Barcelona se anticipa y recupera las rentas de oficinas previas a la gran crisis inmobiliaria
En Madrid no se espera un alza de precios en los próximos años. La pandemia y el teletrabajo mantienen la incógnita del futuro
El terremoto de la pandemia de Covid-19 no ha podido con la suave evolución al alza de las rentas de oficinas que pagan las empresas a sus caseros, a pesar de las incógnitas abiertas sobre estos espacios debido a la implantación masiva del teletrabajo. Las previsiones de la consultora JLL indican que Barcelona recuperará ya en 2022 los precios de alquiler de 2007, el año antes de la gran crisis inmobiliaria, en zonas prime. En Madrid, sin embargo, con crecimientos continuos desde 2014, no se espera que se llegue al máximo de hace 15 años ni siquiera de aquí a 2026.
En zona prime de Madrid, en lo que se considera el distrito financiero en el eje de la Castellana, el máximo se alcanzó en 2007 cuando las empresas pagaban a sus caseros 40 euros por metro cuadrado al mes por el uso de las oficinas (ver gráfico). Tras la fuerte caída de estas rentas, el mínimo se dio en 2012 y 2013 al caer a 24,25 euros, según los datos de JLL. Con la pandemia cayeron levemente, pero se recuperaron a 36,5 euros. En 2022 cerrará a 37 euros y en los próximos cinco años apenas sumará medio punto. La evolución en zona prime de Barcelona es similar. El máximo se dio en 2007 con 28 euros (esta ciudad es más barata en rentas) y alcanzará los 28 euros este año, hasta llegar a 30 en 2026. En zonas secundarias prácticamente iguala también el precio.
“Tras la salida de la pandemia seguimos con una tendencia alcista en cuanto a crecimiento de rentas se refiere”, explica Ignacio Sobrino, director de oficinas de JLL. En Madrid, Sobrino ve subidas progresivas, pero no para llegar a máximos de 2007, “seríamos demasiado optimistas”, confiesa. En Barcelona, igualmente ve con cautela las subidas.
En un reciente informe sobre el mercado inmobiliario, Bankinter señala que debido al uso extendido del modelo híbrido (teletrabajo y presencial) en la vuelta a las oficinas, las empresas van a reajustar sus necesidades de espacios. “Prevemos que parte de este reajuste de la demanda se produzca a lo largo de 2022”, se asegura en el informe.
Las consecuencias de una menor demanda sería “una caída progresiva” de la tasa de ocupación, según Bankinter, “que será más acusada en Barcelona”, donde se prevé que la oferta de edificios aumente. “En este entorno, parece complicado que las rentas se incrementen, a pesar de que gran parte de los contratos de alquiler están vinculados a la inflación”, se añade en el informe.
En la actualidad hay dos corrientes de pensamiento en la cuestión de las oficinas tras la pandemia. Por un lado, como Bankinter, hay expertos que consideran que las empresas van a necesitar menos espacios, lo que reducirá las rentas y afectaría al valor de los edificios y a los ingresos de las inmobiliarias que ejercen de caseros. En el lado contrario, el sector inmobiliario casi por unanimidad percibe que los empleados han vuelto a las oficinas y que en algunos casos incluso las compañías contratarán más espacios para tener menos densidad y más zonas comunes. De momento no se puede saber qué está ocurriendo porque no existen los datos de contratación neta de oficinas.
“Hay empresas que están dejando espacio tradicional de oficinas, reubicándose en una sede de mayor calidad con certificaciones energéticas y de sostenibilidad, con elementos tecnológicos que favorezcan la eficiencia del trabajo, incluso adquiriendo espacio flex por las condiciones ventajosas que ofrecen”, detalla el experto de JLL. “Otras están reformando sus oficinas, destinando más espacio a salas de reuniones, cafeterías, mindfulness rooms, terrazas y espacios colaborativos”, añade. Según una encuesta de JLL, la gran mayoría de las empresas vuelven con un modelo híbrido, dejando a los empleados trabajar en casa en los momentos de mayor concentración, aunque valoran las oficinas como un espacio de atracción para los empleados.