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Los accionistas de Unicaja echan a dos independientes y la fundación refuerza su poder en el consejo

Vetan la reelección de Isidoro Unda y Maite Costa por las dudas sobre su independencia

El presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, y el consejero delegado del banco, Manuel Menéndez.

La Fundación Unicaja ha completado su golpe de mano y toma la delantera para ostentar el control en el consejo de Unicaja Banco. Ayer, los inversores de la entidad echaron a los consejeros independientes Isidoro Unda Urzaiz y María Teresa Costa Campi al votar en contra de su renovación durante la junta general de accionistas de Unicaja. Una cita clave que marcará el futuro inmediato de la cúpula del banco.

La Fundación Unicaja es el accionista mayoritario con el 30% del capital. El pasado martes ya trascendió que votaría en contra de la renovación Unda y de Costa al dudar de su independencia. Ambos consejeros fueron designados por el consejo de la entidad el año pasado, en abril y julio, respectivamente, y debían ser validados por el consejo en esta cumbre. El nombramiento de Unda fue rechazado por el 54% del capital asistente a la junta, frente a la aprobación del 45%. Costa, por su parte, registró un voto negativo algo inferior, del 53%. Esto supone un rechazo no solo de la fundación, sino también de buena parte de los minoristas.

De forma paralela, la Fundación Unicaja obtuvo el visto bueno para sentar en el consejo a sus cuatro nuevos representantes. El 89% del capital que asistió a la junta aprobó el nombramiento de Juan Antonio Izaguirre, José Ramón Sánchez, Natalia Sánchez y Miguel González, con los que la entidad presidida por José Manuel Domínguez pretende iniciar una nueva etapa.

Estos dos acuerdos adoptados por la junta de accionistas se alinean con la postura de la Fundación Unicaja y permiten al primer accionista del banco reunir la mayoría de apoyos en el máximo órgano de gobierno del banco (contaría con el favor de 8 de los 15 consejeros) ante las decisiones de calado que deberá adoptar en los próximos tres meses. Todo ello con la batalla interna en el banco como telón de fondo.

Durante el turno de intervención de los accionistas, el representante de la fundación expresó que la intención de la entidad es que “Unicaja Banco no pierda el perfil corporativo tradicional de Unicaja, basado en los principios de orientación al negocio minorista, vinculación al territorio, rentabilidad, gestión prudente del riesgo y responsabilidad social”. “La fundación, en el ejercicio de sus derechos como accionista, con vocación de estabilidad y permanencia, coadyuvará a la toma de las correspondientes decisiones que vayan orientadas a la mejora del modelo de negocio y de la gobernanza”, añadió.

Unicaja vive instalada en una guerra de poder desde julio de 2021, cuando se culminó su fusión con Liberbank. La cúpula vive dividida entre dos bandos. Por un lado, el frente asturiano, formado por consejeros cercanos a Manuel Menéndez y al expresidente de la Fundación Unicaja Braulio Medel. Por otro, el frente malagueño, integrado por consejeros afines a Manuel Azuaga y al actual presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez, que con los últimos cambios retoman el control sobre el consejo. Y ahí cada una de las partes ha ido moviendo sus fichas para contar con los apoyos necesarios a la hora de tomar las decisiones en el máximo órgano de administración, con el plan de sucesión de poderes ejecutivos en el horizonte cercano.

Traspaso de poderes

La clave es el detalle de ese plan. Cuando se firmó la fusión, el Banco Central Europeo forzó a que antes de este verano de 2023 el presidente del banco perdiese sus poderes ejecutivos para que recaigan en el consejero delegado. Además el acuerdo prevé que en ese momento se revalúe al consejero delegado. El resultado de estas votaciones decidirá quién mandará en Unicaja en los próximos años. El supervisor bancario permanece a la espera de que la entidad detalle cómo va a ejecutar todos estos cambios. Entre los otros puntos destacados del orden del día, la Fundación Unicaja afeó la gestión del consejo al abstenerse en la votación. De hecho, el informe de gestión del banco fue autorizado por el 62% del capital y la abstención del 35%, principalmente de la Fundación Unicaja. Se trata de un mensaje en clave de futuro. A la hora de evaluar la continuidad de Manuel Menéndez como consejero delegado, la gestión de la entidad será uno de los criterios a tener en cuenta.

De hecho, en su discurso a los accionistas, el banquero asturiano se centró en ponderar la gestión del banco y la consecución de los objetivos del plan estratégico, que se mantiene en vigor hasta el año que viene. En ese sentido, ha sacado músculo de las ratios de liquidez y solvencia de la entidad como escudo ante las crisis de Silicon Valley Bank y de Credit Suisse, así como los incrementos registrados en el margen bancario y la rentabilidad.

En 2022 Unicaja ganó 260 millones, lo que supone un 89% más que en el mismo periodo del año anterior, con un aumento de los márgenes bancarios y la actividad comercial.

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