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Renta variable

La Bolsa china se derrumba con el rebrote del Covid y el conflicto en Europa

Los índices caen a mínimos de junio de 2020, con un retroceso del Hang Seng del 19% en el mes El impacto de los nuevos confinamientos provoca nuevas caídas del precio del petróleo

Equipos médicos en la provincia china de Jilin
Equipos médicos en la provincia china de Jilin Reuters
Nuria Salobral

La Bolsa china está sufriendo una fuerte caída en este mes de marzo, que se ha agudizado en las dos últimas sesiones, ante el avance de los casos de Covid, con el mayor rebrote desde el inicio de la pandemia hace ya dos años, y la inquietud desatada por la invasión rusa de Ucrania y la difícil situación en la que pone al gobierno de Pekín, aliado de Putin pero también con fuertes relaciones económicas con Occidente.

Desde principios de mes, los tres principales mercados del país -Shanghái y Shenzhen, en la parte continental, y Hong Kong- acumulan descensos a doble dígito. Así, el índice de referencia del parqué shanghainés ha caído un 12,18 % desde el pasado día 1, mientras que el de Shenzhen hizo lo propio en un 13,75 %. Y el índice que sigue la evolución de los 300 principales valores de esos dos mercados, el CSI 300, ha descendido un 13,77%. No obstante, la peor parte se la lleva Hang Seng, el selectivo de la Bolsa de Hong Kong, que se derrumba el 19,1% en lo que va de mes.

En los tres mercados, la tendencia ha sido claramente negativa desde el pasado viernes, con Shanghái cediendo un 7,43%; Shenzhen, un 7,31%, y Hong Kong, un 10,41%. La situación no es más alentadora cuando se analiza la evolución en lo que va de año, ya que Shanghái arroja pérdidas del 15,65%; Shenzhen, del 22%, y Hong Kong, del 20,88%.

Índices Hang Seng y Nasdaq Golden Dragon

El castigo está siendo especialmente duro para las compañías que cotizan en Hong Kong y en Nueva York, y que está sufriendo una oleada de ventas que no se recordaba desde 2008. El índice tecnológico que engloba a las compañías tecnológicas que cotizan en EE UU, el Nasdaq Golden Dragon Index, que incluye compañías como Alibaba o Baidu, se desfonda el 42% en los últimos dos meses y medio y se anota un derrumbe del 75% desde los máximos del pasado año. Las acciones de Alibaba han retrocedido de hecho a niveles de 2016 y acumulan una caída en el año superior al 35%.

Las tecnológicas chinas son especialmente sensibles a la situación actual, por las implicaciones geopolíticas del conflicto en Ucrania. Las sanciones de EE UU sobre Rusia golpean a estas compañías de forma inevitable, ya que sus componentes tecnológicos se incluyen en numerosos productos que EE UU dejará de vender a Rusia. Así, las compañías chinas deberán recibir una licencia por parte de EE UU para los artículos tecnológicos que utilicen tecnología estadounidense antes de enviarlos a Rusia, lo que se teme afectará a su negocio. Pekin cada vez soporta más presión para sumarse a las sanciones generalizadas de Occidente sobre Putin y de las que hasta el momento se desmarca. 

Los índices bursátiles chinos han caído a niveles de junio de 2020, un descenso que contagia al conjunto de la Bolsa global. De hecho, el regreso de los confinamientos a China, que aplica una restrictiva política de Covid cero y que se está preparando para combatir la variante ómicron, hace temer por el agravamiento de los problemas de suministro, lo que supone un factor más de presión inflacionista. Por otro lado, como elemento positivo, la menor actividad económica que ahora se espera de China también está contribuyendo a moderar el precio del petróleo, que ayer llegó a perder los 100 dólares y hoy retrocede el 5% en la variante brent.

La política china de casos cero ha llevado al gobierno del gigante asiático a confinar a cerca de 51 millones de personas en la provincia nororiental de Jilin y en las ciudades sureñas de Shenzhen y Dongguan, lo que aumenta las preocupaciones sobre el empeoramiento de las cadenas de suministros. Esto junto con la presión regulatoria interna del país y las consecuencias económicas globales de la guerra en Ucrania ha llevado a los inversores a vender con fuerza las acciones chinas.

Según explican en IG Markets,"el aumento de casos de Covid, eclipsa los buenos datos macro publicados en China, donde la producción industrial aumentó un 7,5% interanual entre enero y febrero de 2022 combinados, superando el consenso del mercado del 3,9% y acelerándose desde un aumento del 4,3% en el período anterior, es el ritmo más rápido de aumento desde junio de 2021. Sin embargo, hoy los inversores descuentan que todo esto cambiará a peor tras los nuevos bloqueos". De hecho, ya no se espera que el Banco Popular de China aborde por el momento una nueva rebaja de los tipos de interés. Hoy ha sorprendido al mercado al renunciar a un nuevo recorte de tipos y dejarlos en el 2,85%. En enero había realizado el primer recorte en casi dos años

La Bolsa china ya registró un mal balance en 2021, cuando las decisiones antimonopolio del gobierno y la desaceleración de su economía desinflaron las buenas expectativas con que había comenzado el ejercicio. De hecho, China era a principios de 2021 una apuesta generalizada de los gestores y la opción predilecta en los mercados emergentes. Este ejercicio también arrancó con relativo optimismo, en la confianza de que las medida del banco central del país ayuden a impulsar el crecimiento económico, que para este año se prevé en principio del 5,5%, según el objetivo anunciado por las autoridades chinas, frente al 8,1% de 2021. Sin embargo, el estallido de la guerra en Ucrania y el rebrote del Covid-19 en China están provocando fuertes pérdidas en su renta variable y hacen temer por el cumplimiento del alza del PIB anunciado.

Morgan Stanley ha anunciado hoy una rebaja de su previsión de crecimiento para China este año al 5,1%, desde el 5,3% anterior, y descarta que Pekín pueda alcanzar este año su objetivo de alza de PIB a causa de las restricciones para contener el covid, que en su opinión ya provocarán un crecimiento nulo en el trimestre actual.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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