Uber Eats exige al Gobierno que Glovo cumpla la 'Ley Rider' para competir en igualdad de condiciones
Su directora general en España, Courtney Tims, envía una carta a la ministra de Trabajo Yolanda Díaz en la que asegura que el Gobierno no ha conseguido que se aplique la norma
Uber Eats estalla contra Glovo en España. La plataforma estadounidense de reparto de comida a domicilio ha enviado una carta a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en relación a la aplicación de la Ley Rider, en la que acusa a Glovo de seguir operando con autónomos y al gobierno de consentírselo, pese a que la ley establece la obligación para estas compañías de hacer un contrato laboral a sus repartidores.
En la misiva, la directora general de Uber Eats, Courtney Tims, señala que su compañía ha mantenido múltiples reuniones con el equipo de Díaz, en las que le han trasladado el "gran esfuerzo" que hicieron para adaptarse a la citada ley en un tiempo récord. "Gracias a este esfuerzo, desde el pasado 12 de agosto, todos los repartidores que trabajan con Uber Eats cuentan con un contrato de trabajo. Para cumplir con la ley, optamos por la misma alternativa que la mayoría del sector del delivery español: trabajar con flotas de mensajería y logística, que han contratado a miles de repartidores en toda España".
Pero Tims, que urge a la ministra una reunión para discutir la situación, critica que todas cumplen la ley, menos Glovo, la mayor empresa de delivery en España, que sigue operando mayoritariamente con trabajadores autónomos, lo que les impide, dice, competir en igualdad de condiciones.
"Hoy, más de seis meses después de su entrada en vigor, las empresas que cumplimos la ley nos encontramos con una situación paradójica. Nuestras flotas colaboradoras no encuentran repartidores porque éstos prefieren ser autónomos, de manera que trabajan con Glovo, la única empresa que se lo permite, el mayor unicornio español, en contra de la Ley Rider. Mientras, vemos con impotencia cómo el Gobierno no ha conseguido hacer cumplir la Ley Rider", critica la directiva de Uber Eats.
La ejecutiva resalta en la carta que esta situación "de desventaja" de su compañía y del resto de empresas que sí cumplen la ley está empeorando y pregunta a la ministra si la solución es que Uber Eats siga el ejemplo de Glovo y vuelva a trabajar con autónomos para poder competir en igualdad de condiciones.
La inspección de Trabajo multó el pasado noviembre a Glovo con más de 8,5 millones por no regularizar los contratos de sus repartidores en Sevilla. El organismo determinó entonces la relación laboral de 1.316 empleados que seguían trabajando como autónomos en contra de lo que establece la citada ley.
Antes, en agosto de 2021, CC OO denunció a Glovo ante la Inspección de Trabajo por desafiar la Ley Rider y por mantener en régimen de autónomos a trabajadores que deberían estar contratados por la compañía y por subcontratar plantilla para sus supermercados sin presencia física que debería asumir la plataforma, según el sindicato. Glovo, ahora propiedad de Delivery Hero, ha defendido siempre la legalidad de su modelo, que combina la contratación directa de repartidores con repartidores autónomos “que cumple la ley y sigue el criterio establecido por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la UE”.
Pero Tims advierte a la ministra de otro problema al que se enfrentan las flotas que colaboran con Uber Eats y que ha surgido tras la aprobación de la Ley Rider: la imposibilidad de encontrar repartidores para atender la creciente demanda de comida a domicilio. "Un problema que, además de las flotas, sufren clientes y restaurantes por igual. Unos ven cómo su pedido tarda mucho más en llegar, y los otros acumulan pedidos que nadie recoge", continúa.
La directiva culpa de esta situación al Gobierno, que no escuchó hace un año, cuando se estaba negociando la Ley Rider, a las principales asociaciones de repartidores españolas que se manifestaron para seguir siendo autónomos. "Durante esos días, mucha gente se preguntaba por qué se manifestaban los repartidores. ¿Acaso no querían tener un contrato de trabajo? Ellos mismos se ocuparon de responder a esa pregunta en una carta que le dirigieron poco antes de la aprobación de la Ley".
Según continúa Tims en su carta, los repartidores no se manifestaban porque quisieran renunciar a mayores derechos o protecciones; simplemente "querían mantener la flexibilidad del modelo autónomo que les permitía escoger cuándo trabajar, priorizando los momentos de alta demanda, y así obtener mayores ingresos. Y todo ello mientras negociaban importantes mejoras en sus condiciones de trabajo, que incluían desde el ingreso mínimo por hora, a los seguros médicos, pasando por la representación colectiva".
Lo que parece una realidad, según critican múltiples clientes de las plataformas de comida a domicilio, es que la calidad del servicio ha empeorado desde la entrada en vigor de la Ley Rider, disparándose los tiempos de espera y los precios con la mayoría de plataformas. La situación de Uber Eats es más delicada que la de otros rivales, como Just Eat, porque en su caso su negocio depende totalmente de las entregas de riders. Mientras, Glovo puede operar con costes más bajos que sus rivales, al seguir trabajando con autónomos.