Luz y gasolinas recortan el IPC a pesar de que los alimentos siguen subiendo
El INE recorta una décima el dato de IPC de diciembre, hasta el 5,7%
Los precios cerraron 2022 un 5,7% más altos que un año atrás. El INE ha recortado en una décima su estimación inicial del dato de inflación de diciembre, que arroja un fuerte descenso de 1,1 puntos en la tasa interanual respecto a la cifra del mes anterior. La inflación subyacente, que no tiene en cuenta precios de combustibles ni alimentos frescos, aumenta, por el contrario, siete décimas hasta alcanzar una tasa del 7%, una décima más de lo previsto hace dos semanas.
2022 se confirma, así, como el año más inflacionista desde 1986, con una inflación media del 8,3%. Entretanto, la propia composición de la presión sobre los precios ha mutado: si el ejercicio empezó marcado por la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania (aunque el menor suministro ruso ya empezó a encarecer el gas en 2021), termina con la factura energética en segundo plano y los alimentos dominando las preocupaciones para llegar a fin de mes. En el año, productos básicos en la cesta de la compra como azúcar, mantequilla, harina, aceite de oliva o leche marcan alzas de entre el 30% y el 50%, alzas que han llevado al Gobierno a eliminar el IVA de ciertos productos como pan, la leche, el queso o los huevos, y rebajar el de otros productos básicos. El impacto de esta medida, en todo caso, no se verá hasta el IPC de este mes.
En diciembre los alimentos, lejos de aflojar, han subido un 1,6% en el mes y en tasa interanual aceleran hasta marcar una tasa interanual del 15,7%, la más alta desde que se inició la serie en 1994. Aceite de oliva, arroz y leche siguen subiendo a tasas elevadas, de más del 5% y, mientras apenas ninguna categoría alimenticia ha rebajado precios en el mes, las alzas de más del 2,5% mensual son generalizadas: huevos, mantequilla, carne, pescado fresco, pasta, patatas, cereales de desayuno o yogures.
Si el IPC interanual ha bajado es por los precios de la energía. Transporte, apartado en el que se incluyen las gasolinas, resta nueve décimas al IPC interanual, y vivienda, donde se encuadra la luz, cinco y media. Sin el impacto de estas partidas, los precios habrían acelerado levemente en el mes. La caída de los precios energéticos se explica, en el caso de las gasolinas, por el descenso del petróleo, que llegó a bajar de los 80 dólares en diciembre. El invierno más suave de lo previsto en Europa ha aflojado la presión en el mercado del gas, más barato que antes de la guerra, con el consiguiente impacto en el precio de la luz. Aunque la luz haya subido levemente en términos mensuales (un 7%), se desploma un 31% de un año para otro. Y la gasolina y el gasóleo se han abaratado un 10% en el mes respecto a noviembre.
Desde los máximos de julio, un 10,8%, la inflación ha bajado casi a la mitad, con una serie de cinco descensos consecutivos. A ello ha ayudado en gran medida el efecto escalón, pues fue en este periodo de 2012 cuando los precios saltaron del 2,7% al 6,5% con el que terminaron el año. De hecho, en términos mensuales los precios subieron el 0,2% en diciembre, pero es el citado efecto escalón el que provoca la caída interanual. En el mes los máximos responsables de la subida de precios fueron los alimentos, y en particular la leche, que aportó más de una décima al IPC mensual.
El IPC armonizado, que se usa para la comparativa con la zona euro, bajó 1,2 puntos hasta el 5,5% que, al contrastar con el 9,2% de la unión monetaria que deja un diferencial histórico de inflación de casi cuatro puntos a favor de España.
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