Alemania y Francia podrían hacerle la vida más fácil al BCE
Tienen cierto margen de maniobra fiscal para ayudar a los más vulnerables y frenar la espiral inflacionaria
Los precios suben más rápido en Alemania que en Francia, en contra de una larga tradición. Pero la negociación salarial colectiva que prevalece en ambas economías significa que el dúo tiene un problema común: los acuerdos salariales al alza pueden impulsar a las empresas a subir más los precios. Con un poco de creatividad fiscal, Macron y Scholz podrían mitigar el riesgo ayudando a los hogares. Eso podría reducir la presión para que se produzcan grandes subidas de sueldos, y ayudar al BCE.
La tasa de inflación anual está en el 7,8% en Alemania y en el 5,4% en Francia. Impulsada por las exportaciones industriales, la economía germana ha sufrido los problemas de la cadena de suministro, que no ha afectado en la misma medida a la economía orientada a los servicios de su vecino. La mayor dependencia de Alemania de Rusia también explica parte de la diferencia.
Pero el estímulo fiscal ha impulsado menos la presión de los costes que en EE UU. Eso deja margen para que Berlín y París desplieguen transferencias fiscales específicas para amortiguar el daño en los consumidores. Cuando los precios de la energía empezaron a subir, Berlín y París respondieron con políticas insensatas y sensatas. Insensatas cuando intentaron forzar la bajada de los precios de la energía y la gasolina, lo que no hace más que incentivar el consumo. Sensata cuando las subvenciones se dirigieron a los más desfavorecidos.
La guerra de Ucrania ha añadido otra capa de inflación. La deuda pública respecto al PIB subió durante la pandemia, pero el aumento de los precios significa que los tipos ajustados a la inflación siguen siendo negativos. Por tanto, los Gobiernos tienen cierto margen de maniobra para echar una mano a los consumidores sin poner en peligro la sostenibilidad de la deuda. Ello puede estimular a los trabajadores a exigir subidas de sueldo más moderadas, lo que a su vez ayudaría a evitar que la alta inflación se asiente.
Eso facilitaría el trabajo del BCE. Cualquier cosa que reduzca las posibilidades de una espiral de precios y salarios ayudará a reducir la necesidad de un endurecimiento de la política del BCE que perjudique el crecimiento.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías