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Jefes en serie

Ted Lasso, un líder con propósito

Un entrenador de fútbol americano es fichado por la dueña un club inglés que busca hundirlo por venganza Lasso tendrá que manejarse en un país extraño y en una competición de élite de la que desconoce las reglas del juego

Jason Sudeikis (en el centro) en su papel del entrenador Ted Lasso.
Jason Sudeikis (en el centro) en su papel del entrenador Ted Lasso.
CINCO DÍAS

Descubrí Ted Lasso en plena pandemia, gracias a un buen amigo, en un momento en el que personalmente me planteaba cómo continuar formando y asesorando mejor a líderes de organizaciones en tiempos convulsos. La serie fue una fuente de inspiración: ­Lasso nos demuestra que liderar con coraje, empatía y positivismo es posible, incluso en entornos complejos y en los que desconocemos las reglas del juego.

Ted Lasso (Jason Sudeikis) es un entrenador de fútbol americano de una escuela secundaria de Texas que es fichado para entrenar a un equipo inglés (AFC Richmond) por su propietaria, Rebecca Welton (Hannah Waddingham), que se acaba de divorciar y quiere ver fracasar al club para vengarse del antiguo dueño, su exmarido. Ted aterriza en un puesto del que desconoce casi todo, en un país que no es el suyo y en un entorno que ciertamente no le es nada favorable. Está totalmente fuera de su zona de confort, pero su persistencia, coraje, conocimiento de la naturaleza humana, empatía y rápida capacidad de adaptación y reacción le permiten compensar sus carencias iniciales.

A continuación, destaco algunos elementos que hacen posible que su estilo vaya ganando adeptos en cada episodio:

1. El propósito como brújula: “Believe in belief”. En el vestuario, Ted cuelga un póster casero, que reza “Believe” (creer). Este concepto es clave en su estilo de liderazgo y refleja su voluntad de que el equipo piense en grande, sea ambicioso y vaya más allá de sus limitaciones, técnicas, físicas o económicas. El propósito de “creer” permea todos los niveles en el club, pero también de su entorno. Si adoptamos este atributo al mundo empresarial, podríamos apuntar a un liderazgo basado en un propósito que inspire, cohesione, movilice a todos nuestros grupos de interés y responda a nuestra visión de cómo crear impacto. El propósito entendido como capacidad de creación de valor compartido y sostenido en el tiempo impregna valores, cultura y toma de decisiones y visibiliza públicamente el compromiso adquirido con los diferentes grupos de interés de la compañía y su entorno más inmediato.

2. Autoconocimiento: resiliencia, vulnerabilidad y coraje son caras de una misma moneda: “¿Sabes cuál es el animal más feliz en la tierra? El pez dorado. ¿Sabes por qué? Porque tiene una memoria de diez segundos. Sé un pez dorado, Sam”. Ser líder también incluye incorporar el autoconocimiento y las dimensiones de salud y bienestar personales en la gestión diaria de uno mismo, de las organizaciones y de los equipos. Ted Lasso es una persona con una vida personal compleja, con gran conocimiento de sus puntos fuertes, pero que también lucha contra sus inseguridades en privado. Cuando sus crisis de pánico son descubiertas por la prensa, Lasso muestra su vulnerabilidad sincerándose con el equipo, lo que le otorga aún más credibilidad y autenticidad como líder. Aceptar que no lo sabemos todo, que no somos perfectos y que necesitamos cuidarnos en cuerpo y mente son aspectos esenciales de un liderazgo consciente y más resiliente, que cultiva la conexión efectiva de nuestro mundo exterior con el interior para poder mantener distancia, templanza y tomar las decisiones adecuadas sin reaccionar de forma impulsiva a lo que sucede a nuestro alrededor.

