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La divergencia de precios en la zona euro complica la tarea del BCE

La inflación va desde el 7% de Francia al 22% de Estonia, y las subidas de tipos tensarán el consejo de gobierno

reuters

El debate sobre la política monetaria de la zona euro puede volverse pronto más tenso. La tasa de inflación de la región, del 10,7% en octubre, oculta grandes disparidades entre los Estados miembros. Los precios aumentan a un ritmo anual del 7% en Francia, del 12% en Alemania y del 22% en Estonia. La política de subida de tipos del Banco Central Europeo corre el riesgo de ser demasiado enérgica para algunos países, pero demasiado tímida para otros.

La reciente dispersión de las tasas de inflación de la zona euro comenzó con la recesión provocada por el Covid-19. Los precios cayeron en función de las políticas de confinamiento de los Estados miembros, las tasas de vacunación y el nivel de apoyo gubernamental. Luego, cuando las economías empezaron a crecer de nuevo, los precios subieron más rápido en los países que se habían visto más afectados.

El choque energético que se agravó tras la guerra de Rusia en Ucrania exacerbó el problema, debido a las diferencias en la combinación energética y los patrones de consumo entre los países miembros. Los precios minoristas de la energía en la zona euro aumentaron un 40% entre agosto de 2021 y agosto de 2022. Pero la energía representa desde el 6,7% del índice de precios en Malta hasta el 16,2% en Letonia, señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Las diferencias en la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, también han aumentado en los dos últimos años: del 4% en Francia a más del 14% en Eslovaquia.

La unión monetaria obliga al BCE a adoptar un enfoque único. Por ahora, los responsables políticos están de acuerdo en que debe subir su tipo de interés clave rápidamente hasta que alcance un nivel “neutral” que no estimule ni limite la economía. Algunos banqueros centrales estiman que ese nivel se sitúa en torno al 2%, que podría alcanzarse a finales de año.

Sin embargo, es posible que los tipos tengan que subir más allá de ese nivel si persiste la inflación. Es entonces cuando el viejo debate en el consejo de gobierno del BCE entre los halcones del norte y las palomas del sur puede volverse enconado, como ocurrió durante la crisis de la deuda de 2011. Los países con menor inflación, encabezados por Francia, argumentarán que el BCE debe hacer una pausa. Los de mayor inflación querrán que siga subiendo los tipos hasta que se reduzca.

Los halcones proceden de países como Alemania y Países Bajos, donde los precios aumentan más rápidamente. Pero, según la mayoría de las previsiones, la economía de la zona euro resultará plana el año que viene, en el mejor de los casos. Por lo tanto, las nuevas subidas de tipos pueden crear un revuelo político y provocar serias divisiones en el consejo de gobierno del banco central. La política monetaria puede ser menos predecible. Y el BCE puede encontrarse de nuevo en el centro de los problemas existenciales del euro.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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