Los problemas de Uniper quizá obliguen a Berlín a ser realista
Permitirle repercutir la subida de la energía en los clientes es difícil, pero tendría un beneficio a largo plazo
El Gobierno alemán afronta un dilema que esperaba evitar. La energética Uniper busca ayuda financiera después de que Rusia cortara su suministro de gas en un 40% hace dos semanas. Berlín tiene que permitirle repercutir el aumento de los precios a los clientes, o rescatarla. Lo primero, aunque políticamente difícil, tendría al menos un beneficio a largo plazo.
Uniper se ha visto obligada a abastecerse de gas en el mercado al contado, a precios significativamente más altos que los de los contratos a largo plazo con Gazprom. Ello le cuesta unos 20 millones al día, estima JP Morgan. Una línea de liquidez de 2.000 millones del banco estatal KfW debería ayudarle a sobrevivir tres meses. Habrá que encontrar soluciones más duraderas. Bajo el “nivel de alerta 2” que el Gobierno activó la semana pasada para hacer frente a la emergencia del gas, las empresas podrían repercutir los mayores costes a los clientes. Pero Berlín dijo que lo decidiría caso por caso el regulador.
Alemania podría verse tentada a rescatar a Uniper. Eso evitaría la difícil decisión de golpear a los consumidores. Y el accionista mayoritario de Uniper, Fortum, podría ser engatusado para que contribuya en parte. Pero sería mejor permitir que Uniper suba sus precios, mientras el Gobierno se centra en amortiguar el golpe para los hogares y las empresas más pobres con ayudas o recortes fiscales específicos. Permitir que los precios suban ayudaría a limitar la demanda. Ello estaría en consonancia con uno de los objetivos clave de las políticas energéticas de toda Europa.
El problema es que Rusia está jugando con los nervios de la UE, explicando los cortes, por ejemplo, por la necesidad de mantenimiento o la falta de piezas cruciales para su gasoducto Nord Stream 2. Bien podría reanudar las entregas a su nivel normal en días.
Pero también podría cortar el suministro por completo, haciendo subir aún más los precios. Y la factura podría no acabar en Uniper, ya que otros distribuidores locales podrían necesitar ayuda. Al obligar a Alemania a tomar una decisión difícil, la situación de Uniper podría al menos ayudar a empujar a Berlín hacia una mejor política de gas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías