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La Bolsa ya se ha comido el turrón del rally de Navidad

Los índices ya acumulan un alza notable desde mediados de octubre

Bolsa de Nueva York, en Wall Street.
Bolsa de Nueva York, en Wall Street.Reuters

Es probable que este apasionante año en los mercados se parezca a los estantes de los supermercados, que ya a finales de octubre empiezan a ofrecer típicos productos navideños. El rally navideño de las Bolsas se ha adelantado este año a mediados de octubre para el conjunto de las Bolsas, que suman una notable racha alcista desde los mínimos marcados entonces, con una recuperación también llamativa en los precios de los bonos.

Diciembre tiene unas peculiaridades que han merecido su estudio. El inversor norteamericano Yale Hirsch fue el descubridor del llamado rally de Navidad en las Bolsas estadounidenses, al publicar en su famoso Stock Trader’s Almanac de 1973 que los mercados de acciones se recuperaban en los cinco últimos días del año y los primeros dos días de enero. Así, el índice estadounidense S&P 500 ofrece una ganancia media del 1,6% anual esos días, con rendimientos positivos en más del 75% de las ocasiones.

El efecto del rally de Navidad en las Bolsas mundiales

Y más cerca en el tiempo, un reciente estudio de Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma eToro, sobre las 15 principales Bolsas mundiales explica que existe un rally de Navidad medio con alzas del 1,8% en diciembre, de modo que este mes representa una cuarta parte de la rentabilidad promedio anual de la Bolsa. El Hang Seng de Hong Kong y el FTSE 100 del Reino Unido lideran la fortaleza tradicional de este mes entre los principales mercados, mientras que en Francia y España es donde estas subidas decembrinas tienen históricamente menos recorrido.

Fabiana Fedeli, directora de inversiones de renta variable y multiactivo en M&G Investments, considera que en momentos como este, cuando el sentimiento es ampliamente negativo y el mercado converge hacia el mismo posicionamiento prudente, cualquier noticia positiva puede generar un rebote. “Sin embargo, nos parece difícil ver algún factor positivo que pueda llevar al mercado a una subida prolongada en el final de año. Estos desencadenantes podrían ser, por ejemplo, la resolución de la guerra en Ucrania y el levantamiento de las sanciones, una caída más significativa de la inflación y un giro radical de los bancos centrales. Pero ninguno de ellos parece probable a corto plazo”, concluye.

Pérdidas fiscales a fin de año

Motor de subida. Uno de los factores clave para la subida de las Bolsas en diciembre ha sido tradicionalmente hacer minusvalías para compensar otras ganancias, al tiempo que se volvían a comprar esos títulos si se tenía confianza en el futuro de la compañía. Pero esta posibilidad que garantizaba vender y comprar desapareció para el inversor español. Es la conocida como “norma antiaplicación”, que establece que no se pueden compensar las pérdidas producidas en una venta si en los dos meses anteriores o posteriores a la venta con pérdidas se han comprado acciones homogéneas y, como consecuencia de ello, el patrimonio ha permanecido constante. Con esta excepción a la compensación de pérdidas, Hacienda quiso evitar que los inversores realizasen operaciones de venta solo para generar pérdidas a efectos fiscales. Sin duda, un factor que limita el rally navideño.

Sin duda, la clave de este buen mes y medio en los mercados mundiales ha sido un cierto control de las tensiones inflacionarias y la esperanza de una política monetaria menos dura. De hecho, los inversores esperan que en las próximas reuniones de la Fed (14 de diciembre) y del BCE (15 de diciembre) el precio del dinero suba 0,5 puntos, frente a los 0,75 puntos de las últimas intervenciones, según apuntó el propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, esta misma semana. Pero queda pendiente la marcha de las economías y su más que probable entrada en recesión y su efecto en los beneficios empresariales. Parece que los inversores se han agarrado a lo bueno y han dejado de mirar los problemas.


¿Exceso de optimismo?

Jan Bopp, estratega de inversiones sénior en J. Safra Sarasin Sustainable AM, califica de sorprendentes las recientes subidas, “ya que la situación macroeconómica general no ha mejorado en absoluto tanto como cabría esperar ante semejante rally, y el optimismo ante las perspectivas de inflación puede ser prematuro”. Añade que “la fuerte caída de los precios energéticos puede resultar solo temporal y la presión sobre los márgenes solo se hará evidente en la próxima temporada de resultados. Otra de las razones fundamentales de la ralentización del impulso inflacionista es el descenso de la demanda de los consumidores, que tendrá un impacto negativo en las perspectivas de beneficios de las empresas”, concluye.

Una de cal y otra de arena ofrece Thomas Hem­pell, responsable de macro y análisis de mercados de Generali Investments, para este final de año. De una parte, considera que el mercado tiene munición para un rebote porque aún “el posicionamiento general del riesgo sigue siendo defensivo”. De otra, apunta que las valoraciones de las acciones parecen caras en comparación con los rendimientos. “Los indicadores han sorprendido al alza recientemente y podrían tocar fondo. Sin embargo, siguen apuntando claramente a una inminente recesión en la zona del euro, con riesgos a la baja, ya que un clima invernal inusualmente frío podría desencadenar una escasez de gas en el Viejo Continente”, indica.

El último mes del año deja fenómenos ya habituales en el mundo de la inversión, como es el maquillaje del balance anual en un intento de minimizar las pérdidas, el menor volumen de contratación por las fechas vacacionales, que facilita movimientos dirigidos a buscar una subida de los activos; la formación de las carteras de cara al próximo ejercicio, que supone entrada de dinero fresco, y también las aportaciones a los planes de pensiones, que suelen intensificarse en diciembre a la búsqueda de beneficios fiscales. Y también el supuesto rally de Navidad.

Hay quienes hablan de una profecía autocumplida, por la que entran los compradores esperando las ganancias que históricamente se han producido, alimentando este esquema. Al margen de estos elementos técnicos del final de ejercicio, ahora el foco de los inversores está puesto casi exclusivamente en la evolución de los datos económicos, lo que pone en duda el rally navideño.


Valoraciones

James Athey, director de inversiones en Abrdn, es uno de esos críticos con el rally y apunta a que se ha pasado del criterio de venderlo todo a una recuperación generalizada de los índices. Una realidad que, en su opinión, tiene justificación en la reducción de los rendimientos de los bonos por las señales de una inflación más suave y la moderación de los bancos centrales. “Pero no justifica que las valoraciones de las acciones sean más altas. Sospecho que, a medida que los datos económicos confirmen el peligroso camino económico que se avecina, será cada vez más difícil que los inversores en renta variable se sientan cómodos con unos tipos de interés menores, dada la necesidad de hacer frente a unos beneficios de las empresas cotizadas en los mercados mucho más bajos”.

La posibilidad de una recesión económica es otro factor que pesa sobre las expectativas de este final de año. Un dato que, de producirse en el cuarto trimestre de este ejercicio, se conocerá ya en 2023. Además, al igual que ocurre con los mercados, la volatilidad en las previsiones es muy elevada. Los márgenes para la caída en recesión o crecimientos muy bajos son muy estrechos, aunque los analistas se decantan más por una recesión en Europa frente a Estados Unidos, de carácter técnico

Jan Viebig, director de inversiones en la gestora Oddo BHF AM, también empieza a ver poco descuento en las Bolsas. “Las acciones de Europa y de los mercados emergentes vuelven a cotizar actualmente cerca de sus niveles medios a largo plazo, si se observan los ratios de precio y otros parámetros de valoración. La renta variable estadounidense, por su parte, sigue cotizando por encima de sus niveles de valoración históricos medios, a pesar de la caída de los precios”, comenta.

Y en cuanto a los bonos, Viebig cree que “aún no ha llegado el momento de ampliar los vencimientos en las carteras de bonos para beneficiarse de las subidas de precios cuando los tipos de interés vuelvan a bajar. Por otro lado, parece oportuno un aumento selectivo del riesgo de crédito en el segmento de grado de inversión”.

Diciembre tiene aún que despejar la incógnita de los tipos de interés y el mercado irá evolucionando de acuerdo a los datos que se vayan conociendo. Muchos gestores, después del rápido e inesperado rally desde mediados de octubre en las Bolsas, preferirán no tentar a la suerte y disfrutar de la reducción de las fuertes pérdidas acumuladas hasta entonces. La idea es que el mercado bajista aún no ha terminado, aunque parezca lo contrario.

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