Ford confirma su vuelta a la Fórmula 1 en 2026 de la mano de Red Bull
El gigante estadounidense proveerá los motores de los actuales campeones del mundial
Los gigantes automovilísticos vuelven a mirar a la Fórmula 1 como un banco de pruebas inmejorable, después de años siendo vista como un agujero negro para sus inversiones. Ford, el principal fabricante estadounidense, ha comunicado este viernes su vuelta al Gran Circo a partir de 2026, año en el que entrarán en competición los nuevos motores, que prometen ser mucho más eficientes y baratos. Lo hará a lo grande, ya que será el proveedor de las unidades de potencia de la escudería Red Bull, actual dominadora de la disciplina, y de su equipo asociado, Alpha Tauri.
Tal y como han confirmado las partes, Ford aspira a ser uno de los suministradores de esas nuevas unidades de potencia, un paso que en los últimos meses ya ha dado Audi, que será el proveedor del equipo Sauber a partir de 2026, y que ya ha adquirido una participación minoritaria en esta escudería.
"Este es el inicio de un nuevo y emocionante capítulo en la historia de Ford en la competición automovilística, que comenzó mi bisabuelo Henry Ford", dice en un comunicado el presidente ejecutivo de la compañía, Bill Ford.
El presidente y consejero delegado de la Fórmula 1, Stefano Domenicalli, reconoce que la incorporación de Ford "es una gran noticia para el deporte. Ford es una marca global con una tradición increíble en las carreras y en el mundo del automóvil, y ven el gran valor que nuestra plataforma les proporciona". El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, apunta a que la llegada de Ford respalda el "éxito" de las nuevas regulaciones de motores, y reconoce el impulso que puede tener la penetración de la Fórmula 1 en EE UU.
Estas nuevas unidades de potencia serán, como las actuales, híbridas, aunque con una entrega de potencia eléctrica un 50% mayor. Además, la gasolina que se utilizará para el motor de combustión será de origen 100% sostenible. Todo en un contexto en el que la industria avanza hacia la electrificación y en busca de combustibles sostenibles.
En la parte financiera, la FIA ha establecido una serie de normas financieras para que el coste general de estos motores sea más asequible. A ello se unen los límites presupuestarios que entraron en vigor en 2022, y que marcan un tope de 145 millones de dólares anuales.
Con esos ingredientes encima de la mesa, los gigantes de la automoción han puesto sus ojos en la Fórmula 1, una competición en auge y cuyo valor se ha disparado hasta los 20.000 millones de dólares, una cantidad que, según informó Bloomberg, el fondo soberano saudí ha ofrecido a Liberty para hacerse con la explotación de las carreras, y que ha sido rechazada.
El grupo Volkswagen fue el primero en reconocer su interés, cristalizado con la entrada confirmada de Audi. Porsche también confirmó negociaciones con Red Bull, que no fructificaron. También ha trascendido el interés de otro gigante estadounidense, General Motors, para entrar en la competición a través de Cadillac, y de la escudería Andretti, que participa en la Indy americana.
Esta semana, la FIA ha abierto un proceso para recibir peticiones de equipos interesados en entrar en la Fórmula 1. Esta cuenta con 10 equipos en la actualidad, y con cuatro fabricantes de motores: Ferrari, Mercedes, Honda y Renault. A partir de 2026, esa lista de fabricantes se elevará a seis, sumándose a estos Ford y Audi.