la movilidad y hacer más eficiente, seguro y predictivo el mantenimiento de la infraestructura. Entre las bases para alcanzar el hito del vehículo conectado a una carretera inteligente están las tecnologías 5G, conectividad de última generación, comunicaciones V2X y algoritmos de inteligencia artificial, según explica el director de Innovación y Sostenibilidad de Globalvía, Fernando Vallejo.

La intención es que NeoRoads permita al operador de la carretera recopilar información útil del tráfico para compartirla con los conductores. También se trata de elevar exponencialmente la interacción entre usuarios, operarios, agentes de seguridad, servicios de emergencia y demás intervinientes en la cadena de este tipo de infraestructuras. Con la información fluyendo en tiempo real, todos pueden mejorar la toma de decisiones.

El primer desafío es facilitar notificaciones, que saltarían al salpicadero del coche, sobre vehículos parados, objetos peligrosos en la vía, accidentes, atascos o cualquier otra eventualidad. Posteriormente vendrán la conexión con electrolineras, la señalización digital o la ayuda al asistente de conducción. La digitalización de una carretera requiere una sensorización y monitorización masiva, y Globalvía trabaja en un ecosistema en el que conviven distintas soluciones, como son la referida NeoRoads o el servicio de gestión de activos Geomic, ambos de Openvia.

Detrás del despliegue tecnológico se avista todo un ecosistema de negocio relacionado con el vehículo conectado. “Debemos aprender cómo interactúa el conductor con las posibilidades que ofrecen su coche y la carretera, y si está dispuesto a pagar por ello”, apunta Fernando Vallejo. Y advierte que este tipo de desarrollos ya es una ventaja competitiva para las constructoras capaces de incorporarlos a carreteras de nueva ejecución, o para operadoras que adaptan infraestructuras en operación al salto que requiere el vehículo conectado.

Banco de pruebas

Globalvía ha elegido su autopista en EE UU, Pocahontas Parkway, al sureste de Richmond (Virginia), para el primer despliegue de NeoRoads, que en realidad tuvo como embrión la monitorización de la madrileña M-45.

Se trata ahora de llevar a cabo las pruebas de validación, según la compañía, “con aspiración de convertir la iniciativa en un referente mundial de la carretera conectada”. En este banco de pruebas se comprobarán servicios de información al conductor sobre seguridad; la implementación de mapas para vehículos conectados, y mejoras en los procesos de operación y mantenimiento.

Para ello, relata el responsable de Innovación de Globalvía, “será necesario la implantación de una red dedicada de 5G y la instalación de hasta 15 cámaras y una decena de sensores en los cuatro kilómetros de tramo en que se realizará el test con tráfico real”. La elección de EE UU está relacionada con una regulación en materia de comunicaciones que permite la complementariedad de redes públicas con otras privadas. También se valora la experiencia en fases cercanas a la del vehículo autónomo. Vallejo señala, no obstante, que Globalvía aspira a probar NeoRoads también en España.

En la Pocahontas Parkway se detectarán posibles oportunidades de negocio tanto para los operadores de infraestructuras como para los fabricantes de automóviles, integradores, proveedores de sistemas, etcétera. Y es que una de las aspiraciones de Openvia, que cuenta con equipos en España, EE UU y Portugal, es generar un entorno colaborativo abierto a socios que añadan valor a través de la innovación. A posteriori, pretende capitalizar su experiencia ofreciendo soluciones a operadoras y Administraciones de todo el mundo. “Queremos convertir el color gris de las carreteras en el azul de la digitalización. El vehículo conectado será la antesala, creo que durante muchos años, de la conducción autónoma, en la que el conductor podrá retirar las manos del volante y la vista de la carretera”, sentencia Fernando Vallejo.

Otras experiencias

El liderazgo español en infraestructuras se ha trasladado también al de la digitalización de estas. Empresas como Ferrovial y Abertis están, como Globalvía, al frente de importantes proyectos.

La concesionaria de Ferrovial, Cintra, es promotora de un consorcio para el desarrollo de la autopista inteligente junto a firmas como Microsoft, 3M, Kapsch, Telefónica y Capgemini. Se trata de la iniciativa AIVIA Smart Roads para la sensorización y simulación de carreteras. La empresa proyecta el despliegue de elementos de AIVIA en sus peajes dinámicos en Norteamérica.

Abertis también se ha convertido en referente al participar en proyectos europeos relacionados con el vehículo autónomo, como son 5GMED y 5G CroCo. En ambos casos se trata de garantizar la existencia de redes en torno a las carreteras.

Otras experiencias de Abertis son C-Roads, sobre transporte cooperativo y conducción autónoma que cruza fronteras; el Inframix, por el que se analiza la convivencia de vehículos convencionales y conectados, y lanzó junto a IBM el proyecto Garaje, en el que aplica nuevas tecnologías al mantenimiento y gestión de autopistas.

La catalana también explota el negocio de la movilidad a través de Abertis Mobility Services. En la actualidad hay unos 1.000 millones de vehículos circulando en todo el mundo, que podrían saltar a más de 3.500 millones en 2050. Para entonces, siete de cada diez personas vivirán en ciudades, lo que representa un desafío para la gestión del tráfico.

Avances en la infraestructura y el vehículo

Seguridad.  Además de ancho de banda, la conexión de la infraestructura y el vehículo requiere formatos de autenticado de las comunicaciones para que los conductores puedan confiar en la información recibida.

Autonomía.  El primer informe lanzado por la asociación de fabricantes de vehículos Anfac sostiene que casi una cuarta parte de los coches ofertados incorporan tecnología de autonomía de nivel tres. En España está regulado el segundo nivel de un total de cinco, el que permite el equipamiento de un asistente a la conducción que pueda controlar tanto el movimiento lateral como el longitudinal. En el tercero ya se habilita al vehículo para responder ante obstáculos imprevistos. 

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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