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La fragmentación de Telecom Italia abre más líneas de fusiones y compras

La venta de la red, con toda probabilidad al inversor estatal Cassa Depositi e Prestiti, tiene muchísimo sentido

Telecom Italia parece estar avanzando finalmente hacia una fragmentación. La venta de su preciada red de telefonía fija, valorada en al menos 20.000 millones de euros, resolvería la mayor parte de su persistente problema de deuda, que asciende a 5.000 millones de euros. Para los accionistas, la esperanza es que la empresa de servicios que quedaría también entre en juego.

En los primeros meses del nuevo jefe Pietro Labriola en el puesto ha habido de todo. Tras rechazar una oferta de adquisición de 10.800 millones de euros por parte de KKR en abril, está intentando una ruptura propia al estilo del capital riesgo, aunque a un ritmo más lento y bajo el constante escrutinio de los mercados públicos.

La venta de la red, con toda probabilidad al inversor estatal Cassa Depositi e Prestiti, tiene muchísimo sentido. Una valoración conservadora de 20.000 millones de euros reduciría la deuda neta de la empresa de 23.000 millones de euros a tan solo 5.000 millones, suponiendo que la red asuma 11.000 millones de euros de deuda y tras contabilizar las participaciones minoritarias. Esto equivale a unas 2 veces el beneficio bruto de explotación (Ebidta) previsto para 2025, después de los pagos de arrendamiento. Una valoración más alta permitiría a Telecom Italia invertir en el negocio restante, o incluso devolver dinero a sus sufridos inversores.

Podría haber más. La empresa de servicios que quedaría podría ser un objetivo. La empresa de compras CVC ya ha expresado su interés en adquirir una participación minoritaria en la división de mayor crecimiento que presta servicios a clientes corporativos. Telecom Italia señaló ayer que estaba buscando vender una parte de ese negocio.

No hay que descartar acuerdos más grandes. Pese a las trabas antimonopolio europeas, los operadores telefónicos italianos están apostando por la consolidación como antídoto contra la feroz competencia. Hay muchas pegas. La venta de la red llevaría meses. Y la CE podría oponerse a una mayor consolidación dentro del país. Sin embargo, para los accionistas, los planes de ruptura abren algunas líneas interesantes de fusiones y adquisiciones.

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