3. Crear un ecosistema de colaboraciones que sumen y creen valor compartido: “No dejes que lo que no puedes hacer interfiera en lo que sí puedes hacer”. Ted conoce sus puntos fuertes: el trabajo en equipo, el talento comunicativo, la honestidad, el respeto, su humor y su don de gentes que le otorgan la capacidad de ganarse a los demás. Pero también sabe de sus carencias, y por ello actúa con rapidez para rodearse de personas que tengan el conocimiento para que su equipo salga fortalecido. Su segundo entrenador, Beard, que le acompaña desde Kansas, adquiere rápidamente conocimiento técnico sobre el deporte y actúa como traductor entre Ted y el equipo. Asimismo, Lasso entabla rápido amistad con Higgins, el director de operaciones, quien le proporciona la información y el conocimiento del club. Dentro del equipo necesita también a prescriptores, y no duda en retar a sus dos líderes para que limen sus asperezas y actúen con visión compartida. Asimismo, Lasso reconoce la importancia de estar conectado con su comunidad y visita el pub local con asiduidad, lo que le proporciona información sobre su entorno más inmediato. En definitiva, Lasso identifica a sus stakeholders más relevantes, por grado de influencia, conocimiento y capacidad de impacto, y se aproxima a ellos con una actitud abierta, ampliando su mirada y examinando aspectos con disposición de cuestionarlos y mejorarlos.

4. Capacidad de escucha y empatía como palancas generadoras de confianza: “No debería llevar paraguas a una tormenta de ideas”. Lasso genera entornos de confianza, en los que todas las personas se sienten aceptadas. Para ello, trata a todos con respeto y dignidad, comunica de forma clara los objetivos y las expectativas, ofrece feedback continuo y honesto, y no duda en gestionar los conflictos de manera firme para que el equipo salga ganando sobre egos e individualidades. También fomenta la participación, activando mecanismos de escucha y actuando en consecuencia. Una de las primeras iniciativas de Ted Lasso es la de crear un buzón de comentarios anónimo para que el equipo proporcione sugerencias y aspectos de mejora de todo tipo. A pesar de que al principio la medida es recibida con burlas y escepticismo, cuando el capitán indica que la presión de las duchas no es suficiente y el problema se soluciona, el equipo se siente escuchado y valorado. A menudo, son los pequeños detalles los que aumentan el compromiso y el orgullo de pertenencia de las personas que trabajan en una organización.

En resumen, Ted Lasso es un gran ejemplo de liderazgo positivo y resiliente: es empático, tiene sentido del propósito, su capacidad de observación y escucha le permite anticiparse a los riesgos y catalizar oportunidades para innovar. También tiene la curiosidad y habilidad para aprender y desaprender, y genera espacios seguros donde las personas puedan dar lo mejor de sí mismas. Todos ellos aspectos más que necesarios en el liderazgo en la era de disrupción, incertidumbre y cambio constante en la que nos hallamos inmersos.

Sonia Ruiz es profesora e investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade

Una comedia muy premiada

La trama de Ted Lasso (Apple TV) arranca cuando este, un bondadoso entrenador de fútbol americano universitario, llega a Londres para dirigir un club de fútbol europeo de la Premier League, deporte y sistema de competición de los que apenas conoce sus reglas escritas y no escritas. Un choque cultural y deportivo contado a modo de comedia en el que destacan las relaciones que se establecen entre el siempre bien intencionado protagonista (Jason Sudeikis, popular gracias a su participación en el mítico Saturday Night Live) y el resto del elenco, como la directora del club (Hannah Waddingham), cuyo objetivo inicial es que el equipo baje a segunda división, o con el arisco capitán Roy Kent (Brett Goldstein), haciéndoles replantearse la manera en la que ven la vida y el deporte.

 

Inspirada en un anuncio de TV protagonizado años atrás también por el mismo actor que lo interpreta, Ted Lasso fue una de las comedias más galardonadas en el año de su estreno, 2020. Y su segunda temporada ha sido reconocida esta semana con cuatro Emmy; mejor serie de comedia, mejor dirección de comedia y mejores actores protagonista (Jason Sudeikis) y de reparto (Brett Goldstein).

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