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Crecimiento modesto del P.I.B. mundial en 2023

Recesión suave en EE. UU.

FED
WASHINGTON, DC - JUNE 22: Federal Reserve Board Chairman Jerome Powell testifies during a hearing before Senate Banking, Housing, and Urban Affairs Committee at Dirksen Senate Office Building on June 22, 2023 on Capitol Hill in Washington, DC. The committee held a hearing to examine the Semiannual Monetary Policy Report to the Congress. Alex Wong/Getty Images/AFP (Photo by ALEX WONG / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)ALEX WONG (Getty Images vía AFP )

La resiliencia del consumo en EE. UU. y reapertura de China han estado dando impulso a la economía global durante este primer semestre de 2023. Pero observamos amplia divergencia entre datos de encuestas de gestores de compras (PMI) en servicios y mucho más débiles manufactureros, sobre todo en economías desarrolladas. De hecho, las disminuciones de pedidos y aumento de inventarios de bienes apuntan al final del ciclo y esperamos un crecimiento relativamente modesto del PIB mundial, del 2,6% este año.

Recesión suave en EE. UU.

Efectivamente, esperamos una recesión suave en EE. UU. a medida que las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal se hacen notar. Ya han aumentado las declaraciones de quiebra, se han reducido las ofertas de empleo y hay señales de desaceleración del consumo discrecional con el agotamiento del exceso de ahorro, además de daños en el sector financiero –las quiebras de bancos en EE.UU. este año han superado a las de 2008 en activos totales– y un contexto político incierto. La inflación general anual en EE. UU. se ha reducido a mínimo de dos años en 4% en mayo, pero no la subyacente -sin energía ni alimentos no elaborados-. Ahora hay que prestar atención a nuevos datos PMI para confirmar si EE. UU. avanza hacia un "aterrizaje suave". De momento el mercado de oficinas se ha visto más afectado, aunque hoteles e instalaciones logísticas se han mantenido mejor. Pero las tasas de morosidad (valores hipotecarios respaldados por inmuebles de oficinas) han superado en mayo 4% por primera vez desde 2018.

El caso es que la reciente decisión la Reserva Federal de mantener sus tipos de interés inalterados es una pausa, que su presidente, Powell, justifica aludiendo a la necesidad de evaluar efectos retardados de política monetaria e impacto de tensiones del sector bancario.

Por su parte en Europa, el entorno político es más estable y la perspectiva económica mejora. Pero, con la guerra en Ucrania, la región sigue sensible al riesgo geopolítico. El caso es que el Banco Central Europeo ha mostrado revisión al alza en sus previsiones de inflación y anunciado nuevas subidas de tipos de interés.

Por su parte Japón está camino de un crecimiento moderado este año del PIB, del 1,3%, impulsado por la recuperación de la demanda interna. Pero a corto plazo no esperamos ningún cambio drástico en la política monetaria acomodaticia del Banco de Japón.

El China el empuje de la recuperación pos Covid. se ha estancado el segundo trimestre. Su sector inmobiliario no se estabiliza y los líderes del G7 han aumentado la presión sobre Pekín en cuanto a políticas económicas. De todas formar puede volver a acelerarse el tercer trimestre, gracias a los estímulos. El Banco Popular de China ya ha reducido el tipo de las operaciones inversas de recompra a siete días hasta 1,9% desde 2%, siendo posibles más recortes y nuevas medidas de apoyo gubernamental. Así que prevemos que crezca 5,5% en 2023.

Cautos en renta variable

En conjunto, estamos cautos en renta variable, especialmente de EE. UU., aunque con oportunidades en mercados y sectores seleccionados. Prevemos que los beneficios se reduzcan 5 a 10% este año, en función de la región. No es una caída drástica, pero la renta variable se enfrenta a la competencia del cupón de la renta fija y la rentabilidad del efectivo. La desaceleración en los pedidos desafiará a los valores industriales y preferimos sectores relativamente defensivos. Así que conviene la selección activa a una estrategia de inversión pasiva. En todo caso, consideramos la volatilidad como clase de activos y actualmente observamos que es reducida en renta variable, lo que apunta a complacencia.

En cuanto a EE. UU., las seis mayores empresas tecnológicas representan 75% de la rentabilidad del índice S&P 500 en 2023. Pero las acciones de EE. UU. cotizan a alrededor de 18,5 veces beneficios esperados, con poco margen para sorpresas negativas. Además, a pesar del auge de las acciones relacionadas con Inteligencia Artificial, hay preguntas fundamentales que aún deben resolverse. De manera que infra ponderamos renta variable estadounidense.

Por otra parte, estamos neutrales en renta variable europea y japonesa, aunque sobre ponderamos renta variable china.

Además, favorecemos la diversificación mediante carteras 60% acciones/40% renta fija, dada la reactivación de la correlación negativa entre bonos y acciones, donde la renta fija vuelve a asumir su papel diversificador y protector en las carteras, con rentabilidades a largo plazo aceptables en deuda gubernamental, a cambio de un riesgo moderado.

Sobre ponderamos bonos del Tesoro de EE.UU.

En concreto, sobre ponderamos bonos del Tesoro de EE.UU. a largo plazo y deuda empresarial grado de inversión a corto plazo en Europa, pero infra ponderamos deuda soberana de países periféricos de la Euro Zona y deuda empresarial de alta rentabilidad.

Por otra parte, dada la disminución del diferencial de rentabilidad a vencimiento respecto a la deuda de mercados desarrollados, hemos rebajado la posición en deuda empresarial de mercados emergentes en moneda fuerte. Nuestra preferencia es la deuda grado de inversión de alta calidad, especialmente de Asia. Además, consideramos empresas con deuda a tipo fijo frente a las que dependen de financiación a corto plazo, muestran deuda a tipo variable o tienen préstamos apalancados. Además, preferimos deuda y monedas de países donde las hipotecas son en gran medida a tipo fijo.

Por otra parte, el riesgo geopolítico e incertidumbres políticas han contribuido a respaldar el precio del oro. Su potencial alcista a corto plazo es limitado, pero la desaceleración en EE. UU., fin del ciclo restrictivo de la Reserva Federal y fortaleza de la demanda oficial hacen al metal amarillo atractivo como cobertura a medio plazo, así como frente a riesgos geopolíticos de Rusia y China.

Además, las perspectivas para el petróleo pueden mejorar ante la posibilidad de falta de oferta el segundo semestre. El Brent puede acercarse a los 105 dólares/barril para fin de año, si bien el dólar debe devaluarse.

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