Los grandes caseros preparan 20.000 nuevas viviendas en alquiler hasta 2024
Controlan alrededor de 100.000 casas en arrendamiento, el 5% del parque
El parque de viviendas en alquiler en manos de grandes caseros en España representa alrededor del 5% del parque en arrendamiento, según cifras presentadas ayer por la consultora CBRE en su informe sobre residencial. Esta firma también calcula que hasta 2024 se esperan otras 20.000 nuevas viviendas desarrolladas por este tipo de propietarios.
De esas 100.000 casas que son propiedad de grandes propietarios, 39.000 unidades pertenecen a entidades financieras, 42.000 a socimis y 19.000 a fondos y aseguradoras.
En el informe, CBRE también valora el precio de la vivienda, que subirá un 3,6% en 2022 (4,4% la de obra nueva y 3,4% la de segunda mano), lejos de una potencial burbuja inmobiliaria. La consultora prevé la venta este año de 575.000 casas, de las que solo un 12% serán nuevas, debido a la “imitada capacidad productiva del sector”.
El director de residencial y suelo de CBRE, Samuel Población, confirmó además que el encarecimiento de materias primas y suministros está retrasando el lanzamiento de nuevas promociones residenciales en España, informa Efe. “De los 108.000 visados otorgados en 2021, no todos se han materializado en nuevas promociones, por el incremento de costes de las materias primas y los suministros. Se retrasa el lanzamiento de nuevas promociones, tanto en build to rent (construir para alquiler) como en build to sell (venta)”, afirmó.
Según sus datos, el coste de las obras se ha encarecido entre un 20% y un 25% para promotores y constructores desde principios de año, pero todo apunta a que después del verano se estabilizará ese incremento y estos tendrán una “fotografía clara de cuánto cuesta construir” una vivienda.
Aunque en España hay demanda para absorber entre 130.000 y 140.000 unidades nuevas al año, según el consenso que existe en el sector, solo se pueden producir 100.000 por la falta de suelo finalista y de mano de obra, lo que en CBRE creen que aboca a industrializar el proceso constructivo como una “necesidad imperiosa”.