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Competitividad

Los costes laborales unitarios encadenan dos años de avances

La competitividad acumula deterioros dese el segundo trimestre de 2019 y los salarios suben casi dos puntos en la renta nacional, hasta 47,10%

Infografía: Belén Trincado

Los siete trimestres críticos en los que la pandemia ha condicionado la actividad económica han provocado movimientos intensos en el reparto de la riqueza nacional, con un incremento relativo tanto de las rentas salariales como de los impuestos, y un descenso similar en las rentas de explotación de las empresas y rentas de la propiedad.

Entre el tercer trimestre de 2019 y el tercero de 2021, para considerar dos periodos estacionales similares, la remuneración de los asalariados (144.790 millones de euros corrientes) ha pasado del 45,78% de la riqueza nacional al 47,1% (145.975 millones de euros). Entretanto, el excedente de explotación bruto ha pasado del 42,6% de la riqueza (134.744 millones de euros corrientes) al 40,49% (125.499 millones).

Los impuestos también han ganado terreno durante la pandemia, pasando del 11,61% de la tarta en el tercer trimestre de 2019 al 12,41% en el mismo trimestre de 2021, el último monitorizado por la Contabilidad Nacional.

Los mecanismos de protección de la ocupación en los primeros meses de la pandemia, y que se han mantenido hasta ahora, han contribuido en buena medida al avance de las rentas del trabajo. Pero detrás de esta evolución está enquistado tanto el fuerte incremento de los costes laborales unitarios (coste por unidad producida tanto de bienes como de servicios), como la recurrente contracción de la productividad del factor trabajo, dado que la producción no ha avanzado el mismo ritmo que la ocupación.

Si la remuneración por asalariado mantuvo avances durante los cuatro trimestres de 2020 y el primero de 2021, y solo cedió en el segundo y tercero de 2021, el coste laboral unitario encadena siete trimestres consecutivos de avances (excepción puntual del segundo de 2021). Además, los incrementos interanuales del coste laboral unitario han sido muy intensos en casi todos los trimestres, con el deterioro que supone para la posición competitiva de los bienes y servicios generados frente a los mercados exteriores en los que computen. En el caso de no estar abiertos al mercado externo, suponen un encarecimiento de la oferta y la generación implícita de inflación.

Hay que recordar que el coste laboral unitario proyecta un deterioro sostenido ya desde mediado el año 2019, consecuencia de las subidas de costes introducidas por la vía del salario mínimo y las cotizaciones, dos variables que seguirán subiendo en los próximos años según las intenciones del Gobierno.

El sostenimiento nominal de las rentas salariales y la mejora de su peso relativo en la renta nacional se debe especialmente a los avances de la ocupación en los trimestres segundo y tercero de 2021 en las actividades de servicios, pero especialmente en las ligadas a la actividad inmobiliaria, así como a las administraciones públicas, la educación y la sanidad, que se han convertido en los motores del empleo.

En las actividades inmobiliarias (excepción hecha de la propia construcción) los avances de las horas trabajadas se registran de forma ininterrumpida en los últimos cinco trimestres, y con avances de doble dígito en los tres contabilizados del ejercicio 2021.

En el resto de sectores, con las excepciones del segundo trimestre de 2021 muy activo, se mantienen las pérdidas de horas trabajadas, especialmente en la industria y la industria manufacturera.

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