La UE confía en que la factura electrónica reduzca el fraude fiscal
La UE espera que las autoridades puedan controlar mejor con esta herramienta las actividades de autónomos, pymes y grandes empresas.
La Unión Europea confía en que la factura electrónica reducirá el fraude fiscal. La institución espera que con la e-factura se proporcione una herramienta a las autoridades para controlar su actividad en tiempo real, así como para adoptar medidas sin demora en función del contexto económico.
En España la obligatoriedad de realizar facturas electrónicas se ha puesto en marcha con la ley Crea y Crece. La normativa obliga a las empresas a adoptar la factura electrónica. Entre las novedades de esta ley destaca la emisión de facturas electrónicas en las operaciones comerciales entre empresarios, profesionales y proveedores. La obligación de emitir este tipo de facturas es independiente del sector de actividad de la empresa.
La ley es, además, una de las principales reformas del Plan de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia mediante el cual se pretenden mejorar las relaciones entre empresas y proveedores para reducir los impagos, así como el índice de morosidad.
Implementación de la e-factura
No obstante, la norma entrará en marcha en dos fases. En primer lugar, serán las empresas y autónomos con una facturación anual superior a 8 millones de euros los que deberán aplicar esta medida en un plazo máximo de un año desde la aprobación del desarrollo el reglamento. El resto de las empresas tendrán que aplicar la medida en un plazo de dos años, por lo que en 2025 será obligatorio para cualquier tipo de empresa.
La B2B Integration Sales Manager de Generix Group, Diana Salazar, asegura que “una de las principales ventajas de la e-factura para las compañías europeas es la reducción de las cargas administrativas ya que facilita las tareas diarias de los departamentos de administración y contabilidad”.
Según la experta, a través de la tecnología, “se puede automatizar el envío y recepción de las facturas, conciliar las facturas recibidas con las mercancías recibidas y las órdenes de compra o validar las facturas, de forma rápida, libre de errores humanos y con una mayor eficacia para optimizar, de esta manera, el tiempo”.
En este contexto cabe recordar que en 2019 la Unión Europea perdió 134.000 millones de euros en ingresos por IVA, según se recoge en el informe ‘Brecha del IVA’ de la Comisión Europea del 2022.