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De Almirall a Grifols: la farma catalana ficha lejos de la familia

Los históricos laboratorios dan el relevo. Grifols se suma a la tendencia con un nuevo presidente ejecutivo

Desde la izquierda, Steven F. Mayer, nuevo presidente ejecutivo de Grifols, y los consejeros delegados de Almirall (Gianfranco Nazzi), Esteve (Stafan Schüberg), y Uriach (Oriol Segarra).
Desde la izquierda, Steven F. Mayer, nuevo presidente ejecutivo de Grifols, y los consejeros delegados de Almirall (Gianfranco Nazzi), Esteve (Stafan Schüberg), y Uriach (Oriol Segarra).
Alfonso Simón Ruiz

Las grandes sagas de los históricos laboratorios catalanes están apostando por ceder el papel de primer ejecutivo en manos externas a la familia. El último laboratorio en dar ese paso ha sido Grifols, que la pasada semana anunció que Steven F. Mayer pasaba a ocupar la presidencia ejecutiva de la compañía, el primero sin el apellido Grífols desde 1940.

Antes, laboratorios como Almirall, Uriach, Ferrer o Esteve ya dieron ese paso, en el que también se ha rejuvenecido las cúpulas directivas dando paso a las nuevas generaciones de un sector con fuerte tradición en Cataluña.

Mayer releva en la presidencia a Víctor Grífols, el artífice de la salida a Bolsa y del enorme crecimiento del laboratorio en los últimos años. Pero, además, recupera para el presidente las funciones ejecutivas, que el veterano directivo catalán había cedido en 2017.

El ejecutivo estadounidense, de 62 años, lleva desde 2011 en la compañía como consejero, proveniente de la dirección de Talecris, compañía comprada por la multinacional catalana. Pero además es un experto del capital riesgo, al ocupar diversos cargos en el fondo Cerberus a nivel global. Su liderazgo llega en un momento de crisis en el fabricante de hemoderivados, hundido en su capitalización bursátil por elevado endeudamiento y con la incertidumbre de saber si protagonizará alguna operación corporativa para rebajar deuda.

Compartirá las funciones ejecutivas con los dos consejeros delegados que sí pertenecen a la familia, la cuarta generación representada por Víctor Grífols Deu, y la tercera por Raimon Grífols. El anterior presidente también se mantiene en el consejo como dominical, y es que la familia y algunos veteranos directivos controlan el 35% del capital.

Precisamente, ese es el nuevo papel que las sagas familiares están tomando en sus empresas: mantener el control accionarial a través del consejo de administración. Se alejan de la gestión, pero mantienen el control del gobierno corporativo.

En mayo se produjo también el relevo en la segunda mayor farmacéutica, la también cotizada Almirall. En ese caso, el veterano Jorge Gallardo igualmente se retiró de la presidencia, dando el relevo a su hijo Carlos. A diferencia de su padre, muy presente en la gestión en décadas de dedicación, en el nuevo papel del presidente destaca que no es ejecutivo.

En Almirall, la gestión diaria recae en el CEO Gianfranco Nazzi, en el cargo desde el pasado año y proveniente de Teva. Este laboratorio ya había confiado previamente en personas ajenas a los Gallardo las funciones ejecutivas, ya fuera Peter Guenter o Eduardo Sanchiz en diferentes etapas, pero bajo el fuerte escrutinio de Jorge Gallardo. La familia, también dueña de los hospitales Vithas, sigue controlando el 59,7% de la farmacéutica.

Una estructura similar es la que puso en marcha en 2018 el también histórico grupo Esteve. En esa fecha, la farmacéutica fichó al sueco Staffan Schüberg como consejero delegado, proveniente de la farmacéutica danesa Lundbeck, donde era vicepresidente ejecutivo y director comercial. Los Esteve cedían así todo el mando ejecutivo de la compañía. Sustituyó en el cargo a Albert Esteve, que pasó a ser presidente del consejo de administración, un puesto hasta entonces en manos de su tío Joan.

Una estructura similar a la que se da en Ferrer. La familia Ferrer-Salat mantiene la presidencia en manos de Sergi, hijo del fundador, pero con Mario Rovirosa como CEO desde hace seis años.

En 2021, otra farmacéutica catalana fue aún más allá. El laboratorio barcelonés Uriach, fundado en 1838, nombró al primer presidente no vinculado a la familia en sus cinco generaciones de historia. La compañía eligió a Luis Cantarell, exdirectivo de Nestlé, como nuevo presidente del consejo de administración. Relevó en el cargo a Joaquín Uriach. En el caso de Uriach, hace ya una década que cedió la dirección al CEO Oriol Segarra, ajeno a la familia.

De momento, entre las cotizadas, Reig Jofre mantiene la dirección en manos de la familia, ya que Ignasi Biosca es consejero delegado desde 2006, en una empresa controlada por la saga en un 62%.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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