Brufau: “Hay que incentivar el vehículo eléctrico, pero no prohibir el de combustión”

El presidente de Repsol alerta en la junta de “la brutal dependencia” de China en el tratamiento de los minerales necesarios para la transición energética

Madrid -
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, habla con el presidente de la compañía, Antonio Brufau, en la junta de accionistas celebrada este jueves.Pablo Monge

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha vuelto a la carga contra las políticas descarbonización en Europa que no tienen en cuenta, en su opinión, la reindustrialización y la competitividad del continente respecto a Estados Unidos y China. En este sentido, en la junta general de accionistas que se ha celebrado hoy en Madrid, Brufau ha mostrado su preocupación por que Europa quede relegada a la periferia de “un gran núcleo económico, Eurasia”.

Aunque considera que no hay que renunciar a la lucha contra el cambio climático, ha pedido nuevas estrategias y un papel industrial para Europa, cuyo liderazgo está en juego, pues los políticos europeos, “valedores de sus fundamentos”, están actuando desde un punto de vista social y no tanto económico, sin tener en cuenta que para los países en vías de desarrollo (que representan un 70% de la población mundial) la descarbonización no es lo más importante. Brufau hizo alusión al trilema “sostenibilidad, seguridad y coste razonable” de la energía, “si no, no habrá bienestar. Y aseguró que Repsol actuará “con realismo, sin escuchar cantos de sirena”.

En este punto, la regulación será protagonista, como ha demostrado Estados Unidos, que ha ofrecido “una ingente cantidad de dinero” a la inversión privada en cualquier tipo de tecnología susceptible de ayudar a la descarbonización. “Si subvencionamos la demanda y no la oferta empobrecemos la economía”, ha dicho Brufau tras criticar la prohibición del vehículo de combustión. “Hay que incentivar el vehículo eléctrico, pero no prohibir el de combustión”. Para Repsol, la exploración y producción de hidrocarburos (base principal de sus cuentas) “seguirá siendo vital para esta casa”, subrayó su presidente, quien destacó su papel de empresa multienergética.

Tras loar la cohesión y solidaridad con las que han actuado los países de la UE frente a la invasión rusa de Ucrania, lo que ha permitido cumplir con las sanciones a Rusia, destacó el papel protagonista de España, tanto por haberse anticipado hace años a los riesgos de la dependencia de un solo productor y por los mecanismos que ha aplicado para frenar los precios de la electricidad, aunque criticó la presión a la que ha sido sometido el petróleo y el gas.

Dependencia china

El presidente de Repsol ha pedido medidas de adaptación en tecnologías probadas y otras en prueba, y alertó sobre la dependencia “brutal” de China en el tratamiento de los minerales necesarios para la transición energética, como los vehículos eléctricos. El 80% de la capacidad de refino de estos está en China, para la que utiliza energía alta en emisiones de carbono. “Hay que revertir esta situación. Espero que prime el sentido común y que se potencie lo que tenemos”. Y apostó por “la eficiencia y las tecnologías, aunque no sean maduras” y por “la electrificación de todo lo que sea electrificable”. Dado que la solar y eólica no responden a reglas del mercado y las baterías “no son escalables”, son necesarios los ciclos combinados, el hidrógeno verde o la captura del CO2.

La junta de Repsol ha aprobado las cuentas del año pasado, que se saldó con un beneficio récord de 4.250 millones de euros, gracias al fuerte incremento de los precios del petróleo, más del 40% en el caso del Brent, y que la compañía atribuye a su estrategia de inversiones y optimización de sus plantas. En su intervención, el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, hizo un repaso de las cotizaciones de los mercados energéticos en 2022 y el paulatino descenso que se están registrando este año. Imaz pronosticó un escenario “incierto” en 2023, año en que se mantendrá la volatilidad.

Tras recordar que en 2019 Repsol fue pionera en anunciar un objetivo de emisiones netas cero en 2050, y su apuesta por la descarbonización con neutralidad tecnológica, digitalización, economía circular, hidrógeno verde, ecocombustibles avanzados y sintéticos. Esa fecha, según Imaz, es la aplicación teórica de distintos escenarios de producción y calentamiento global de la Agencia Internacional de la Energía, y a ellos “se adaptará Repsol”, que “seguirá produciendo lo que el mundo necesite”.

Repsol prevé producir unos 600.000 barriles darios hasta 2030 y con la caja generada podrá cerrar compras como la de la reciente del 50,01 % de CHC en España o el 40 % de Hecate en Estados Unidos. Imaz, señaló que el objetivo de esa producción es ser flexible para poder invertir más en momentos de altos precios del gas. “La transición energética necesita más petróleo”, puntualizó, pues requerirá de plásticos, aislantes y polímeros para coches y aviones, para reducir su peso y que consuman menos”.

La junta ha aprobado un dividendo complementario de 0,35 euros por acción con carfo a 2022, que se pagará el 6 de julio, con lo que el dividendo total aumenta un 11%, ghasta 0,70 euros. Esta remuneración se complementa con programas de recompra de acciones. Imaz indicó que un 30% de la caja operativa se destinará al accionista, unos 2.400 millones. La caja permitirá invertir en el año en curso 5.000 millones de euros para transformar los negocios y aumentar la remuneración.

La asamblea ha respaldado la reelección de Imaz como CEO y de Brufau como presidente no ejecutivo por cuatro años, y la de Aránzazu Estefanía, María Teresa García-Milá, Henri Philippe Reichstul y John Robinson West como consejeros. También ha ratificado el nombramiento por cooptación y reelección como consejero del presidente de Sacyr, Manuel Manrique, y ha apoyado el de María del Pino Velázquez como consejera.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Sobre la firma

Más información

Archivado En