Letras del Tesoro, depósitos, fondos... ¿cuál es la mejor opción para ahorrar?
Cada uno de los vehículos tiene ventajas e inconvenientes que hay que tener en cuenta
Cientos de ciudadanos hacen cola cada mañana junto a la fuente de la diosa Cibeles, en Madrid, para comprar deuda pública en la sede del Banco de España. También en la delegación de Bilbao, en la Gran Vía de Don Diego López de Haro, y en la Rua Durán Loriga de A Coruña. ¿A qué se debe este furor por un producto tan poco glamuroso como las letras o las obligaciones del Tesoro? ¿No hay otras alternativas? ¿No es mejor contratar un depósito bancario o un fondo de inversión conservador?
Hay que reconocer que la rentabilidad ofrece ahora la deuda pública española es muy atractiva. No solo los particulares están comprando. Grandes fondos de inversión internacionales están sobreponderando en sus carteras los bonos de España e Italia.
La deuda española a un año paga ya un retorno anual cercano al 2,8%. Y en los títulos a 10 años se supera el 3,3%. Merece la pena recordar que la deuda española a 12 meses ofrecía un tipo de interés negativo hace un año. El sindios de tener que pagar por prestar dinero.
Lo primero que hay que aclarar es que acudir a la sede del Banco de España no es la única forma para comprar emisiones del Reino de España. Se puede hacer a través de la web del Tesoro Público, teniendo DNI electrónico o clave digital. O por medio de un banco o un bróker, a cambio de pagar una pequeña comisión.
Jorge Ufano, gestor del fondo GPM Alcyon, recuerda que las letras del Tesoro se pueden contratar en el mercado primario, esto es, justo cuando las emite el Tesoro, con una comisión del 0,15% “y también se pueden adquirir en el mercado secundario a través de un banco o sociedad de valores, que te cobrarán una comisión que puede rondar el 0,25%”.
Diferencias entre inversión directa y fondo
Fiscalidad. El cliente que compra una letra del Tesoro deberá tributar por el rendimiento obtenido, a través del Impuesto de la Renta, con un marginal del 19% (salvo que supere los 6.000 euros). En cambio, si invierte en un fondo de inversión podrá movilizar el dinero a otro fondo, en cualquier momento, sin tributar por las plusvalías obtenidas. Solo tendrá que cumplir con Hacienda en el momento en que venda y realice las ganancias. Por eso es más conveniente si lo que se busca es tener un colchón de liquidez.
Comisiones. El cliente que acude al Banco de España a comprar letras puede invertir sin ninguna comisión. Se puede llevar el dinero en efectivo o abonar por transferencia o cheque. Eso sí, el organismo exige un depósito previo del 101%. Esto es, 1.010 euros por título. Si se hace a través de la web del Tesoro, hay que abonar una comisión del 0,15% por la transferencia. En el caso de los fondos de inversión, de entre el 0,15% y el 0,2%.
Liquidez. Las emisiones del Tesoro siempre pueden revenderse en los mercados secundarios. Ahora bien, es posible que en esos casos el precio haya caído más de lo que esperábamos y no se obtenga el retorno pactado en la emisión. Los fondos de inversión tienen liquidez diaria, pero su valor va fluctuando en relación a la cotización de los activos en los que invierten.
Una de las grandes ventajas de las letras y otras emisiones del Tesoro es la certidumbre del cobro. Si un ciudadano invierte 10.000 en letras al 2,8%, dentro de 12 meses tendrá 10.280 euros, salvo que quiebre el Estado español, algo de probabilidad remota.
Una alternativa evidente son los depósitos bancarios. Con estas imposiciones a plazo fijo, el cliente le deja un dinero a su entidad, que se compromete a devolvérselo al cabo del plazo pactado, con una cierta rentabilidad. ¿El riesgo? Que el banco quiebre. Pero aún en ese caso entraría en juego el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que cubre hasta 100.000 euros.
El problema es que la banca española está pagando muy poco por los depósitos. De media, un 70% menos de lo que se paga en la zona euro. Para imposiciones a un plazo de entre 12 y 24 meses, ofrecen de media un 1,07% TAE, muy lejos de la remuneración de la letra del Tesoro a un año. Un experto en planificación financiera explica que “a mis clientes, cuando tienen claro que necesitan recuperar el dinero en un plazo concreto, les recomiendo optar por las letras.”
Liquidez
¿Y qué pasa si necesito rescatar el dinero antes de tiempo? “En estos casos, la persona tendrá que recurrir a los mercados secundarios, que es donde cotizan las emisiones de renta fija, y deberá venderlas al precio al que coticen en ese momento, pagando comisiones al bróker”, apuntan desde MyInvestor.
En el caso de los depósitos bancarios, es posible realizar una cancelación anticipada pero las entidades pueden penalizarla exigiendo la devolución de todos los intereses percibidos hasta ese momento. La plena liquidez sí que está en las cuentas corrientes o cuentas a la vista, pero la remuneración es menor. Del 0,04% TAE. Aunque ya hay algunas entidades, como MyInvestor, que pagan un 2%.
Otra alternativa son los fondos de inversión conservadores: fondos monetarios y fondos de renta fija a corto plazo. Su gran ventaja es que son un producto líquido, y se puede disponer de la inversión en cualquier momento. Además, se trata de instituciones de inversión colectiva que tienen la obligación de tener una diversificación en los activos que tiene en cartera.
Por ejemplo, el fondo Bestinver Renta Fija invierte en una variada cartera de deuda a corto plazo, con unos cupones que rentan, de media, un 3,35% TAE. Pero eso no quiere decir que al cabo de 12 meses el cliente vaya a recibir esa cantidad. El gestor va comprando y vendiendo bonos, y cobra una comisión por ello del 0,15%. El valor liquidativo del fondo depende del valor de los bonos en cartera.
Similar es el Mutuafondo Deuda Española, que ofrece una rentabilidad bruta anual implícita (no garantizada) del 2,5% en dos años. “Para una persona que quiera tener un colchón de liquidez, los fondos conservadores pueden ser una buena opción, pero si lo que quiere es tener la certeza de recuperar la inversión en el plazo fijado, es mejor una letra”, resume el planificador financiero.