Hyatt y Four Seasons toman ventaja para gestionar los hoteles de la familia relojera Cadarso en Barcelona
Posee tres hoteles (Monument, Condes y Fonda España) situados en el centro de la capital
La familia relojera Cadarso ve la luz al final del túnel y roza la posibilidad de desprenderse de un negocio hotelero ocho años después de haber anunciado su intención de vender las tres joyas de su imperio inmobiliario: los hoteles Monument, Condes y Fonda España, todos ellos situados en el centro de Barcelona. Tres fuentes inmobililarias cercanas al proceso confirman a Cinco Días que la elección de la compañía que gestionará y pondrá marca a los tres hoteles está muy cercana y que los dos principales candidatos que han tomado ventaja sobre el resto son las norteamericanas Hyatt y Four Seasons. Ambas compañías han rechazado hacer ninguna valoración al respecto.
El final, sin embargo, dista mucho de lo pensado inicialmente por la familia Cadarso. En 2015, la intención de los propietarios era vender los tres activos, que suman 270 habitaciones, por un precio cercano a los 200 millones de euros, lo que otorgaba un coste medio por habitación de 800.000 euros, más del doble de lo que se pagaba en esa época. Nadie llegó a esas cifras y el proceso se fue enfriando, más aún con la entrada en vigor en 2017 de la moratoria hotelera en Barcelona, que obligaba a limitar en un 20% las plazas existentes en caso de reforma, lo que constituía un obstáculo para los inversores. De una posible venta se pasó a la búsqueda de un operador que gestionara y pusiera la marca a los activos. Para ello se contrató a la consultora inmobiliaria CBRE, que es la que está pilotando en la actualidad el proceso de selección, que podría estar listo antes de verano.
La elección, gestionada por CBRE, podría estar cerrada antes del verano
Tanto Four Seasons como Hyatt aspiraban en 2015 a entrar en Barcelona. El escenario ha cambiado en esos ocho años en los que la inversión hotelera se ha desplazado de forma paulatina desde Barcelona a Madrid hasta la pandemia y de forma acelerada a partir de 2021. Four Seasons abrió en septiembre de 2020 uno de los hoteles más lujosos en Madrid y sigue interesada en abrir en Barcelona, mientras que Hyatt sí logró entrar en la capital catalana. En 2019 incluyó al hotel Sofia dentro de su colección de hoteles ‘The Unbound Collection by Hyatt’ y en febrero de 2020, solo un mes después de que estallara la pandemia, inauguró el Hyatt Regency Barcelona Tower, propiedad de Hesperia.
Pese a ello, el gigante estadounidense ha podido crecer más rápido en Madrid que en Barcelona, ya que en la capital ha logrado introducir dos de sus marcas icónicas, como Hyatt Centric y Thompson, ambos situados en pleno centro de la capital. El Hyatt Centric, con 159 habitaciones y cinco estrellas, en plena Gran Vía, fue inaugurado en diciembre de 2017, mientras que el hotel Thompson, de 175 habitaciones y cinco estrellas, abrió sus puertas en octubre de 2022.
Otra de las cadenas que estuvo inicialmente en la puja ha optado por salir. Se trata de Marriott, la primera hotelera del mundo, que antes de la pandemia e incluso del proces catalán tenía intención de encontrar un activo para introducir la marca Westin en la capital catalana. Un interés que fue perdiendo fuelle por la falta de activos y los elevados precios que se solicitaban. Esa misma cadena ultima una reforma integral del hotel Westin Palace de Madrid para adecuarlo a las tarifas de la competencia como Four Seasons.
La venta de activos condicionada por la falta de competencia en Barcelona
Las dificultades que ha encontrado la familia Cadarso para traspasar su negocio hotelero han sido generalizadas en Barcelona por el impacto que la moratoria hotelera ha tenido en la oferta y demanda de activos hoteleros. La prohibición de nuevos operadores en la ciudad ha provocado la desaparición de la competencia y ha otorgado una ventaja a la hora de fijar precios a los propietarios con activos que pueden ser transaccionados. Hasta dos fuentes inmobiliarias consultadas por Cinco Días coinciden en que muchos de los procesos de desinversión han quedado desiertos por los desorbitados precios solicitados y la posterior retirada de ofertas. En 2022, la inversión hotelera en Barcelona superó los 225 millones de euros, apenas un 7% del total, frente a los 803 millones registrados por Madrid, un 25% del total.
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