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Fundadora de Lico Cosmetics

Estefanía Ferrer: “A la mujer emprendedora le faltan referentes"

La pandemia le hizo reflexionar y dedicarse a la cosmética, su pasión Su marca aúna la ingeniería con los productos naturales

Manme Guerra

Estefanía Ferrer (Granada, 1982) es una de esas personas a las que la pandemia les empujó a dar un cambio a su vida. Esta ingeniera química trabajaba para Airbus cuando el sector notó los efectos de la crisis del coronavirus y comenzaron los despidos. Decidió dar un paso adelante, proponerse para abandonar la empresa y dedicarse a tiempo completo, desde junio de 2020, a un proyecto en el que ya llevaba trabajando un par de años. Invirtió 15.000 euros de sus ahorros en poner en marcha Lico, que hoy en día es una empresa con 15 empleados, 13 de ellos mujeres, y ha cerrado el año con una facturación de 2 millones de euros.

R. ¿Qué le llevó a fundar una empresa de cosmética?
R. No encontrar mi producto ideal. La cosmética ha sido mi pasión de siempre. Y por mi formación entendía mucho de ingredientes, de si tenía calidad esa fórmula. Veía que no existía un producto que aunase lo mejor de los dos mundos. Por un lado, están las marcas que se posicionan como muy naturales, muy ecológicas, y esto es mentira. Porque cualquier producto cosmético con base de agua requiere de conservantes, ya que la ley te obliga a que tengas estabilizadas bacterias, levaduras y hongos. Además, si tú quieres mejorar parámetros como bolsas, ojeras, arrugas o líneas de expresión, la materia prima natural no llega. Ahí necesitas ciencia y biotecnología. Por otro lado, el problema que me encontraba con las marcas de laboratorio, y que tienen productos interesantes o activos muy patentados, es que no cuidan el resto del listado de ingredientes. Nosotros aunamos lo mejor de ambos mundos.
R. ¿En qué se diferencia de otras marcas del sector?
R. La principal diferencia es que tenemos la I+D propia. Esto parece que todas las marcas de cosmética lo tienen, y no. Me atrevería a decir que más de un 90% de las marcas no tienen la propiedad intelectual de su I+D. Hemos invertido una cantidad de recursos bastante importante para el tamaño de la empresa solo en I+D. La propiedad intelectual de la fórmula es nuestra. Y luego en la manera de formular. Cuidamos absolutamente todo. El listado de ingredientes, cogemos lo mejor de la ciencia y la ingeniería, eligiendo el activo más potente para mejorar un problema en la piel, y lo mejor de la naturaleza. Para ello nos recorremos el mundo. Además, cuidamos del perfume, que nos lo diseña a medida una casa perfumista especializada en aromas libres de alérgenos para cosmética.
R. ¿Hace milagros la cosmética?
R. Existe una búsqueda por el santo grial de la belleza y de la juventud. Cuando nos preguntan por promesas que no podemos cumplir somos muy honestas. Siempre decimos que hasta donde llegue la cosmética. Tiene la capacidad de mejorar una arruga, pero no de eliminarla. Jamás un tratamiento cosmético puede sustituir un tratamiento médico.
R. ¿Los consumidores buscan cada vez más productos naturales?
R. El consumidor está demandando un respeto por la piel. A pesar de que nosotros utilizamos ingredientes naturales, esto es una marca donde convive la ingeniería con la naturaleza. Es decir, si queremos mejorar una bolsa debajo del ojo, a base solo de materia prima natural no vamos a conseguirlo. Y, además, no podemos reclamar una cosmética 100% natural porque es mentira. No existe. La ciencia nos ofrece vitaminas, péptidos, ácidos que no son tóxicos y no tienen por qué ser preocupantes para el consumidor.
R. ¿A los hombres aún les cuesta introducirse en la cosmética?
R. Les cuesta un poco. Aún existen ciertos tabús. No sé qué les hace sentir el hecho de cuidarse la piel. Pero sí que poquito a poco vamos viendo mayor preocupación por cuidarse, porque al final todos tenemos la misma idea de que nos gustaría envejecer en una piel sana. Creo, además, que tienen un peor conocimiento, porque les gusta informarse menos. La inmensa mayoría de la cosmética es unisex. Las marcas posicionan tratamientos con formatos en color azul o negro y con un olor diferente. Pero es solo aspecto, para que ellos se sientan más cómodos a la hora de adquirir un producto. Pero toda la cosmética es unisex. Las pieles son pieles, y si son secas o grasas lo son en mujeres y hombres. Los problemas son iguales.
R. ¿Cómo se hace para ganar un hueco en un mercado como el cosmético, donde hay empresas muy potentes?
R. Con un buen producto, no existe otra. Al final, la consumidora, cuando le llega un producto de Lico, percibe que está pensado para ella y que no defrauda. Va buscando realmente un producto que no abandone, que cumpla con lo que dice. La clave está en, de verdad, diseñar y formular un producto que cumpla con las expectativas que estás diciendo.
R. ¿Está planteándose abrir tiendas?
R. No. Ahora mismo la apuesta es canal online, única y exclusivamente. Llevamos solo dos años. Creemos que todavía nos queda mucho por hacer antes de plantearnos cualquier movimiento hacia el punto físico. Simplemente es una cuestión de tiempo.
R. ¿Cree que aún hay pocas mujeres ingenieras y pocas emprendedoras?
R. Se van viendo. Y hay cada vez más referentes que hacen que se animen. No hay mejor iniciativa que tener referentes en el sector de la ingeniería. Como la opción de emprender. Yo creo que las mujeres no tienen tanto esos referentes de que emprender es una carrera profesional adicional que está ahí, que la pueden coger si tienen una pasión, una visión de que pueden aportar algo a la sociedad con un producto o un servicio. Al final, yo creo que vamos haciendo ruido.

Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.

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