La crisis deja fuera de la agenda a La España Vaciada
El impacto de la guerra en Ucrania y la pérdida de expectativas electorales vuelven a relegar la despoblación a un segundo plano
El pasado sábado, 8 de octubre, se manifestaron en Madrid los bomberos forestales, acompañados por las plataformas aglutinadas en La Revuelta de la España Vaciada, que ese mismo día también habían convocado concentraciones locales por todo el país bajo el lema “Yo paro por mi pueblo”. El resultado de estas marchas ha sido discreto, ni el 10% de la movilización del 31 de marzo de 2019, cuando más de 30.000 personas se sumaron pidiendo atención para las zonas despobladas. Aquella concentración en Madrid es la base de la creación de este movimiento y ha sido decisivo para que Teruel Existe y Soria Ya pasaran a la actividad política.
Sin embargo, tres años después, da la sensación de que el problema de la despoblación sigue siendo uno de los grandes problemas de este país, pero las urgencias han hecho que haya perdido momentum, impulso, notoriedad. Quizás perdió su oportunidad atrapado entre una pandemia y una guerra.
La España Vaciada, que se convirtió por primera vez en marca electoral en las autonómicas de Castilla y León de febrero pasado, tiene como eslogan “¡Es el MOMENTO!”. Es el grito de impotencia que soltó Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe, el 25 de mayo de 2021 en el Congreso de los Diputados cuanto presentó el informe Modelo de Desarrollo de La España Vaciada. “Es el momento, de esta no pasa. Nuestra exigencia de que se aborde este problema (la despoblación) va muy en serio. Exigimos que se trabaje de verdad ya. Estamos detectando en los ministerios inercias que van en contra de la resolución de los problemas”, dijo Guitarte.
Eran conscientes de que las problemáticas de las regiones de España amenazadas por la despoblación habían calado y que era el momento de apretar el acelerador y forzar que los gobiernos central y autonómicos atendieran sus reivindicaciones. De aquel cabreo surgió la iniciativa de retar a los dos grandes partidos (PSOE y PP) y saltar a las elecciones en todos los territorios, extender el modelo de Teruel Existe, que con un solo diputado en Madrid había conseguido ser clave en muchas votaciones legislativas.
Sin embargo, el salto a las Cortes de Castilla y León resultó ser un amargo éxito. Soria Ya consiguió tres de los cinco escaños que hay en juego en la provincia, pero las demás agrupaciones de La España Vaciada no lograron representación en ninguna de las otras ocho provincias. Y lo peor, esos tres diputados son irrelevantes ante un gobierno de coalición entre PP y Vox que suma una mayoría absoluta holgada.
Once días después de las elecciones, el 24 de febrero, Vladimir Putin ordena la invasión de Ucrania, y el mundo entra en un nuevo escenario de emergencia política y económica. Tanto es así, que se aplazan las medidas que ya se habían aprobado para frenar el cambio climático, con tal de prescindir de la energía rusa. La producción nuclear y el gas ahora se consideran energías verdes, se reabren centrales de carbón y se prorroga la vida útil de centrales atómicas.
En la pequeña política territorial, se producen las elecciones autonómicas de Andalucía en junio. El PP obtiene una mayoría absoluta inesperada, para desesperación de Vox, que se veía cogobernando, y también de las agrupaciones de La España Vaciada, que se presentaban en Córdoba y Jaén, y no obtuvieron ningún escaño. Había la expectativa de que Jaén Merece+ sacará un diputado, pero se quedó en nada. Obtuvo 18.685 votos, que es muy parecido a los 18.390 de Soria Ya. Sin embargo, en Jaén solo es el 5,9% del censo y no dan ni para un diputado; mientras que en Soria representan el 42,6% y da para tres.
Las elecciones de Castilla y León y de Andalucía dejan claro que era infundado el temor a que los partidos ruralistas fueran decisivos en los parlamentos regionales. La llegada de Alberto Núñez Feijóo a la dirección nacional del PP refuerza su capacidad de atracción de los antiguos votantes de Ciudadanos, como se vio en Andalucía, y dificulta aún más el crecimiento de La España Vaciada entre el votante de centro, algo que sí sucedió en Soria.
Con este panorama, entre el 16 y el 18 de septiembre pasado se reunió la IV Asamblea General de la Revuelta de La España Vaciada, y acordó un calendario de nuevas movilizaciones para tratar de recuperar el pulso. Además de la del fin de semana pasada, prevén convocar el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, un gran acto en defensa de los servicios públicos en el medio rural, y el 31 de marzo de 2023, cuarto aniversario de la gran movilización, otra concentración en Madrid.
En el punto de mira está el escenario electoral del próximo año. El 28 de mayo serán las elecciones municipales y las autonómicas en varias de las regiones más afectadas por la despoblación, como Aragón, Castilla-La Mancha o Extremadura. Además, las elecciones generales serán antes de que termine el año. Los expertos cuentan con que Pedro Sánchez no las va a hacer coincidir con los anteriores comicios, consciente de que perjudica a los candidatos locales y regionales, y que serán en el último trimestre.
Este Gobierno arrancó mandando buenas señales, la despoblación pasaba a formar parte del nombre del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En estos tres años, Moncloa ha hecho mucho marketing con el mundo rural, pero cuando ha llegado la hora de la verdad, como hace diez días, Pedro Sánchez ha anunciado que los presupuestos de 2023 van a incluir ventajas fiscales para las empresas que inviertan en Baleares y bonificaciones para la venta de productos producidos en este archipiélago. De las regiones afectadas por la despoblación, nada de nada. Ayer Sánchez confirmó unas ayudas a la contratación para Soria, Teruel y Cuenca que fueron aprobadas en Bruselas hace más de un año.
El INE presentó ayer sus proyecciones de población 2023-2037. Canarias y Baleares entre las tres regiones que más van a crecer, la otra es Murcia. En el lado opuesto Extremadura, Asturias y Castilla y León. La sentencia es clara: la despoblación aumenta y los desequilibrios también.
Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense