La apuesta de los inversores dispara el uso de derivados en las materias primas
El valor bruto de estos derivados repuntó un 30% en la segunda mitad de 2021 Las subidas se deben a productos agrícolas y energéticos
El temor a una ralentización de la economía mundial, la guerra en Ucrania y la avidez de los inversores no dan tregua a las materias primas. El petróleo de referencia en Europa, el Brent, cerró ayer con una subida del 2,96%, hasta los 117,40 dólares, no muy lejos de los máximos históricos de marzo (119 dólares), una escalada que se replica en el resto de productos energéticos pero también en los agrícolas, lo que ha animado a los inversores, especialmente fondos de inversión, a entrar en este tipo de productos a través de derivados para sacar partido a su escalada, avivando eso sí aún más sus precios al ser utilizados no solo como instrumentos de cobertura sino también de especulación.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, alertaba esta semana sobre que la escalada de los precios energéticos ha puesto de relieve "algunos riesgos de liquidez, especialmente en mercados de derivados de materias primas". Una situación que quedó patente en marzo en la Bolsa de Metales de Londres (LME), que se vio obligada a suspender durante varios días la cotización del níquel por una subida de su precio sin precedentes que forzó a solicitar mayores garantías para cubrir las posiciones abiertas.
A falta de conocer los datos de este año y el impacto del conflicto bélico, el valor de mercado bruto de los derivados sobre materias primas se disparó un 30% en el segundo semestre del año 2021, según el Banco de Pagos Internacionales (BIS en sus siglas en inglés), que es el banco central de los bancos centrales.
En valor de mercado absoluto, los derivados sobre las materias primas no preciosas –agrícolas y energéticas– alcanzaron en diciembre los 368.000 millones de dólares, un nivel no visto desde el segundo semestre de 2011 pero aún muy lejos de los máximos registrados en el primer semestre de 2008, pleno estallido de la crisis financiera provocada por la caída de Lehman Brothers, cuando se superaron los 2,1 billones de dólares. En ese momento, la cuantía nocional de los derivados en los mercados over the counter (OTC) superó los 12,4 billones de dólares.
El incremento se justificó especialmente por los derivados sobre materias primas distintas a los metales preciosos, cuyo valor bruto de mercado repuntó un 37% en la segunda mitad del año pasado.
El fin de los confinamientos derivados de la pandemia provocaron a partir de 2021 un fuerte repunte de los precios de las materias primas, a medida que las economías se iban normalizando. Un repunte que ha continuado a lo largo de este año, registrando capítulos de elevada volatilidad en el arranque de la guerra en Ucrania. Las materias primas agrícolas suben un 50% de media desde enero de 2021. Y en lo va de año los futuros del maíz acumulan una subida del 29% en el año, frente al repunte del 54% de los del trigo, mientras que los del níquel avanzan un 29%.
Desde CaixaBank Research, Beatriz Villafranca, economista de Economías y Mercados Internacionales, apunta que "desde 2021 se está apreciando un mayor interés por parte de los inversores en las materias primes". "El mercado de materias primas ya venía avisando en la última parte del año 2021 de la rotación de los inversores, en especial de los fondos de inversión, ya que las políticas ultra expansivas por parte de los bancos centrales, sumado a los problemas de suministros iban a provocar alzas en los precios de las materias primas", apunta por su parte, Diego Morín, analista de IG. El experto defiende además que "proteger la cartera con estos activos es interesante, puesto que en épocas de alta inflación, el comportamiento histórico de las materias primas es positivo, como ocurrió en la pasada crisis del 2008".
Aumenta el uso de derivados para gestionar el alza de tipos
Fin de los tipos cero. El fin de la política monetaria ultralaxa y el inicio de las subidas de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo ha elevado la demanda de derivados para gestionar el riesgo ante los cambios en el precio del dinero, “frente a una perspectiva de mayor inflación y expectativas de futuras alzas de tasas”, apunta el BIS.
Peso. De acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales, los contratos de derivados están vinculados mayoritariamente a los tipos de interés, seguidos de divisas, CDS, materias primas –con un peso muy reducido sobre el total– y acciones y tenían a cierre del segundo semestre del año valor de 600 billones de dólares, tras haberse reducido ligeramente desde los 610 billones del semestre anterior. Una caída que desde el BIS justifican por explican por efectos del calendario.