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Lagarde ganará el pulso de la subida de tipos

El mercado laboral de la zona euro tiene más holgura que el de EE UU, y los acuerdos salariales plurianuales frenan la espiral inflacionista

Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.reuters

Ningún banco central es una isla, pero el BCE tendrá que convencer de que está al menos semidesvinculado de la Fed. Tiene un buen argumento.

Los traders han empezado a contar con que la Fed suba este año los tipos cuatro veces, en vez de tres. Ello está teniendo un efecto dominó. Los precios del mercado monetario de la zona euro mostraron el miércoles que los traders prevén que se adelante a septiembre el momento en que Christine Lagarde suba por primera vez los tipos, y que esperan una segunda alza en diciembre. Mientras, el retorno del bono alemán a 10 años superó el 0 por primera vez desde 2019.

Subir los tipos no es lo ideal, pero las autoridades del BCE estarán más preocupadas por los movimientos del mercado monetario que van contra sus directrices. Como ha dicho su economista jefe, Philip Lane, los encargados de fijar los tipos esperan que la inflación de la zona retroceda desde el máximo del 5% y vuelva a estar por debajo del 2% en 2023 y 2024. Así que no prevén que se cumplan los criterios para subirlos este año. El banco también espera seguir comprando bonos a lo largo de 2022.

Es cierto que los bancos centrales de todo el mundo juzgaron mal la subida de la inflación y su persistencia, pero la razón está del lado del BCE esta vez. Los bancos centrales pasan por alto los picos de inflación causados por factores temporales, como el aumento de los costes de la energía, y solo se preocupan si las presiones sobre los precios se generalizan o se traducen en subidas salariales. Eso es menos preocupante en Europa que en EE UU. Por ejemplo, los salarios negociados en la zona euro subieron un 1,3% en el tercer trimestre, frente al 1,8% del segundo. Si bien estas cifras son anteriores a los máximos de los precios, el mercado laboral del bloque tiene más holgura que el de EE UU. Además, los acuerdos salariales plurianuales en países como Alemania hacen que los sueldos sean menos propensos a perseguir la inflación tan rápido. Lagarde tendrá que lanzarse en tromba para convencer a los mercados. No parecen escucharla, pero al menos tiene argumentos convincentes.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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