Problemas de carga en las baterías de CATL
Que al mayor fabricante del mundo le cueste navegar el caos de la cadena de suministro es un mal presagio para todos
Que al mayor fabricante de baterías del mundo, el chino CATL, le cueste navegar el caos de la cadena de suministro y el aumento de los precios de los metales, es un mal presagio para todos. Acaba de presentar unos pésimos resultados trimestrales, y su frustrante falta de transparencia no ayuda. Sus resultados revelaron 255 millones de euros en pasivos en derivados. Se negó inicialmente a explicarlo, hasta acabar admitiendo que la implosión del mercado del níquel había tenido un pequeño impacto.
Es posible que la cosa mejore, si los clientes aceptan unos costes más altos, pero todavía hay mucho por lo que preocuparse. La volatilidad de los precios en el relativamente pequeño mercado del níquel sigue siendo un riesgo cierto, pero muchos otros metales de la transición energética afrontan una oferta inadecuada y una demanda creciente. Y pese a su variada base de clientes, como muchas otras empresas del coche eléctrico, está especialmente expuesta a una desaceleración en China.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías