Cerca del 25% de los ciudadanos no sabe a qué administración va lo recaudado por sus impuestos
Una encuesta del Instituto de Estudios Fiscales (IEF) insiste en la idea generalizada de que el fraude sigue en aumento y menciona a empresarios, profesionales liberales y autónomos, como los más defraudadores
A pesar del esfuerzo que se viene realizando a lo largo de los últimos años en materia de inspección y cumplimiento tributario por parte de Hacienda, el sentir general por parte del ciudadano es que el fraude fiscal sigue siendo claramente predominante y ha venido mostrando un perfil ascendente a lo largo de la última década.
Así se desprende del último informe de Opiniones y actitudes fiscales de los españoles 2021, elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), que cifra en el 69% el porcentaje de ciudadanos que piensa que el fraude ha aumentado. Tan solo el 31% considera que ha disminuido.
Sin embargo, un dato que llama la atención de esta encuesta realizada por este organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, es el cierto grado de desconocimiento que existe en la ciudadanía de las distintas figuras tributarias existentes en el modelo fiscal español y las administraciones que son destinatarias de los ingresos que generan. Prácticamente una cuarta parte de los ciudadanos preguntados afirman no conocer a que administración se dirige uno u otro tributo.
Y es que este resultado no es extraño si se tiene en cuenta el hecho de que el actual modelo de financiación autonómica y su polémica cesta de impuestos genera que del total de recaudación, haya porcentajes que bien van a la administración central o autonómica en función del impuesto. Según este estudio, este desconocimiento es mayor entre las personas inactivas y en mayor medida entre las desempleadas.
Respecto al conocimiento sobre qué impuesto es el que genera mayores ingresos, los encuestados mencionan al IVA (41%) y el IRPF (40%).
Por otro lado y acerca de una de las características que puede definir al IRPF como es la progresividad, prácticamente las tres cuartas partes de los entrevistados piensa que el porcentaje que se aplica en el IRPF aumenta a medida que se tienen mayores ingresos, por lo que conocen la progresividad del impuesto.
También se cumple el patrón de los últimos años, en cuanto a la consideración de determinados colectivos como mayores defraudadores. Tal es el caso de empresarios que son mencionados por el 65% de los encuestados, profesiones liberales (27%) y trabajadores autónomos (25%), mientras que agricultores (4%) y el colectivo de los asalariados con el 7% de las menciones), según se desprende de la encuesta llevada a cabo, siguen una conducta fiscal más honesta.
Llama mucho la atención como apenas son mencionados por los encuestados, los deportistas, las grandes fortunas o los famosos, a pesar de los diferentes casos mediáticos conocidos.
Pero ¿por qué se defrauda? La principal causa mencionada es la impunidad de quienes lo hacen, lo que es mencionado por el 50,4% de los encuestados. A este motivo se unen la falta de honradez y conciencia cívica (36,8%), la ineficacia en la lucha contra el fraude (28,4%), así como que la creencia de que los impuestos actuales son excesivos 28%). El 13,8% menciona que “a veces hace falta trampear un poco para salir adelante”.
Otro resultado que llama la atención es que se menciona a la economía sumergida como el tipo de fraude más perjudicial para la sociedad en su conjunto, lo que se explica en el hecho de que existan menos recursos para prestaciones sociales, lo que se traduce en una mayor presión fiscal para los cumplidores.
Otros tipos de fraude fiscal mencionados por los encuestados en un 31,8% son el impago de parte del impuesto sobre sociedades por las empresas, la ausencia de ingresos a Hacienda del IRPF por parte de empresarios (27,9%) o no ingresar a Hacienda las cantidades cobradas por el IVA (20%).
Sin embargo, pese al reconocimiento e identificación de la existencia del fraude fiscal, casi dos de cada tres entrevistados, considera que no encuentra justificación alguna al fraude fiscal y poco más de un tercio de los ciudadanos justifica la conducta defraudadora.
El 78% de las opiniones que justifican el fraude fiscal se da en personas mayores de 65 años, mientras que en el colectivo de 55 a 64 años, este porcentaje se reduce ligeramente hasta el 74%. Son los más jóvenes, comprendidos entre los 18 y los 24 años los que en menos medida justifican el fraude fiscal, aunque con un nivel del 54% de las opiniones.
Otro hecho que se desprende de este trabajo del IEF, es que se mantiene la proporción de contribuyentes (43%) que cumplimentan por sí mismos las declaraciones tributarias, si bien la mayoría sigue recurriendo a distintas modalidades de ayuda externa (57%) para su cumplimientos.
Los servicios de ayuda al contribuyente por parte de la Agencia Tributaria gozan de un buen conocimiento por parte del ciudadano, ya que 9 de cada 10 los conoce, si bien los utilizan casi 6 de cada 10. Empresarios, profesionales, asalariados y desempleados e inactivos, son los mayores conocedores con niveles en el entorno del 90, mientras que los agricultores son el grupo menor con el 72%. Los asalariados con un 90,3% son quienes más conocen estos servicios de la Agencia y sólo el 27,7% no los emplea.