La crisis laboral en el sector aéreo aboca a un verano caótico en los aeropuertos
Las principales plazas europeas están afectadas por huelgas o falta de personal
El que promete ser un verano excepcional en demanda de viajes en Europa, tras dos años de restricciones por la pandemia, se está convirtiendo en un bocado de difícil ingesta para aerolíneas y aeropuertos.
Falta personal de servicios en tierra y tripulantes de cabina en mercados clave; el combustible de aviación ha subido por encima del crudo, y la recuperación de la movilidad ha avivado conflictos laborales aletargados. La semana pasada fue el CEO de IAG, Luis Gallego, quien advirtió de la llegada de meses complicados.
La impresionante imagen de miles de maletas perdidas en Londres-Heathtrow por problemas operativos el pasado lunes no hizo más que elevar el tono de alarma. Hubo más de 30 cancelaciones y el aeropuerto llegó a pedir a las compañías aéreas que redujeran su producción ese día para enderezar el rumbo. Ayer también se supo que el Departamento de Transporte de Reino Unido va a otorgar una exención a las aerolíneas en la regla de renovación de slots para que baje la presión sobre el principal aeropuerto británico.
Antes de todo ello, British Airways había cancelado un 10% de su oferta hasta octubre para evitar que vayan a más los desajustes registrados desde marzo.
Ryanair, Easyjet, Lufthansa o Air France tienen conflictos abiertos con sus plantillas
Iberia, tambien de IAG, se ha quejado este mes de serios problemas en las conexiones en Madrid-Barajas por falta de efectivos policiales en el control de pasaportes, lo que ha motivado refuerzos por parte del Ministerio del Interior.
Otra de las grandes, Easyjet, anunció el lunes una corrección a la baja en su producción, ante el riesgo de colapso en dos de sus bases más importantes, la británica de Gatwick y la holandesa de Ámsterdam. Más de 11.000 vuelos podrían verse afectados hasta septiembre, de los 160.000 que la aerolínea naranja suele operar en los meses de verano. Incluso se baraja suprimir asientos en los aviones para adaptar el pasaje a las tripulaciones.
Es tal el desajuste entre capacidad de ejecución de la oferta y la demanda registrada, que el citado aeropuerto de Ámsterdam ha anticipado que limitará el volumen de viajeros este verano, lo que se traduce en una minoración del 16% en los vuelos previstos.
Paros
En el capítulo de las huelgas, la mayor compañía aérea por tráfico de viajeros, Ryanair, se enfrenta a paros de sus tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) en cinco países de forma prácticamente simultánea. Está amenazada con seis jornadas de huelga en España, convocadas por USO y Sitcpla los días 24, 25 y 26 de junio, y del jueves 30 de este mes al 2 de julio; los sindicatos belgas ACV Puls y CNE, también el portugués SNPVAC, han llamado al paro los días 24, 25 y 26 de junio; en Francia la convocatoria de SNPNC es para el 25 y 26, y el italiano FILT-CGIL ha fijado la protesta el día 25. La petición generalizada es la contratación bajo régimen laboral local y la negociación de convenios. Pese a que estas movilizaciones afectan a 2.700 TCP, Ryanair confía en que se produzca un mínimo seguimiento.
Antes de afrontar este incendio, el presidente de la aerolínea irlandesa, Michael O’Leary, asegura que no le están afectando la carencia de efectivos, pero sí reconoce, en declaraciones a Sky, que el pasado fin de semana una cuarta parte de sus vuelos sufrieron retrasos que achaca al control aéreo.
El CEO de IAG anticipó la semana pasada que este sería un verano complicado
En lo que respecta a España, la británica Easyjet también tiene a los sindicatos de TCP en pie de huelga, con nueve jornadas de protesta anunciadas ayer: 1, 2, 3, 15, 16, 17, 29, 30 y 31 de julio. En plena negociación del segundo convenio, es el sindicato USO quien se queja de bloqueo de las propuestas de la plantilla.
En Francia, parte de los pilotos de Air France están dispuestos a la movilización. El sindicato minoritario Alter, con un 10% de representación entre el colectivo, tiene fijada su huelga el sábado 25. El enfrentamiento alcanza a la filial de bajo coste Transavia, con fuerte volumen de operaciones a España. En Air France no esperan impacto en su programa de vuelos.
En el grupo Lufthansa, que va a prescindir en julio de unos 1.000 vuelos en busca de estabilizar su operativa, es Brussels Airines la que tiene medio millar de vuelos en jaque desde mañana hasta el sábado ante la huelga anunciada por los representantes de los TCP. Finalmente hay 315 operaciones canceladas y unos 40.000 viajeros afectados. Y la situación en Bruselas se agrava por un paro del personal de seguridad que ya bloqueó el aeropuerto Zaventem el lunes. París-Charles de Gaulle, por su parte, afronta un conflicto laboral a partir del 1 de julio.
En el norte de Europa, más allá del impacto que ocasiona la invasión rusa de Ucrania y el consiguiente cierre de espacios aéreos, ha estallado un conflicto laboral en la Organización Noruega de Técnicos de Tráfico Aéreo (NFO), lo que ya motiva cancelaciones en los países escandinavos.
Acaba de estrenarse el verano y se dispara la conflictividad en un sector clave para la economía europea. IAG o Ryanair vaticinan que la estabilización, tras la parada de motores durante la pandemia, se llevará aún varios meses.