El riesgo de guerra implica un descuento duradero para Rusia
Aunque Moscú no vaya más allá ahora, la posibilidad de una nueva invasión y de más sanciones persistiría
Vladímir Putin pone a prueba el temple de Occidente. El presidente ruso ordenó el lunes la entrada de tropas de “mantenimiento de la paz” en las regiones separatistas ucranianas de Donetsk y Lugansk, tras reconocerlas como independientes. Estados Unidos y Europa prometieron nuevas sanciones, pero puede que no sean suficientes para evitar que la situación se deteriore. E incluso si Putin no va más allá ahora, el descuento de guerra sobre los activos rusos está aquí para quedarse.
Las acciones de Putin parecen diseñadas para enturbiar el debate sobre lo que constituye una invasión. Las fuerzas separatistas apoyadas por Rusia ya estaban en esas regiones. Tampoco está claro si Moscú estaba reconociendo las zonas que actualmente están en manos de los separatistas, o también las partes de esas regiones que todavía están controladas por Kiev.
Eso puede explicar por qué la respuesta de Occidente ha sido hasta ahora tímida. Washington ha prohibido nuevos intercambios comerciales de personas estadounidenses con las regiones rebeldes. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha prometido un “aluvión” de acciones contra la propia Rusia. Sin embargo, ambos países están insinuando nuevas sanciones, lo que implica que temen que la primera oleada no disuada a Putin.
El siguiente paso de las autoridades occidentales podría consistir en apuntar a los oligarcas rusos, sacar a los bancos rusos del sistema del dólar y restringir el comercio. Eso sería mucho más perjudicial para la economía rusa. Sin embargo, a los aliados occidentales les puede costar ponerse de acuerdo en un enfoque común cuando tienen diferentes grados de exposición económica a Rusia, y algunos, como Alemania, dependen del país para el gas.
Putin aún tiene una forma de suavizar la situación. Si las tropas permanecen en las zonas actualmente controladas por los separatistas, la amenaza inmediata puede disminuir. Pero incluso una pausa en las hostilidades puede no ser el final. El airado discurso televisado de Putin el lunes claramente presentó la OTAN y Ucrania como una amenaza para los rusos: aparentemente, un esfuerzo para legitimar la acción militar en casa. El riesgo de una nueva invasión, y el endurecimiento de las sanciones, persistiría.
El índice RTS de acciones rusas, denominado en dólares, ha caído un 17% esta semana, mientras el mayor banco ruso, Sberbank, ha bajado un 21%. Sin embargo, con 54.000 millones de euros, sigue valiendo tres veces más que en el momento álgido de la crisis de Crimea de 2014. Dado que es poco probable que la amenaza de acontecimientos más graves se disipe, es probable que los activos rusos se enfrenten a un descuento duradero.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías