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En colaboración conLa Ley

Rosa Tous “Los nuevos hábitos de compra online requieren que se adapte la normativa europea”

La presidenta de Andema y vicepresidenta corporativa de Tous habla con CincoDías en vísperas del primer foro europeo de propiedad industrial celebrado en España

Rosa Tous, presidenta de Andema y vicepresidenta corporativa de Tous
Rosa Tous, presidenta de Andema y vicepresidenta corporativa de Tous

La inteligencia artificial (IA) es el presente y el futuro. Especialmente en la lucha contra las falsificaciones, ha adquirido un papel esencial ya que permite encontrar y eliminar los links con productos falsos que se extienden por marketplaces, redes sociales o páginas webs. Con la revolución que ha supuesto en el sector de las marcas, este jueves arranca en Barcelona el primer foro europeo de propiedad industrial celebrado en España. La Asociación para la Defensa de la Marca (Andema), con el apoyo de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), reunirá entre hoy y mañana a representantes del Ministerio de Industria, de la Comisión Europea o de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), y a portavoces de empresas como Inditex, Hijos de Rivera o Amazon, para analizar los principales retos del sector. CincoDías habla con Rosa Tous, presidenta de Andema y vicepresidenta corporativa de Tous.

R. Según la EUIPO, un 20% de los españoles reconoce haber comprado deliberadamente productos falsos en el último año, un 15% más que en 2020. ¿Qué está fallando para que siga creciendo el consumo intencionado de falsificaciones?
R. Nos encontramos en una situación complicada. Por un lado, la pandemia provocó un crecimiento exponencial en el comercio electrónico que, como consecuencia negativa, ha traído una nueva forma de comprar producto falsificado: rápida, fácil y anónima. Además, las nuevas generaciones están expuestas a un bombardeo constante a través de las redes sociales de personas a las que siguen y admiran, que muestran productos que en muchas ocasiones no pueden comprar. Se percibe también cierta evolución negativa en lo referente al respeto por la propiedad industrial, las marcas y las empresas.
R. ¿La respuesta tiene que ser más coercitiva o educativa?
R. Necesitamos hacer pedagogía desde la infancia para crear una sociedad de consumidores responsables en todos los sentidos. Los niños ahora saben reciclar o seguridad vial porque se ha incluido en los currículos educativos. No obstante, y sobre la agravación de los delitos, es cierto que muchas veces la distribución y venta de falsificaciones se considera un delito leve, de guante blanco. Lo que vemos en muchas ocasiones, cuando se trata de venta ambulante ilegal, es el último eslabón de la cadena, el vendedor. Pero este delito es mucho más grande que eso; hablamos de mafias. Penalizar al comprador puede hacerse en el comercio físico, pero en el entorno online es complicadísimo.
R. ¿Considera que la nueva ley europea de servicios digitales (DSA), que tiene como gran objetivo regular las redes sociales y plataformas digitales, es suficiente?
R. Llevamos años esperando la Digital Services Act y habrá que ver poco a poco qué se consigue con ella. Los hábitos de compra, los cambios tecnológicos o el comercio van más rápido que las normas. Habrá que dar tiempo a la DSA para valorar hasta qué punto está siendo efectiva y en qué se puede mejorar. No obstante, el comercio online es global y es como ponerle puertas al campo.
R. Ha hecho referencia a las generaciones más jóvenes, que, según la EUIPO, representan la cara nueva de este viejo problema, pues el 49% de los españoles con una edad comprendida entre los 15 y los 24 años reconocía hace un año haber comprado productos falsos. ¿A qué achaca que las falsificaciones prosperen especialmente en esta franja de edad?
R. Hace unos años, en Andema hicimos un estudio con el Colegio de la Psicología de Madrid que analizaba el perfil del comprador de falsificaciones. Los psicólogos que trabajaron en el informe definieron el perfil de los compradores de falsificaciones de la siguiente manera: personas menores de 35 años, con sentimiento de orgullo narcisista y altamente influenciable por su entorno. La compra de falsificaciones es, en muchos casos y sobre todo en los jóvenes, algo aspiracional: quieren llevar el bolso de la instagrammer de moda y no pueden comprar el auténtico.
R. Más que al top manta, los informes reflejan que los consumidores suelen acudir a los marketplaces, redes sociales o páginas web. ¿La actuación de Amazon, Alibaba o Facebook está siendo adecuada en la lucha contra las falsificaciones?
R. Por regla general, todas las plataformas y las redes sociales están poniendo de su parte para terminar con este fenómeno o, por lo menos, limitarlo o frenarlo. Crean herramientas para bloquear los productos ilegales, para denunciarlos… Aunque hasta ahora era algo voluntario, la Digital Services Act lo impone como obligación. Aunque, como suele pasar, los cambios en los hábitos de compra van mucho más rápido que la legislación. Desde Andema tratamos de colaborar con todos ellos, tanto para avisar cuando algo se puede mejorar como para que nuestros asociados tengan las últimas novedades de cada uno de ellos.
R. ¿Y la colaboración de las embajadas de China, Turquía o Hong Kong, que, según la EUIPO, son los principales países de procedencia de las falsificaciones?
R. Andema está cerrando reuniones con las distintas embajadas de estos países en España para tratar este tema. Precisamente, en lo que se refiere a Turquía, en noviembre nuestro director general, Gerard Guiu, visitó la embajada para presentar una serie de medidas, como facilitar el intercambio de información entre la aduana y los titulares de derechos sobre los infractores reincidentes, cambiar la carga de la prueba, crear una presunción refutable a favor del titular del derecho para el procedimiento simplificado o el fomento de la cooperación regional entre las aduanas turcas y sus homólogas de los países vecinos (como Bulgaria, Grecia o Georgia), que actúan como puerta de entrada de las exportaciones infractoras de Turquía a la Unión Europea.
R. A pesar de que las pymes conforman la mayor parte del tejido empresarial, se estima que solo un 9% registran derechos de propiedad intelectual. ¿Europa se está quedando atrás en términos de competitividad en relación con el mercado asiático o estadounidense?
R. Las empresas que son intensivas en derechos de propiedad industrial (PI) tienen en términos generales más empleados, pagan salarios más altos y tienen más ingresos por empleado que las pymes que no son titulares de estos derechos. Además, para una pyme proteger sus marcas o su PI es más importante aún si cabe que para una gran empresa. Una empresa grande con muchos recursos puede sobrevivir a una usurpación de su propiedad industrial. Por desgracia, muchas pymes no.
R. Está previsto que el nuevo ministro de Industria, Jordi Hereu, acuda a este foro. ¿Qué deberes le ponen las marcas?
R. El ministro Hereu conoce bien la asociación al haber sido presidente de Hispasat, asociado de Andema, por lo que confiamos en su compromiso. A grandes rasgos, buscar una mayor sensibilización de la sociedad española hacia el respeto a la propiedad industrial y en contra de las falsificaciones desde la infancia; la ejecución efectiva y eficiente de la Digital Services Act, y más recursos humanos para las unidades de caducidad y de nulidad inauguradas este año en la OEPM.

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