Alemania aumenta en 200.000 millones de euros su paquete de ayudas energéticas
La inflación alemana alcanza el 10.9%, la mayor cifra en 25 años
El gobierno alemán ha lanzado un nuevo paquete de ayuda por un valor de 200.000 millones de euros para hacer frente a los altos precios de la energía, al mismo tiempo que la inflación interanual se acelera hasta el 10.9%. “Los precios tienen que bajar, por lo que el gobierno hará todo lo posible. Con este fin, estamos instalando un gran escudo defensivo”, ha asegurado el canciller, Olaf Scholz, en una rueda de prensa.
El nuevo plan será financiado exclusivamente a través de nueva deuda, que se canalizará a través de un fondo especial creado en 2020 para paliar los efectos de la pandemia de coronavirus. El ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha intentado dar una señal de tranquilidad a los mercados: “Queremos separar claramente los gastos de crisis de nuestro presupuesto regular”. Lindner ha intentado distanciar los intentos de Berlín de las "políticas monetarias expansivas" de Londres, que los mercados han castigado esta semana.
El efecto de los nuevos fondos en la factura que reciben los consumidores aún se desconoce. Scholz ha avanzado una serie de posibilidades, entre las que ha destacado un tope al precio de la electricidad y un freno al precio del gas, pero su administración aún no ha precisado cuales serían estos límites.
El anuncio del nuevo paquete de ayudas busca responder al aumento de las protestas en las últimas jornadas. “La crisis energética que estamos viviendo en Europa amenaza con convertirse en una crisis económica y también social”, ha apuntado el ministro de Economía alemán, Robert Habeck.
El anuncio oficial ha llegado al mismo tiempo que la agencia federal de Estadística anunciaba la inflación interanual, que alcanza los dos dígitos por primera vez desde 1951. Lindner ha subrayado que los nuevos fondos estatales actuarán como un freno para evitar mayores incrementos en los precios, fuertemente arrastrados por las alzas en la electricidad.
Un poco antes de la rueda de prensa, cuatro centros de estudios alemanes hicieran público sus proyecciones que indican que la economía entrará en recesión en el segundo semestre del año. El alto costo de la energía es el principal factor que explica esta situación, que podría empeorar con una caída del 7.9% del PIB en 2023 si las temperaturas son extremas y hay escasez de gas. Los expertos estiman que la situación significará “una pérdida permanente de prosperidad para Alemania”.
Berlín ya ha comprometido más de 184.000 millones de euros desde comienzos de año en ayudas a consumidores y empresas afectadas por la crisis energética, según un relevamiento del centro de estudios Bruegel. Esta cifra, casi el 5% del PIB alemán, incluye el paquete de rescate por 17.000 millones de euros a Uniper, el mayor importador de gas, y otros 67.000 millones en créditos para compañías que sufren problemas de liquidez dada la volatilidad del mercado.
Además del aumento del gasto, Berlín ha dado marcha atrás a su plan para desmantelar tres centrales nucleares a fines de diciembre. La administración alemana ha decidido prorrogar de forma excepcional la vida de dos de estas plantas para evitar los problemas de suministro este próximo invierno. Incluso el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, se ha manifestado abiertamente a favor de mantener las tres centrales operativas más allá del plan original.