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"Certificarse como startup con ENISA no solo da credibilidad, también atrae financiación privada"

ENISA ha certificado desde el mes de julio cerca de 600 empresas.

José Bayón. Consejero delegado de ENISA.
José Bayón. Consejero delegado de ENISA.
CINCO DÍAS

La Empresa Nacional de Innovación (ENISA), institución pública reconocida por su impulso al ecosistema emprendedor de nuestro país a través de sus préstamos participativos —ha invertido más de 1.297 millones de euros para 8.486 préstamos desembolsados que han beneficiado a 7.410 empresas—, acaba el año a lo grande. Y es que, tal y como explica José Bayón, su consejero delegado, no solo “hemos asumido con enorme responsabilidad y ganas el papel de entidad certificadora para las empresas emergentes que desean aprovechar los beneficios fiscales y sociales de la Ley de Startups, una legislación pionera en Europa que crea un entorno legal favorable para el crecimiento y éxito de las startups”, sino que ahora se enfrenta a una transformación como entidad nunca antes vivida. “Además de seguir promocionando el emprendimiento y la pyme innovadora, seremos una pieza clave a la hora de implementar las políticas de transformación industrial de nuestro país”.

Y es que debido a la Adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno de España aprobada por las instituciones europeas el pasado mes de octubre, la Empresa Nacional de Innovación asume nuevas funciones, al ser una de las entidades encargadas de gestionar el tramo final de los Fondos Europeos, en este caso focalizados principalmente en el sector industrial. “Movilizaremos un presupuesto de 3.233 millones de euros adscritos al Ministerio de Industria y Turismo: 1.480 millones correspondientes al PERTE de Descarbonización, divididos en 430 millones en subvenciones y 1.050 millones en préstamos; 1.250 millones del PERTE del Vehículo Eléctrico, repartidos en 250 millones en transferencias y 1.000 millones en créditos; y 200 millones en préstamos del PERTE Agroalimentario. Además, sumamos 300 millones para impulsar pymes innovadoras y startups”, destaca Bayón.

El sello de empresa emergente

Así las cosas, y en lo que respecta a la certificación de empresas emergentes o startups, Bayón resalta el buen paso que lleva. “El procedimiento permite obtener beneficios fiscales y sociales. Pedir la certificación es muy sencillo y totalmente gratuito. No hay que pagar tasa alguna. Basta entrar en nuestra web y aplicar a la misma. Desde el pasado mes de julio que se abrió el proceso hemos certificado ya cerca de 600 empresas. Asimismo, el número de solicitantes de dicha certificación asciende, hasta el momento, a 1.000”.

La certificación se basa en el cumplimiento de varios criterios como la antigüedad de la empresa, que su facturación no supere los 10 millones de euros o que cuente con un 60 % de su plantilla en España. Se ha de ser una entidad de nueva creación o con no más de cinco años desde su inscripción en el Registro Mercantil o escritura pública de constitución. En sectores estratégicos que necesitan más tiempo de maduración, como biotecnología, energía o industria, este período puede extenderse a 7 años. No deben surgir de fusiones, distribuir dividendos desde su fundación ni cotizar en un mercado regulado.

Bayón también subraya que “una vez que se obtiene el certificado las empresas no tienen que renovar el certificado. También me gustaría resaltar que no hay fecha límite para solicitar la certificación. Basta que se cumplan los requisitos que establece la Ley. Estar certificada como empresa emergente es sinónimo del impulso a la economía, al mismo tiempo que se simplifican las obligaciones empresariales. Certificarse como startup con ENISA no solo da credibilidad, también atrae financiación privada, ya que es un sello de calidad que los fondos privados están teniendo muy en cuenta”.

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